Las clases medias se alejan del PJ

Alberto Valdez

Evidentemente el sacudón que provocó el fallo de la Ley de Medios en el escenario político eclipsó o puso en segundo plano las consecuencias de los comicios legislativos del 27 de octubre. Más allá de la previsible derrota del Frente para la Victoria, uno de los datos que conviene tener en cuenta para el análisis es el retroceso electoral del PJ y sus variantes en centros urbanos o ciudades con fuerte predominio de la clase media.

Parecería que en las localidades más importantes del país se registró un fenómeno similar al de la Ciudad de Buenos Aires, donde más del 70% del electorado optó por ofertas no peronistas, como el PRO y UNEN. Este siempre ha sido un comportamiento habitual de los porteños bastante reacios al PJ. Lo interesante del resultado del 27 tiene que ver con una “nacionalización” del voto metropolitano.

Muchos dirán que esta conclusión es derribada por el veredicto de las urnas en la provincia de Buenos Aires porque un 80% del electorado votó por alternativas de origen peronista como el kirchnerismo y el Frente Renovador de Sergio Massa. Sin duda, el espacio no peronista que lideró Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsín no estuvo a la altura de las circunstancias y además fueron víctimas del “voto útil” contra los K.

Quizás haya concluido el ciclo de estos dirigentes, ya tuvieron demasiadas oportunidades y ya tienen un marcado techo electoral, y el Frente Progresista deba darle la oportunidad a otras figuras pensado en 2015. Pero además gran parte del electorado que votó a Massa no sólo no es de origen justicialista sino que además el tigrense “desperonizó” ostensiblemente su campaña electoral para atraer a las capas medias del GBA y de las ciudades del interior. Quedará para la oposición no peronista como una asignatura pendiente para dentro de dos años sobre todo en el Conurbano.

Pero el fenómeno del crecimiento electoral del llamado panradicalismo (UCR, socialistas y aliados) ha sido realmente considerable en términos cuantitativos y cualitativos. Este espacio político, como se preveía, ganó con holgura en la capital de Santa Fe, en Rosario y en Mendoza, tres de las ciudades más importantes del país. Pero contra muchos pronósticos logró imponerse en la capital cordobesa relegando al peronismo delasotista a un tercer lugar y ratificando que la figura del intendente radical Ramón Mestre (h) tiene proyección nacional o puede ser el próximo gobernador.

Otro de los batacazos lo dio el senador de la UCR José Cano al ganarle a la lista del gobernador José Alperovich en San Miguel de Tucumán. Ni hablar de la paliza que le dio el diputado radical Luís Martínez a los candidatos de Luís Beder Herrera en la capital riojana, donde se impuso por más de 14 puntos. También la gobernadora Lucía Corpacci fue duramente derrotada en San Fernando del Valle de Catamarca por su antecesor Eduardo Brizuela del Moral.

Pero sin duda la victoria más contundente del panradicalismo se registró en San Salvador de Jujuy, donde el delfín de Gerardo Morales, Mario Fiad de la UCR, arraso al peronismo del gobernador Eduardo Fellner por más de 20 puntos. La puja terminó 47,2% del Frente Jujeño contra el 24,6% del Frente para la Victoria, un resultado histórico en una provincia que viene siendo gobernada por el PJ desde 1983. Con estos números Morales queda muy bien posicionado para pelear por la gobernación en 2015.

El mapa de las ciudades capitales arroja otras sorpresas. La UCR ganó en Posadas a la lista del gobernador Maurice Closs, el Frente Pampeano Cívico y Social se impuso al PJ por más de 14 puntos en Santa Rosa y el radical Eduardo Costa arrasó en Río Gallegos. El peronismo fue derrotado en 11 capitales de provincia por el panradicalismo, además ganó el Movimiento Popular Fueguino en Ushuaia, el PO relegó a un tercer lugar a la lista de diputados nacionales del gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti quedó también en ese puesto por la levantada final del ex árbitro Ramón Baldassi con los colores del PRO.

Se dirá que fue una elección de medio término que no tiene el impacto de comicios por cargos ejecutivos pero lo cierto es que no sólo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue derrotada hace dos domingos. Los gobernadores del PJ fueron castigados por sus malas gestiones y por su alineamiento con el kirchnerismo. Esa fuga de votos favoreció esencialmente a la UCR y sus aliados pero este electorado disconforme puede ser captado por Sergio Massa o Mauricio Macri en 2015.

Quizás este fin de ciclo K termine golpeando duramente al establishment justicialista que no termina de tomar distancias de la Casa Rosada por necesidades fiscales. Todo dependerá de la transición hacia al final del mandato de CFK. Es probable que la insatisfacción y los problemas que afectan a los gobernadores del PJ pongan en duda aquella doctrina indiscutida respecto a que sólo los peronistas pueden garantizar la gobernabilidad en la Argentina.