Por: Daniel Sticco
Después de dos años de cepo cambiario, traba a las importaciones, incluida la de insumos esenciales, pesificación de las operaciones inmobiliarias, y fracaso del control de precios, la ciudadanía dio su voto de repudio.
La profundización de la presión tributaria sobre los salarios, al punto que ya un cuarto de los trabajadores ve que su ingreso de bolsillo no crece a la par de los aumentos que obtiene en paritarias, fue un factor clave en la pérdida de casi 20 puntos porcentuales de aquel 54% de octubre de 2011.
El Gobierno creyó que “un poco de inflación” no hace daño a los sectores de menores ingresos, porque fueron beneficiados con planes asistenciales, suba de las jubilaciones y de los salarios mínimos por arriba del promedio de alza de precios. Sin embargo, el resultado de las urnas en estas primarias reflejan que eso fue insuficiente.
También pensó que forzar un cambio de cultura inmobiliaria en el que las transacciones se pactan en dólares, a favor de una pesificación no sustentada en la estabilidad de precios del promedio de los bienes y servicios, no sería castigado en las urnas.
Y si bien Cristina Kirchner resaltó anoche que su compromiso es “asegurar la gobernabilidad de 40 millones de argentinos”, lo cierto es que en estas elecciones primarias sobre poco más de 30 millones de electores, apenas 6 millones respaldaron en forma directa al Frente para la Victoria, menos de un cuarto de los votos válidos para diputados nacionales. Si se agregan fuerzas aliadas fieles, esa proporción apenas superaría el 35 por ciento.
Ahora las expectativas están dadas en los próximos pasos “rumbo al 27 de octubre, por la victoria”.
La experiencia reciente muestra con claridad que tanto cuando el oficialismo en el orden nacional perdió, como en 2009, o ganó en forma contundente, como en 2011, reaccionó con medidas heterodoxas, muchas de ellas respaldadas por la oposición, como la estatización de los fondos que los trabajadores había ahorrado en el sistema de AFJP, en el primer caso, y la expropiación de las tenencias accionarias de Repsol en YPF o la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, en el segundo. El cepo vino por decreto y resoluciones de la AFIP y Banco Central.
De ahí que ahora cabe esperar que no sólo se intente avanzar con un trámite express en el tratamiento del Presupuesto de Gastos y Recursos para 2014, a partir del 15 de septiembre y antes del 10 de diciembre, cuando se renueven parcialmente los colores de las cámaras con mayor caudal de legisladores opositores, sino que también se busque avanzar con la creación de un impuesto a la renta financiera, sin medir claramente sus consecuencias sobre la inversión productiva y la aceleración de la fuga de capitales.
También podría impulsarse la búsqueda de apoyo compulsivo de la banca para la suscripción de un “bono patriótico” para acelerar el plan de vivienda Pro.Crear como las lentas inversiones en la exploración del megayacimiento de Vaca Muerta.
No está claro que se avance sobre el control de las importaciones, por su probado impacto negativo sobre la actividad productiva. Sólo ha crecido sobre la base de las exportaciones de automotores a Brasil y la recuperación de las cosechas. No mucho más.
Mientras que del lado de las exportaciones, de la mano de Brasil, se ha comenzado a acelerar el ritmo de devaluación del peso, a tono con la tasa de alza de los salarios, para que no se agrave la pérdida de competitividad cambiaria, en un momento en que los precios internacionales de las principales materias primas que vende la Argentina ingresaron en una senda declinante, entre 12 y 20% respecto de un año atrás.