El secreto mejor guardado de la formación del Papa

Martín Yeza

La primera impresión que tuve con la designación de Jorge Bergoglio como Sumo Pontífice de la Iglesia católica fue de emoción, sorpresa y creo que como a muchos les ha pasado, reconectarme con un costado que tenía un poco dormido: el espiritual.

Luego tuve la sensación de que viene a barrer con una serie de mitos de nuestra cultura, como el peronismo. El peronismo que se define como “profundamente cristiano y profundamente humanista” ha llegado quizás a lo más alto que podría haber llegado jamás cualquier movimiento político y quizás en su propia identidad se encuentre uno de los secretos mejor guardados de la formación del Papa.

Por último tuve la sensación de que Francisco es el primer héroe de nuestro siglo y que somos testigos generacionales de este fenómeno.

En nuestro país generó una división entre un sector mayoritario de la sociedad que se ha conmocionado y celebra la designación y por otro lado una minoría marginal que se ha dedicado a malversar su pasado. En twitter @facundocalegari señaló con ironía la ridícula expectativa de algunos sectores progresistas, quienes pretendían marginalmente, que el nuevo Papa actúe como si fuera ateo y comunista.

Hay un progresismo, berreta, que cree que los conflictos son de índole formal. Así entonces se ha vuelto más importante la discusión alrededor de la despenalización de la marihuana que la lucha contra el narcotráfico. Una lucha que hoy no existe cuando hay una generación entera de pibes a los que se está destrozando a través del paco. Ese progresismo es un progresismo cínico que tiene hoy la oportunidad histórica de rever su agenda.

La asunción de Francisco como Papa pone sobre el tapete la posibilidad de generar una agenda de coincidencias progresistas. También posibilita una agenda de disidencias, pero creo que hemos tenido suficiente de ellas a lo largo de estos años y un poco de convergencia nunca viene mal. Estamos frente a una oportunidad histórica.

Las disidencias podrían estar en el siguiente orden de derechos: a) Aborto, b) despenalización de la marihuana y c) adopción por parte de parejas del mismo sexo.

Las coincidencias podrían presentarse así también: a) Trata de personas, b) inclusión social integral, c) combate contra el narcotráfico y d) la recuperación de pibes que hoy se encuentran completamente desprotegidos, apartados totalmente del sistema, no ya del Estado solamente pese a sus esfuerzos aislados y por senderos paralelos.

Francisco puede ser la cura para una de las enfermedades más graves de nuestra política: El cortoplacismo. Su influencia permite pensar la política nacional de hoy a diez años. Viene a cambiar todas las variables a partir de las cuales se planificaban estrategias electorales y de gestión.

Una luz al final del camino que permite que podamos, al menos por un ratito, soñar un poco.