Por: Darío Epstein
La desaceleración de China es tan sólo la punta del ovillo. El mundo como un todo se desacelera y, en el actual escenario de devaluaciones cruzadas, pierden todos.
El crecimiento mundial disminuyó en el primer semestre de 2015 como consecuencia de la desaceleración de los mercados emergentes y del enfriamiento de la mayoría de las economías avanzadas.
En forma más selectiva, aquellos países que dependen de los commodities son los más afectados, algo que se ha verificado desde el año pasado.
Las devaluaciones de las principales monedas emergentes y de Latinoamérica han sido testigo de los ajustes que se producen para poder hacer frente a estos nuevos desafíos, en una espiral negativa poco productiva, ya que cuando se devalúa, se lo hace contra todas las demás monedas. Si todas las demás monedas lo hacen, es un juego de suma cero que siempre tendrá al último en devaluar como el primero que lo hará en el siguiente período.
Dado que Estados Unidos ha retrasado sus planes de elevar las tasas de interés por estar preocupado por este escenario, el consenso de mercado se ha movido al mes de marzo del año que viene como puntapié inicial para normalizar el ciclo monetario de la economía más grande del mundo, que ya lleva 7 años con tasas cero. El mercado espera que el 16 de marzo las cosas comiencen a normalizarse. En este período, el dólar encontró una pausa en su apreciación y permitió una temporal recuperación de todas las monedas, pero, a nuestro entender, se trata apenas de un rebote.
Todas las monedas emergentes se han depreciado este año contra el dólar:
Entre las mayores caídas del año figuran el real brasileño, la nueva lira turca, el peso colombiano y el peso uruguayo, con más del 17% de retroceso acumulado.
La caída en los precios de las materias primas se combina con la depreciación de las monedas de los mercados emergentes y la creciente volatilidad de las bolsas debido al shock causado por la devaluación de China y sus indicadores macro que defraudaron.
Las nuevas proyecciones de crecimiento del FMI del mes de octubre son una muestra de las dificultades, ya que se pronostica un crecimiento mundial que será más bajo en 2015 respecto al año pasado. Se proyecta 3,1% para 2015, 0,2% por debajo de lo pronosticado el mes de julio pasado.
Las estimaciones basadas en las estadísticas del comercio internacional de mercancías implican directamente una contracción para este año en materia de volúmenes respecto a 2014.
Las economías avanzadas crecieron en forma aceptable en el primer semestre, pero tan sólo eso. Teniendo en cuenta la debilidad de las exportaciones a China y los flojos precios de las materias primas, la periferia ha comenzado a contagiar al centro.
En la eurozona se destacan Irlanda y España, gracias a la reactivación de la demanda interna, pero Alemania se complicó por el impacto de sus exportaciones a China: es el mayor exportador mundial y China le pega de cerca.
En Japón, durante el primer semestre, el consumo y la exportación neta defraudaron las expectativas.
¿Lo único positivo es que no hay indicios de inflación en el G10? Precisamente no, dado que la problemática que enfrenta hoy es la deflación. En forma interanual, la inflación es negativa en Europa y en Estados Unidos es apenas positiva. El dato núcleo (core) luce mejor y gran parte se debe a la caída de los precios del petróleo y los alimentos. Pero es cero en promedio al fin. El consumidor se beneficia, el empresario lo sufre, con gran selectividad.
En las economías en desarrollo como Brasil, Rusia y algunos países de Latinoamérica y Oriente Medio existen escenarios de recesión que se suman a la desaceleración gradual prevista para China.
¿Tiene algún comentario o pregunta?
Contácteme: @DarioEpstein