La visita del secretario de Defensa de los Estados Unidos, Leon Panetta, al Brasil esta semana ha sido poco debatida en la prensa brasileña, aunque la seguridad y la defensa sean temas de gran importáncia para un país que se postula como una potencia emergente. Sin embargo, la visita de Panetta he traído puntos importantes que involucran no solamente a Brasil sino también a sus vecinos. Mas allá de la proximidad declarada para la cooperación en términos de transferencia de tecnología, durante la visita se habló sobre el lobby para la compra de cazas supersónicos estadounidenses. Después de la cancelación de la compra de aviones de la empresa brasileña Embraer por parte de los Estados Unidos, fue necesario contener el malestar diplomático que esa medida he creado. No obstante, el tema está lejos de tener un punto final, ya que existe una declarada preferencia del Poder Ejecutivo brasileño por la tecnología francesa. Por otra parte, el incremento de la inversión brasileña en la industria de defensa es un tema no muy bien recibido por sus vecinos por razones obvias. La visita de Panetta ha generado un debate también sobre el rol de Brasil en temas de seguridad en las Américas. En la agenda discutida con el ministro de Defensa, Celso Amorim, se encontraba la cuestión del apoyo brasileño en operaciones de paz, contra el tráfico de drogas y la estratégia del ejército brasileño en la lucha contra desastres naturales. Por parte de Brasil, hubo el interés de la contención al terrorismo, ya que existen temores respecto a lo que pueda pasar en la Copa del Mundo 2014 y en los Juegos Olímpicos de 2016. En relación al terrorismo, hay un creciente interés en el tema no solamente en el Poder Ejecutivo, sino también en el Legislativo. Con mucha discreción y pocas notas en la prensa, la Comisión Jurídica del Senado de Brasil aprobó en la última semana una primera versión de una ley que incluye la figura de terrorismo dentro de la Ley Penal. En esta coyuntura, la visita de Panetta ha significado mucho más que la simple proximidad entre Brasil y EEUU en temas de seguridad y defensa. La actitud del secretario de Defensa de visitar al Brasil, conocer la dinámica del ejército en temas como desastres naturales y la busqueda de cooperación tecnológica, ha demostrado que para los estadounidenses la nación Sudamericana es definitivamente un aliado importante en relación con amenazas transnacionales y la industria de defensa. Por parte de Brasil, la recepción de Panetta sirvió para borrar definitivamente la posición ideologicamente de izquierda adoptada por parte del staff del antecesor en la presidencia, Luis Inácio Lula da Silva. Dilma Rousseff y Celso Amorim simbólicamente han demostrado, al recibir a Panetta e incrementar la cooperación con EEUU, que la política de seguridad y defensa brasileña dejó de ser guiada por nombres como Marco Aurélio Garcia, y pasó a ser más pragmática. Ahora los aliados ya no son más los alineados ideologicamente, sino quienes pueden servir a los intereses brasileños en distintos temas. Peor para Chavez, peor para la diplomacia iraní.