Por: Martín Yeza
El Gobierno Nacional practica el clientelismo político de distintas maneras: en su relación con las provincias y municipios, en su relación con las empresas e industrias, en su relación con los más humildes y, desde hace dos años, también en su relación con las vacaciones de los trabajadores.
Cuando se examina cualquier estudio comparado sobre la cantidad de días de vacaciones para los trabajadores en el mundo se ve a simple vista que Argentina se encuentra en el percentil medio-bajo junto a Bolivia, Corea del Sur, Ecuador, El Salvador e Israel. Todos con 14 días de vacaciones de corrido o 10 días hábiles. La tabla es liderada por países europeos que conceden hasta 4 semanas de vacaciones más los feriados nacionales.
También, hay que decirlo, Argentina es el país con mayor cantidad de feriados en el mundo con un total de 19 en 2012 y de 17 en 2013. Pero esto es insuficiente, porque es provisorio y por lo tanto extorsivo. Los feriados o “vacaciones de facto” implican una imposibilidad del trabajador por administrar su ocio con libertad.
La Presidente concede estos días a los trabajadores como si fuese una especie de realeza que da algo que debe ser agradecido y no algo que los trabajadores se merezcan en sí mismo. Dura mientras ella esté, con la incertidumbre de no saber si persistirá cuando no esté.
Asimismo, el Gobierno Nacional tiene una concepción restringida y conservadora -de derecha- del ocio. En un país tan hermoso, con tantos lugares por conocer, el gobierno entiende que el trabajador goza vacaciones cuando no trabaja. En un clima tan imprevisible, con un horizonte de progreso tan corto, las condiciones fácticas para que los trabajadores gocen vacaciones son escasas.
La última Encuesta Permanente de Hogares del Indec refleja que 11 millones de argentinos viven con menos de mil pesos por mes. Tal vez en Canal 7 podrían hacer un programa en el que cuenten cómo vivir, comer, mandar a los chicos al colegio, y poder irte de vacaciones con mil pesos por mes. Sería un gran programa con un rating potencial importante.
Las condiciones objetivas en Argentina generan una situación cínica en la que, gracias a la televisión, las 11 millones de personas que no fueron a trabajar por “estar de vacaciones” puedan ver cómo es estar de vacaciones. Más allá de que consideren “opositoras” estas líneas, merece la pena reflexionar alrededor de qué son las vacaciones para cada uno de nosotros. Para pensar en el trabajo está el resto del año.