Por: Julieta Minervini
Uno de los caballitos de batalla del macrismo en años electorales han sido los programas supuestamente exitosos del Ministerio de Desarrollo Social de GCBA, de donde ha surgido la vicejefa de Gobierno María Eugenia Vidal. Uno de ellos es el BAP- Programa Buenos Aires Presente, que está cargo del director Ramón Lanús, perteneciente a la Subsecretaría de Fortalecimiento Familiar bajo la órbita del subsecretario Santiago López Medrano.
El BAP es el encargado de realizar todos los inviernos el denominado “Operativo Frío”. Este programa, que trabaja con personas en situación de calle en la ciudad, está lejos de ser “la panacea de los pobres” que intenta mostrar el macrismo a través de sus propagandas y de sus videos institucionales. Según el Gobierno de la Ciudad, existen actualmente 800 personas en calle y esa es la cifra oficial que difunden; sin embargo varias organizaciones sociales (Proyecto 7 entre ellos) y de derechos humanos, denuncian hace años que la cifra real de personas y familias en situación de calle se ubica entre los quince y dieciseis mil personas.
Ciertamente esta ultima cifra se corresponde con la realidad a la que nos enfrentamos los trabajadores del BAP, que somos los que todos los días encaramos nuestras tareas dentro del programa. Es evidente que cuando el GCBA parte de una cifra tan baja e irreal, la política pública que se desarrolla en los programas sociales para trabajar la problemática es, como mínimo, deficitaria.
Los trabajadores del BAP venimos denunciando desde agosto de 2012 la permanente intención de vaciamiento que existe en el programa, y que se agudiza día a día. Los recursos del Ministerio son subejecutados: de los 45 móviles con los que cuenta el programa sólo andan diez, y la mayoría no cuenta con gasoil los últimos día del mes. Ni siquiera cuentan con las condiciones mínimas de seguridad que se exigen para la circulación de un vehículo en la ciudad, como ser cinturones de seguridad. Si bien durante el “Operativo Frío” suelen abrirse más dispositivos (paradores), es frecuente encontrarse con lugares que no están habilitados por no contar con las condiciones necesarias para alojar personas.
Un ejemplo es el club Martín Fierro, club del barrio de San Cristóbal, se convierte durante el invierno en un parador. Para ingresar, las personas en calle deben hacer horas de cola, ingresando recién a las seis de la tarde y retirándose del parador todos los días entre las seis y las diez de la mañana, independientemente de las condiciones climáticas, llueva o haga tres grados bajo cero. Las personas, familias y niños no pueden permancer dentro del dispositivo. La mayor parte de los hogares y paradores de la ciudad no cuentan con los insumos necesarios para trabajar con los alojados.
Estos dispositivos terminan siendo depósitos de personas, ya que no existe una política integral que aborde la problemática de situación de calle. La cantidad de trabajadores designada es insuficiente, por lo que no se realizan los seguimientos necesarios.
Los paradores que se abren durante el Operativo Frío, cierran automáticamente cuando este operativo llega a su fin, independientemente de si sigue haciendo frío en la ciudad o no. Cuando esto sucede las personas quedan en la calle nuevamente (resentidas con un Estado que los abandona a su suerte una vez más.) El macrismo dice que tiene 700 operadores y profesionales trabajando en el Operativo Frío. ¿Pero cómo? ¿Tantos trabajadores para 800 personas en calle? Si esto fuera cierto, los trabajadores del BAP podríamos realizar una atención y seguimiento personalizado de cada una de las personas, situación que nada tiene que ver con la realidad.
Los trabajadores del BAP venimos denunciando esta situación hace mucho tiempo. El vaciamiento de las políticas sociales y la subejecución presupuestaria se pagan con la vida y la salud de hombres, mujeres y niños en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cuándo se va a hacer cargo el macrismo de los pobres de su ciudad?