Por: Laura Alonso
El vicepresidente de la Argentina ha sido citado a indagatoria en un caso de tráfico de influencias y negociaciones incompatibles con la función pública. Se trata de uno de los casos de corrupción institucionalmente más graves de la historia constitucional argentina.
La famosa nota firmada por el entonces ministro de Economía, Amado Boudou, y dirigida a Echegaray, solicitando “moratoria especial” a la AFIP para la ex imprenta Ciccone -a pesar del dictamen de la Dirección de Asuntos Jurídicos del Ministerio que le recomendaba lo contrario- es la punta del ovillo para descubrir las huellas del vicepresidente en este escándalo.
Las declaraciones de decenas de testigos, los cruzamientos de llamados telefónicos y calendarios, las cuentas de servicios a nombre de Vandenbroele en una propiedad de Boudou, la nota certificada por escribano de Héctor Ciccone, el enriquecimiento patrimonial inexplicable del vicepresidente y sus socios, la negativa de la Inspección General de Justicia a informar sobre los reales dueños de The Old Fund, la estatización de la imprenta por ley del Congreso sin que apareciera un dueño a reclamar su indemnización han sido indicios, pistas y pruebas que incrementaron las sospechas sobre Amado Boudou y el paraguas protector del kirchnerismo.
Sin embargo, muchos creemos que Boudou es la punta del iceberg. No actuó solo. Investigaciones periodísticas revelan que Néstor Kirchner había manifestado su “interés” por la imprenta anteriormente y aprovechó a algún enviado -antes de Boudou- mientras la compañía enfrentaba problemas económico-financieros graves.
En medio de los “avances” que sí logró el entonces ministro de Economía junto a su socio Núñez Carmona con la familia Ciccone, falleció Néstor Kirchner. A partir de ahí, la película fue otra.
Finalmente, y a pesar de la remoción del primer juez y fiscal de la causa, la patética conferencia de prensa de Boudou en el Senado calificando de esbirros y cachafaces a los periodistas, y las presiones e interferencias políticas, el vicepresidente de Cristina Kirchner tendrá que responder las preguntas del juez.
La contundencia del primer párrafo de la citación es seguida por una descripción minuciosa y precisa de fechas, días, reuniones y personajes. A los diputados nos queda analizar las instancias institucionales de remoción del vicepresidente Boudou por juicio político, y velar por la autonomía y la libertad de la Justicia para que investigue este caso sin presiones ni amenazas hasta las últimas consecuencias.