Han pasado cinco años desde que el Departamento de Trabajo registró 7% como la tasa de desempleo en Estados Unidos. Esta cifra también es la mejor que ha visto el presidente Barack Obama, desde que fue electo en noviembre de 2008. Para la inauguración del presidente Obama, la tasa de desempleo era de 7,3%, llegó a 10% en octubre de 2009 y ha disminuido lentamente desde entonces. En noviembre pasado, la creación de 203.000 nuevos empleos no agrícolas fue precedida por la creación de 204.000 en octubre. Todos los sectores económicos crearon nuevos empleos en noviembre, incluyendo la manufactura, la construcción, así como los hoteles y restaurantes.
La pregunta planteada por estas cifras positivas es cómo las leerá el banco central en su próxima reunión del 17 y 18 de diciembre. Es decir, si las verá como una señal vigorosa para comenzar a desmantelar las medidas de estímulo, tales como las compras de bonos y mantener la tasa de interés cercana a cero. Algunos funcionarios del banco central han planteado una nota de cautela respecto a esas cifras. Porque durante tres años consecutivos la economía estadounidense, al final de cada año, ha mostrado creación vigorosa de empleo, seguida por una desaceleración en la primavera. Por ejemplo, en julio pasado la creación de empleo fue de apenas 84.000 nuevos puestos de trabajo. Otro factor visto como indicativo de que el banco central optará por posponer la decisión tiene que ver con la inflación, la cual se mantiene por debajo del objetivo de 2% anual.