La AMIA y el comercio con Irán

Adrián González

Durante el debate sobre el Memorando de Entendimiento con Irán que busca esclarecer el atentado a la mutual judía ocurrido hace casi dos décadas, y cuya causa judicial se hallaba totalmente paralizada, tanto en los medios de comunicación como en las comisiones del Senado, se ha escuchado decir a miembros de la oposición y dirigentes políticos y sociales que el tratado firmado tenía como finalidad ocupar un lugar protagónico en el comercio bilateral con el país persa.

Es cierto que el comercio bilateral se ha incrementado con la nación asiática, pero nuestro país no ha sido el único que lo ha hecho. Durante el año pasado el total de exportaciones de nuestro país al mundo arrojó 81.205 millones de dólares de los cuales sólo un 4% (U$S3248,2 M) corresponden al conglomerado de naciones de Medio Oriente, conformado por 15 países.

Si se lo compara con los datos de 2002, encontramos que ese año el guarismo es el mismo (4%), aunque es de suponer que existe una variación de precios y cantidades en virtud tanto de la volatilidad de los bienes exportables como de la diversificación y aumento de las ventas al exterior.

Ahora bien, si se toman únicamente las exportaciones hacia el país islámico, hallaremos que durante 2012 las ventas decrecieron en orden al 7% respecto del año anterior. Siguiendo con esa serie, durante 2011 el descenso se ubicó en el 34% respecto de 2010. Contrariamente, durante este último existió un aumento de casi el 70% respecto de 2009, y en 2009 una merma del 26% respecto de 2008.

Asimismo, entre 2007 y 2012, las ventas arrojaron un incremento del orden del 329%, como se dijo, impactado principalmente por el aumento de los precios internacionales de los bienes exportables. No obstante ello, en esos últimos seis años el porcentaje de exportaciones a Irán sobre las exportaciones totales fue del 0,57% para 2007; 1,54% para 2008; 1,53 para 2009; 2,13% para 2010; 1,28% para 2011 y 1,29% para el año pasado. Resultando un promedio del 1,4% para el período.

El diario Perfil, en su edición del 29 de mayo de 2011, planteaba que “el grueso de las exportaciones a Irán está controlado por apenas un puñado de compañías agropecuarias. Las cinco que mayor volumen mueven cuentan con el 78% del total de las ventas. La lista de 2010 la encabezaron Cargill, Louis Dreyfus Argentina (LDC), Bunge Argentina, Oleaginosa Moreno Hermanos y Nidera, seguidas por Molinos Río de la Plata, Aceitera General Deheza, Asociación de Cooperativas Argentinas, ADM Argentina, y Vicentín. Uno de los principales reclamos de los familiares de las víctimas de los atentados es que algunas de estas empresas son de origen judío y están haciendo negocios con Irán, cuando está implicado en la voladura de la AMIA. “Nos produce cierto tipo de escozor que algunos de los que realizan transacciones comerciales sean de origen judío”, afirma -en esa edición- Luis Czyzewski, representante de la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas de la AMIA, en relación a la presencia de Louis Dreyfus y Bunge en los negocios. Según fuentes cercanas a LDC, la compañía tuvo cerrada las ventas directas a Irán varios años, pero esta medida ya no tiene vigencia, por lo que negocia libremente con Teherán”. Por lo visto, nadie dejó pasar la ocasión de hacer negocios.

Curiosamente, EEUU, país que ha promovido sanciones económicas contra Irán para seguir manteniendo la hegemonía del control nuclear del planeta en manos de unos pocos países con pasado imperial, ha aumentado durante el año pasado casi un tercio sus exportaciones al país al que ha puesto en la lista del “eje del mal”.

En su retórica hacia el mundo, los EEUU han procurado que la Unión Europea (UE) aplicara sanciones económicas a Irán consistentes en dejar de exportar hacia aquella, mientras el país del norte pasaba a ocupar el rol de vendedor de los productos que la UE dejaba de vender. Así es como la venta de trigo y otros cereales entre enero y agosto del 2012 constituyeron el 45% de todas las mercancías estadounidenses que llegaron a la República Islámica. Los lácteos estadounidenses duplicaron su volumen hacia Irán en comparación con los de 2011. Mientras que en esos ocho meses sumaron exportaciones por casi 200 millones de dólares. Estos datos fueron revelados por en su momento por la Oficina del Censo de los EEUU.

Así y todo, el total de exportaciones de la UE a Irán durante el 2010 supusieron 11.300 millones de euros, creciendo justamente el mismo porcentaje que disminuyó el ejercicio anterior (8,8%). Un desagregado por países arroja los siguientes datos: Alemania exportó a Irán en 2010 por 3.800 millones de euros, Italia por 2.060 millones, Francia por 1.700, Holanda por 587, Bélgica por 581, Suecia por 564 y España orilló los 500 millones.

Todos estos países aumentaron sus exportaciones en valor a Irán durante 2010. Desde el espectacular 65% de Suecia, al pobre 0,5% de Alemania, que, aun así, se ubica como el mayor exportador de la UE a la república islámica.

La evidencia empírica demuestra que, a pesar de la retórica, nadie ha dejado de ejercer el comercio. Ni EEUU ni la UE, cuyas exportaciones no sólo no han cesado sino que, por el contrario, han aumentado. Caer en el lugar ramplón de las frases hechas da la impresión de ignorancia o mala fe.