La Cumbre Sur-Sur: de lo que no se habla

Stella Calloni

En Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, transcurrió, entre el 20 y el 23 de febrero, la III Cumbre del Foro de Cooperación América del Sur-África (ASA) bajo el lema de “Estrategias y mecanismos para fortalecer la cooperación Sur-Sur”, lo que en tiempos de una severa crisis mundial tiene importancia clave por la característica multilateral de esta reunión.

 

En esta cumbre, olvidada por diversos medios de comunicación, influidos por una mirada colonizada, se debatió en base a la búsqueda de soluciones comunes entre naciones, muchas de ellas consideradas pobres, pero que son inmensamente ricas en recursos naturales y están nuevamente en la mira de ambiciones recolonizadoras. Se discutieron, además, importantes proyectos orientados en áreas que son prioritarias para nuestras naciones, como ciencia, energía, tecnología, infraestructuras, seguridad, inversiones y otras.
Este foro está integrado por unas doce naciones de América Latina, la mayoría de ellas de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y 54 países de África, una buena parte de los cuales pertenece al bloque de la Unión Africana.

Inspirada en la primera reunión que se produjo por iniciativa de Brasil y Nigeria, y que se celebró en este último país en 2006, mientras la segunda fue en 2009 en la Isla Margarita de Venezuela, a esta tercera reunión asistieron varios jefes de Estado y de gobierno.

El presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, propuso estudiar la posibilidad de que se pueda incorporar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) al Foro de Cooperación África-América del Sur, lo que conformaría un gran un escenario de multilateralidad en momentos en que hay serios intentos de impedir la profundización de estas integraciones impensables en otros tiempos, acudiendo a los acuerdos bilaterales con algunos países, para quebrar la unidad.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, anfitrión de la II reunión en la Isla Margarita y en recuperación de una grave enfermedad en su país en estos momentos, envió un mensaje leído por el canciller Elías Jaua, donde recordaba que ambas regiones están “unidas por indivisibles lazos históricos, destinados a marchar juntos hacia la absoluta y plena redención” y rechazó las múltiples intervenciones y ataques de las potencias de Occidente que ha enfrentado el continente africano en años recientes. Por esas razones Venezuela se ha opuesto a todo tipo de intervención militar extranjera como en Libia y también rechaza toda injerencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). “Es en nuestros continentes donde se encuentran los suficientes recursos naturales, políticos e históricos que se requieren para salvar el planeta del caos en que se halla” fue  el mensaje de Chávez.

Lo reafirmó la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, quien advirtió que África y América del Sur serán protagonistas decisivos de ese nuevo escenario histórico. “Tenemos la oportunidad histórica de reducir la distancia tanto económica como social que todavía nos separa de los países más avanzados. África y América del Sur seremos protagonistas decisivos” agregó, estableciendo una serie de propuestas sobre cooperación en distintas áreas.

Nuevamente, como en otros foros, volvió a mencionar la necesidad de reformar urgentemente Naciones Unidas “porque nada justifica que África y Sudamérica sigan sin representación permanente en el Consejo de Seguridad. También hizo serias críticas al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial.

Brasil tiene fuertes relaciones comerciales en el continente africano, y una raíz cultural que persiste a través de todos los tiempos y sobre esta base y esta necesidad de unir fuerzas cada día más, ante la diversidad de amenazas que rodean a unos y a otros, la mandataria brasileña puso énfasis en esta justa presencia en el Consejo de Seguridad de ONU.

También la intervención del presidente boliviano Evo Morales tendió puentes importantes. En la Declaración de Malabo, se manifestó el reclamo y apoyo al gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de los 54 países africanos asistentes por la soberanía argentina en las Islas Malvinas bajo colonialismo británico desde 1833. Es la primera vez que un conjunto tan importante de países africanos toman posición en un tema tan sensible para ellos, con una historia de largas luchas anticoloniales, que de alguna manera están recomenzando.

En la declaración final se destacó como eje central profundizar la cooperación sur-sur, por lo que se planteó dar una estructura más sólida a este mecanismo de integración birregional, que es estratégico y que debería tener una fuerte repercusión. También, y muy especialmente en el área de la defensa continental, ya que la conformación de un Comando Africano, establecido desde el 2007 por Estados Unidos en Africa con las características similares a las del Comando Sur para nuestra región, conforman otra amenaza de militarización y geoestratégica que afecta a unos y a otros.

 

Fuente: Télam