Por: Roberto Basualdo
En el Senado acabamos de darle media sanción al proyecto de ley que establece que la asignación universal por hijo (AUH), por embarazo y las asignaciones familiares aumenten de manera automática con el mismo índice con el que se ajustan las jubilaciones, dos veces por año.
Celebro la iniciativa. ¿Qué mejor que tener una actualización por ley? Sin embargo, me gustaría que la AUH sea en la práctica realmente universal. El artículo 2 del proyecto del Ejecutivo plantea la aplicación de un diferencial por zona de un 30 % adicional para los habitantes de la Patagonia por el costo de vida más caro.
En este punto, creo que estamos ante una cuestión de comercio local. Son otras las cuestiones que tenemos que plantear. Debemos preguntarnos por qué hay un costo de vida más caro en ciertos sectores del país. Pero por este motivo la AUH no tiene que perder la universalidad, debe ser para todos por igual.
Por último, otro de los problemas que observo tiene que ver con cómo afecta la falta de universalidad al combate del trabajo en negro. Muchos rechazan un empleo en blanco por miedo a perder la AUH.
Lo mismo sucede con el trabajo temporario, por ejemplo, el de cosechador, lo cual castiga fuertemente a las economías regionales que se encuentran sin mano de obra por este motivo. Quienes poseen el beneficio del plan social no quieren acceder a este tipo de trabajo. En estos casos debería existir una facilidad para que puedan seguir percibiendo ese ingreso independientemente del empleo que posean.
Por ese motivo, hace tiempo presenté una iniciativa que impulsa la inclusión de los trabajadores temporarios dentro de este beneficio. El proyecto sugería que en caso de mantenerse la AUH para los trabajadores estacionales, el empresariado realizaría el aporte correspondiente.
Creo que si bien haber logrado por ley que dos veces al año se realice la actualización de las asignaciones familiares es un avance, todavía hay cuestiones pendientes en materia de beneficios sociales, especialmente cuando se trata de la AUH, que permite a las familias brindarles a sus menores una mejor calidad de vida.