La confirmación por el Presidente Ben Bernanke de la Reserva Federal, la semana pasada, de que los días del dinero barato terminarán en el futuro cercano generó volatilidad en los mercados a lo largo del mundo. Pero, en los mercados emergentes, particularmente en los llamados BRICS—Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica—la consecuencia fue una estampida de capital foráneo.
El Wall Street Journal cita una estimación que los flujos hacia afuera de los fondos mutuos dedicados a los bonos de los mercados emergentes, la semana pasada, aumentaron a $6,000 millones, desde $3,000 millones la semana anterior.
Asimismo, las ventas desencadenadas por el cambio de política anunciado por la Reserva Federal pueden estar confirmando una tendencia existente. Un estudio reciente divulgado por el Instituto de Finanzas Internacionales, el centro de investigación de los grandes bancos comerciales con sede en Washington, estima que los flujos de capital hacia las economías emergentes disminuirán tanto este año como el entrante. El Instituto proyecta que tales flujos disminuirán $36,000 millones en 2013 y $33,000 millones en 2014.
Este puede ser el comienzo de la bajada de lo que la Oficina de Washington de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe describe como la “montaña rusa” del acceso de la región a los mercados internacionales de bonos. Más aún, históricamente, las fugas de capital desde Latinoamérica están estrechamente vinculadas a los aumentos de las tasas de interés en Estados Unidos, como ocurrió durante la crisis de la deuda de los años ochenta, o la crisis del peso mexicano de 1994.