Por: Alejandro Bodart
Mauricio Macri ya envió a la Legislatura porteña su proyecto de Presupuesto 2014 y un paquete de 20 leyes más, casi todas de ajuste público y negocios privados. Para aprobarlas precisa otros votos aparte del PRO. Como ahora no le es fácil por las elecciones, después del 27 de octubre, y aprovechando el recambio de 30 diputados -muchos de los cuales buscarán reciclarse en algún otro cargo-, es muy posible que vuelva el pacto PRO-K.
El presupuesto es el plan de gobierno en números. Y allí se ve que planea Macri. Mientras Salud recibió en 2013 un 20.1% del total, para 2014 baja a 19.6%. A Educación este año se destinó un 24.2%, pero para el próximo cae a 21.6%: casi tres puntos menos. Y también baja la proporción destinada a Vivienda. A la vez que se desprotegen la salud, la educación y la vivienda social, se ratifican el aumento de ABL a los vecinos y las injustas exenciones a grandes empresas.
El aumento de ABL es regresivo por cuatro razones: las alícuotas no surgen de un revalúo casa por casa sino por zona, no se considera la capacidad contributiva en una ciudad con muchos jubilados, no grava progresivamente al multipropietario y, para colmo, siguen exentas las empresas de los distritos Tecnológico, Audiovisual, Logístico y De las Artes. Éstas no pagan ABL, ni Ingresos Brutos, ni Impuesto de Sellos, ni nada, monto millonario que la Ciudad deja de percibir y el gobierno sigue manteniendo en secreto.
Una de las “sorpresas” del paquete de leyes es un proyecto para permitirle al Grupo IRSA -la mayor corporación inmobiliaria del país- construir un nuevo shopping en Caballito. En contra de los vecinos y comerciantes del barrio, Macri quiere cambiar la zonificación residencial del predio y autorizar a IRSA a utilizar dos manzanas sobre la Avenida Avellaneda, al lado de Ferro. Podría construir hasta 38 metros de altura, o sea unos 12 pisos, en un barrio sobresaturado y cuyos servicios y tránsito están colapsados.
Otra “perla” es el llamado Plan Maestro para la Comuna 8. El proyecto incluye ceder tierras públicas, permitir concesiones privadas por 30 años en el Autódromo y el Parque Roca, supeditar la urbanización de villas a la venta de inmuebles públicos, y crear los distritos Deportivo, Biotecnológico y Automotriz, con exenciones fiscales totales a esas empresas por 10 años. Lamentablemente, el diputado Aníbal Ibarra del Interbloque K ya firmó el despacho del PRO… El paquetazo trae mucho más. Hay proyectos para permitirle al Alvear Palace Hotel construir y gerenciar un estacionamiento bajo el parque Mujeres Argentinas; vender varios inmuebles públicos; volver a concesionar a privados el servicio de grúas; instalar parquímetros en varios barrios; demoler el Velódromo; aceptar nuevos endeudamientos; transferir El Dorrego a grandes productoras de televisión, una reforma privatista de la Ley de Cultura y otras lindezas. Es más: como Macri no pudo transferir por decreto el Cuerpo de Inspección Laboral, ahora busca hacerlo por ley.
Ante este panorama, vamos a seguir acompañando los reclamos de los vecinos -como los de los barrios inundados o los de Caballito- y los trabajadores de la Ciudad: inspectores, enfermeras y profesionales de la salud, orquestas infantiles, trabajadores de Desarrollo Social, del Borda, docentes y otros. Junto con respaldar las luchas, hace falta dar batalla política contra toda posible reedición del pacto PRO-K. Como en la Legislatura el macrismo no tiene mayoría propia, sino 26 diputados sobre 60, de nuevo apelará al trueque de cargos y leyes para juntar los votos que le faltan. Hay cargos en danza en la Defensoría del Pueblo, la Auditoría de la Ciudad, el Ministerio Público Fiscal y otros organismos. Pero ningún bloque que se diga opositor puede entrar en esas transas. Nuestro compromiso es resistir todo este paquetazo de Macri y también poner en evidencia a quienes le sean funcionales.