Por: Myriam Bregman
Nos referimos a la solidaridad, y podemos dar cuenta de ello. Está en curso uno de los ataques más grandes que han sufrido los trabajadores a sus libertades democráticas en los últimos treinta años: la condena a cadena perpetua a petroleros de la localidad santacruceña de Las Heras por haber reclamado contra el impuesto a las ganancias y por el fin de las tercerizaciones. Esa lucha terminó en una pueblada cuando encarcelaron a uno de los dirigentes petroleros, y, en la represión policial de dicha movilización, resultó muerto un efectivo.
Sin ninguna prueba que los avale, con testimonios arrancados bajo torturas fueron armando paso a paso una causa judicial que incluso fue declarada nula dos veces. Nada les impidió proseguir: las grandes empresas petroleras esperaban un castigo ejemplar para ese pueblo trabajador que se animó a desafiarlas. ¿Quién mató al oficial Sayago? No les importa o, al menos, lo que es seguro, no lograron demostrarlo en un juicio oral plagado de irregularidades y con apremios ilegales tan propios del método investigativo de las policías actuales; sabían desde el inicio a quiénes querían culpar del crimen.
En esta semana la sentencia de la vergüenza, del servilismo a los dólares del petróleo, de la injusticia, fue recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Río Gallegos. Será este el que deba resolver si convalida ese fallo atroz o hace justicia absolviendo a los trabajadores.
Hay reservas de solidaridad que años de dictadura y neoliberalismo no han podido aplastar. Ante este ataque, el apoyo de los trabajadores, de los organismos de derechos humanos, de algunos diputados y legisladores se está empezando a hacer escuchar. Han firmado un petitorio exigiendo la absolución de los trabajadores, y varios de ellos participaron de la conferencia de prensa que se realizó en el Congreso de la Nación a instancias del diputado del PTS en el Frente de Izquierda, Nicolás del Caño, y del Comité por la Absolución de los Petroleros de Las Heras. Este miércoles 5 de febrero, una Plaza de Mayo vallada tuvo como oradores centrales a Adolfo Pérez Esquivel, Nora Cortiñas, Mirta Baravalle, Elia Espen, madres de Plaza de Mayo que acompañaron la masiva movilización que reclamó la absolución.
Osvaldo Bayer les escribió una emotiva carta a los trabajadores condenados en la que los compara con los mártires de Chicago. Dice el genial escritor: “Esta injusticia histórica en la Argentina puede compararse con la condena sufrida por los mártires de Chicago, esos luchadores por las sagradas ocho horas de trabajo. Cuatro de ellos sufrieron la pena de muerte, y tres, cadena perpetua. Cien años después la justicia norteamericana reconoció que se había equivocado. Un poco tarde…”. Y culmina: “Que los jueces que han aprobado el nefasto fallo piensen que pueden pasar a la historia por haber sido autores del fallo más erróneo e injusto de nuestra historia. Y la historia siempre recordará a esos jueces y se preguntará: ¿Por qué lo hicieron? Acompañemos a los trabajadores en su lucha. De ellos es el futuro, y los hoy condenados pasarán a ser nuestros héroes del presente y del futuro”.
Así como no nos olvidaremos nunca los nombres de estos jueces autores de la infamia, integrantes del Tribunal Oral de Caleta Olivia: Cristina Lembeye, Humberto Monelos y Juan Pablo Olivera. No olvidaremos al complaciente fiscal Ariel Candia que se atrevió a decir que a una bolsa en la cabeza y a un par de cachetadas… él no las consideraba torturas.
Pero tampoco nos queremos olvidar los nombres de aquellos que, en un momento donde se quiere imponer la cárcel a perpetuidad a trabajadores, supieron expresar su solidaridad y levantaron fuerte la voz diciendo absolución de los trabajadores petroleros de Las Heras.
Estos son solamente algunos de ellos: James Petras (EE. UU.), Michael Löwy (Francia), Alex Callinicos (Gran Bretaña), Alain Krivine (Francia), Hugo Yasky, Victorio Paulón, Claudio Marín, Beto Pianelli, Víctor De Gennaro, Julio Fuentes y ATE Nacional, Carlos Chile, Alejandro Bercovich, Pablo Llonto, Alejandro Wall, Diego Martínez, Claudio Dellecarbonara, Roberto Gargarella, Inés Izaguirre, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, SERPAJ, Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, Asociación Madres de Plaza de Mayo Neuquén y el Alto Valle, Luis Zamora, Pino Solanas, Gustavo Vera, Patricia Walsh, Carlos Slepoy, Liliana Chiernajowsky, Olga Cristiano, Matías Cremonte, Victoria Basualdo, Eduardo Grüner, Tununa Mercado, Aldo Getino, Néstor Pitrola, Liliana Parada, Oscar Martínez, Pablo Ferreyra, Alejandro Bodart, Carlos “Perro” Santillán, Rubén “Pollo” Sobrero, Gustavo Lerer, Alejandro López y Raúl Godoy del Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Neuquén – SOECN, Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmontadores de Algodón y Afines, Asamblea de Trabajadores de Página/12, Comisión Interna de Donnelley, Colectivo de Trabajadores de Prensa, ATE Sur Gran Buenos Aires, y siguen decenas de firmas de Argentina, Chile, México y Europa.