Nubarrones en el frente externo

Juan Gasalla

Con una caída interanual del 32%, el saldo comercial tuvo entre enero y agosto su retroceso más profundo desde la devaluación. En los primeros ocho meses de 2013, el superávit acumuló u$s6.292 millones, muy cerca del piso de u$s6.282 millones del período enero-agosto de 2007, con la diferencia que hace seis años la caída interanual fue de 19,6% respecto de 2006. Para encontrar un recorte mayor en el resultado comercial hay que retroceder a 1998, cuando había déficit en el intercambio de bienes y servicios y éste aumentaba a un ritmo del 86% en la comparación interanual.

En agosto el superávit comercial alcanzó los u$s568 millones, un 59% por debajo del mismo mes del año pasado. Desde el fin del “uno a uno”, sólo hubo ocho meses en los que el saldo tuvo un recorte más marcado: enero de 2011 (-69,5%); en 2010, diciembre (-80,3%), noviembre (-67%), marzo (-77,3%) y febrero (-60,7%); junio y diciembre de 2008 (-77,6% y -59,4%, respectivamente) y agosto de 2007 (-67,3%).

Aunque positivo, hay que subrayar que no es imprescindible el superávit comercial para tener una economía pujante: la reducción de la brecha favorable no es por sí sola una mala noticia. Los países desarrollados tienden a buscar un equilibrio en este aspecto y varios de ellos tienen déficit en determinados períodos de su historia si la dinámica de la producción fronteras adentro requiere mayor cantidad de bienes importados.

En el caso argentino, tanto importaciones como exportaciones están en niveles récord. El dato que preocupa como un “nubarrón” en el frente externo es el incremento sin pausa de las compras de energía, que carcomen el superávit total, a la vez que se aplican restricciones al ingreso de piezas y accesorios para bienes de capital, y bienes intermedios, necesarios para el desarrollo de la producción local y generadores de futuras exportaciones con valor agregado. Una excepción en este punto son las compras en el rubro automotriz.

El total de importaciones de agosto alcanzó los u$s7.167 millones, un 14% por encima del valor del mismo mes del pasado año. “El 72% de ese crecimiento se explica por las mayores compras de combustibles y lubricantes, obedeciendo el 28% restante a vehículos para pasajeros”, destaca Abeceb.com. En contraste, las exportaciones se estancaron: facturaron u$s7.735 millones, apenas u$s34 millones más que agosto de 2012.

Más combustibles y menos máquinas

El resultado de la balanza energética dejó el mes pasado un resultado negativo de 1.199 millones de dólares. “Este valor es un 123% superior al acumulado de los primeros ocho meses de 2012”, señala Abeceb.com. Las compras por este rubro llegaron a u$s1.548 millones, un 103% más que en agosto de 2012, contra u$s349 millones por ventas de combustibles y energía, un 38% menos.

De alguna manera, el déficit energético y el “boom” de ventas de autos 0 kilómetro están relacionados: a mayor cantidad de unidades en circulación, crece la demanda de hidrocarburos y derivados.

En ocho meses el país compró energía por u$s9.029 millones, con exportaciones por u$s3.619 millones, con lo cual el balance acumulado del rubro es deficitario en 5.410 millones. Para cuantificar la salida de dólares por este concepto basta recordar que la caída de reservas en el Banco Central fue de u$s6.489 millones en el mismo período.

En el proyecto de ley de Presupuesto 2014, se prevé la utilización de reservas por u$s9.855 millones, principalmente para la cancelación de deuda. La consultora Finsoport advirtió que “de no mediar otras fuentes adicionales de ingresos de capitales las reservas internacionales podrían experimentar una significativa pérdida adicional, dado que en nuestra opinión el saldo de la balanza comercial no superaría el año próximo los 7.000 millones de dólares”.

En 2006, las compras externas de energía significaban sólo el 5% de las importaciones argentinas, mientras que en 2007 representaban el 7% del total. Hoy ascienden al 18% y son un motivo central para entender la reducción del superávit comercial y la pérdida de reservas –en u$s35.025 millones- cuando son las exportaciones la única vía para generar divisas, a falta de crédito e inversiones procedentes del exterior.