Por: Mariana Zuvic
El Parlasur se creó en el año 2006 para reemplazar a la Comisión Parlamentaria Conjunta del Mercosur, que era hasta ese momento el órgano deliberativo del Mercosur. Se creó como un órgano pensado para promover el proceso de integración que había comenzado allá por el año 1991. Su objetivo era construir lazos y procesos a través de los cuales los países miembros del Mercosur pudiéramos transitar ese camino que comenzó con la vuelta de la democracia.
Sin embargo, ni el Mercosur ni el Parlasur, como órgano deliberativo del primero, vienen cumpliendo con la tarea para la que se crearon. Lo que se pensó originalmente como un proceso de integración para enfrentar los cambios que se habían producido como resultado de la globalización, de manera que los países miembros pudiéramos contar con una fuerza relativa que no teníamos unilateralmente para negociar con los distintos actores de la escena mundial, hoy se encuentra truncado.
Luego de más de veinte años, el Mercosur no solo no cumple con las funciones más básicas para las que fue creado –ser un mercado integrado entre los países miembro-, sino que además nos encuentra en una situación en la cual tenemos innumerables conflictos entre los miembros, tanto de índole comercial como de índole política.
Para ponerlo en términos que se entienda, el Parlasur se pensó como una suerte de congreso supranacional en el cual los miembros elegidos directamente por los habitantes de los distintos países que integran el Mercosur diseñaran leyes, normas y resoluciones para promover esta integración de la que venimos hablando. Sin embargo, hoy lo vemos convertido en un órgano sin funciones, sin recursos, sin la capacidad para tomar decisiones que impacten positivamente en la vida de los argentinos y cuya única función pareciera ser la de ser guarida para los corruptos y los vivos. Al igual que hicieron en Santa Cruz en la década del noventa, y como vienen haciendo desde aquel inefable 25 de mayo de 2003, el kirchnerismo quiere convertir al Parlasur en otro botín más para repartir entre los amigos, para garantizarles impunidad y protección. Como dije en otra columna de opinión, vienen por todo. Sueldos exorbitantes, fueros e inmunidad de ser detenidos o arrestados en cualquiera de los países miembros del Mercosur y una estructura desde la cual poder seguir manteniendo los resortes del poder público y del Estado. El adelantamiento de las elecciones de Parlasur -cuya cámara debe integrarse plenamente recién en el año 2020- no responde a otra cosa que a esta lógica del kirchnerismo de querer colonizar cualquier espacio de poder disponible para construir una sociedad a imagen y semejanza de ellos mismos. No es casualidad que hoy mismo en el Parlasur se esté conformando un bloque chavista con el auspicio de las delegaciones venezolana y argentina.
Siendo esta la situación, algunos se podrán preguntar por qué decidí presentarme a candidata a parlamentaria del Mercosur del Frente Cambiemos. Mi respuesta es esta: las decisiones las toman los que se presentan. En el año 2005, en el medio de un proceso de creciente polarización en Venezuela, en un momento en el que Hugo Chávez estaba decidido a ir por todo, la oposición venezolana decidió que no iba a presentarse a elecciones para no ser partícipes de un régimen que estaba destruyendo los cimientos de su sociedad. La lamentable consecuencia fue que el chavismo colonizó la totalidad del sistema político. El resultado de ese proceso está a la vista de todos.
Soy candidata a parlamentaria del Mercosur porque estoy convencida de que a los que quieren utilizar al Estado, y ahora al Parlasur, para beneficio personal tenemos que hacerles frente los que creemos que las instituciones tienen que estar al servicio de los intereses de la gente. Soy candidata al Parlasur porque a los que utilizan a las instituciones para garantizarse impunidad tenemos que enfrentarlos los que creemos que en democracia todos somos iguales ante la ley y por eso renuncié a los fueros. Soy candidata al Parlasur porque quiero promover la construcción de una ciudadanía del Mercosur, porque quiero generar procesos para enfrentar al narcotráfico de manera regional, y porque quiero promover la integración productiva y comercial del Mercosur.
Pero para poder hacer eso necesitamos que el Parlasur funcione para la tarea para la que fue creado y no que se convierta en lo que lo ha transformado el kirchnerismo.
Las decisiones las toman los que se presentan.
Sumate. Cambiemos.