Marcelo y el resto de mis de amigos de Brasil que vinieron a visitarme no pudieron tomar el barco que navega el Potomac River hacia Alexandria, porque los funcionarios del National Park Police tuvieron que dejar de trabajar luego de que el presidente Obama y la mayoría republicana en la Cámara de Representantes no se pusieron de acuerdo sobre el presupuesto y como consecuencia cerrara el gobierno por falta de recursos. El turismo de la ciudad se irá extinguiendo, ya que museos, memorials, y cementerios permanecerán sin personal y, por lo tanto, cerrados.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué no se encuentra liderazgo en Washington? El gobierno norteamericano no ha aprobado un presupuesto hace cinco años. Sí, ¡cinco años! Es difícil imaginarse una empresa, pequeña o grande, una familia, una organización sin fines de lucro, o un gobierno, funcionar sin presupuesto. Mucho menos un gobierno que gasta más de 3 trillones de dólares diarios, la economía más grande del mundo. La Administración Obama ha venido funcionando con una aprobación de gasto tras otra, dando lugar en cada extensión a una nueva negociación con el partido republicano. Esta vez, ese vencimiento era el 31 de septiembre, y los republicanos aprovecharon el momento para traer a la negociación el financiamiento de la reforma de salud, el logro más importante de su gobierno, que ha sido aprobado hace tres años.
En dos reuniones en el Departamento de Estado me avisaron que esperan que algunas embajadas empiecen a cerrar por falta de presupuesto, por lo que no era conveniente seguir negociaciones hasta que se aprobara el presupuesto. Y lo mismo seguirá pasando con los servicios no esenciales en todas las ciudades del país.
“Cuando hablamos del Congreso pagando las cuentas, no podemos ser un país que va de crisis en crisis, cada dos o tres meses”, dijo el presidente Obama en una de sus innumerables apariciones frente a los medios de comunicación en los últimos días. Y le respondió el líder republicano de la Cámara de Representantes: “Nosotros dejamos nuestras posiciones bien clara. El Senado (de mayoría demócrata) continua rechazando nuestra oferta”. Es sorprendente la intransigencia de ambos bandos. Parece más bien una batalla de comunicados de prensa; el presidente pontificando desde la Casa Blanca, como si los congresistas fueran sus estudiantes y los republicanos peleándose entre las diferentes facciones, por ver quién muestra mayor oposición a las posturas demócratas.
Como era de esperar, la población americana mira estupefacta a un liderazgo político que parece haber perdido contacto con la realidad. Que presenta niveles de intransigencia e inflexibilidad que ninguna encuesta refleja en sus representados. En la última encuesta Quinnipiac, los Americanos se oponen 72-22 a que se cierre el gobierno federal como forma de bloquear la reforma de salud. Los votantes se oponen a la reforma de salud del presidente, pero se oponen 58-34 a que el Congreso le quite financiamiento.
Las encuestas son confusas, la opinión de la gente también, y satisfacer a todos nunca es posible, pero pareciera bien claro el clamor de la gente en contra de cerrar el gobierno federal. El gobierno federal es el mayor empleador del país, con más de 2 millones de trabajadores civiles y un millón cuatrocientos mil militares activos, en los 50 estados del país y en todo el mundo. Miles de estos han dejado de percibir un ingreso y miles más lo irán dejando a medida que pasen los días. Muchos de nosotros miramos a este país con admiración, demandando liderazgo en un mundo donde hay muy poco. Es difícil esperar resultados en las negociaciones con Siria o con Irán, si no se pueden poner de acuerdo en el presupuesto nacional.