Punta del Este: cinco características de esta temporada

Muriel Balbi

La multiplicidad de eventos que se suceden a lo largo de los meses que transcurren entre verano y verano hacen que cada temporada estival tenga sus características y tono propio. El comienzo de 2014 en Punta del Este también presenta algunas particularidades que lo distingue de los años anteriores:

  • La confusión de los turistas en torno a la nueva ley uruguaya sobre la marihuana, aprobada a comienzos de diciembre

Si bien aún faltan transcurrir los 120 días en los que se tratarán los detalles, nada menores, de su implementación, mucha gente ya se siente completamente libre de compartir un porro en lugares públicos, incluso frente a policías. Vale aclarar que no está prohibido hacerlo, pero no por la nueva ley como cree la mayoría, sino porque desde los años 70 Uruguay permite fumar marihuana en ámbitos no privados.

El malentendido de los visitantes ha llevado a que se vuelva muy frecuente percibir el olor característico de los porros, que se encienden cual habanos, en las terrazas de bares de jóvenes pero también de restaurantes más exclusivos, en playas y en paradores. La desinformación también ha llevado a mucho turista a visitar farmacias en búsqueda de los 40 gramos mensuales permitidos. He aquí dos errores, el primero, es que aún no se ha abierto la venta; el segundo, que cuando se haga solo será para ciudadanos uruguayos debidamente registrados y no para turistas. Esto vale tanto para la venta en farmacia como para los clubes de fumadores con membrecía.

Otra curiosidad en torno al clima derivado de la sanción de la nueva ley es que esa sensación de mayor libertad para fumar marihuana también se ha trasladado, de algún modo, a un consumo más abierto y desfachatado de otro tipo de drogas prohibidas, según lo que puede verse en muchos “hostels” y fiestas electrónicas.

  • Altos precios

Punta del Este siempre fue un destino caro, pero este verano lo es más que nunca. Si bien el cambio es más favorable respecto del dólar (el año pasado se conseguían entre 18 y 19 pesos uruguayos por dólar, mientras que ahora el cambio es de 20 a 21 pesos por dólar), la devaluación del peso argentino pone los costos de las vacaciones esteñas por las nubes. Sin embargo, no es el único factor: a pesar de que la inflación en Uruguay está por debajo de los dos dígitos, el aumento de precios con respecto al año pasado supera, en algunos casos, el 100%. Así, en muchos sitios en donde se comía por 50 dólares por persona, este verano se necesitan 80 ó 100. Lo mismo vale para la comida más “al paso” (según registró el diario La Nación, hubo incrementos del 175,60% en el cono de papas fritas, del 63,85% en la hamburguesa y del 42,37% en el café chico solo).

  • Lo devaluado que está el peso argentino en Uruguay

Silvina, una turista cordobesa, cuando llegó a la terminal de Punta del Este, le preguntó a un taxista cuántos pesos argentinos le cobraba para llevarla al hotel. La tarifa que le dio era el doble de la que había pagado su hija el día anterior por el mismo trayecto. Cuando ella reclamó, la respuesta fue: “encima que te recibo pesos argentinos, que no valen nada, te quejás”. La contestación del taxista muestra la actitud general hacia la moneda argentina y, claro está, se refleja en una realidad concreta. Esto puede percibirse en la amplia brecha entre el cambio tipo comprador, $1,60, y el vendedor a $2,60. Por otra parte, si uno va a una casa de cambio con 1000 pesos uruguayos, recibe unos 382 pesos argentinos. Pero, si cambiás esos 1000 uruguayos por dólares, recibís u$s 50 que, al cambio blue, te deja, esta vez, con 500 pesos argentinos en la mano.

  • Mayor presencia policial

El año pasado hubo una ola de robos “de alto perfil”, que fueron muy resonantes, especialmente en la prensa argentina, por los nombres de las víctimas y sus características (algunos de ellos en barrios cerrados con seguridad). Este verano, según da cuenta el diario El País, ya se han denunciado algunos hechos (el más importante fue el robo de joyas por valor de u$s 100.000 a una pareja argentina que reside parte del año en Punta del Este, en un lujoso chalet del barrio Parque del Golf). Se trata de delincuentes que irrumpen en casas a la búsqueda de dólares y joyas, algunos de los cuales ya fueron identificados y detenidos. Así, llama la atención, este verano, la mayor cantidad de patrulleros y policías de a pie en distintas zonas donde nunca antes se hacía tan notoria la presencia de esta fuerza.

  • La proliferación del ruido nocturno

El 2014 llegó con más cantidad de paradores de playa que, por la noche, funcionan como boliches. Esto ha robado la tranquilidad a varios edificios de la Península que cuentan con vista al mar, y también a lugares usualmente más tranquilos como la zona de Manantiales, donde, hasta el año pasado, las noches de los fines de semana conservaban el ruido del oleaje, incluso a pesar del tránsito. Ahora, la música a todo volumen suena hasta la madrugada y desvela y enoja a turistas que buscaban de tranquilidad y buen sueño.

En lo que es una tendencia creciente, Punta del Este atrae cada vez más a alemanes, ingleses, franceses y finlandeses, entre otros, que visitan sus playas para disfrutar de la “Saint Tropez” latinoamericana. Mientras tanto, Uruguay en general sigue siendo la niña mimada de la prensa internacional: The Economist lo eligió como “el país del año” (inaugurando esta categoría para darle lugar), BuzzFeed resaltó en su portal un artículo titulado “21 razones por las que necesitás mudarte a Uruguay en 2014” y el ABC de España destacó a Punta del Este como uno de los destinos favoritos del jet set internacional para pasar el fin de año. Sin dudas, Uruguay está de moda.