Por: Marcos Leonetti
La buena salud de una economía real es la que le da el respaldo suficiente a una moneda para ser considerada por todo el mundo como un metálico sólido y robusto. La tasa de crecimiento del producto bruto interno real de los Estados unidos tiene tendencia negativa desde los años 60 del siglo pasado. Pasando desde algo más del 4% anual a menos del 2%.
Estados Unidos es el país más endeudado del mundo en términos nominales. Su deuda es la mayor comparada con cualquier país. Sólo para vivir como país, por cada 100 dólares que gasta, 46 dólares son prestados. Cada día, para cubrir los gastos se endeuda en 4.000 millones de dólares. El déficit fiscal del año pasado superó los 1,1 millones de millones de dólares. ¿Cuánto puede durar un país con ese nivel de endeudamiento?
La deuda externa del país del norte supera los 16,8 millones de millones de dólares. La deuda bruta está en niveles cercanos a los de Grecia, medidos como porcentaje de su PBI. Sólo en conceptos de costos de intereses, durante 2012 pagaron 360.000 millones de dólares, y esto, gracias a que la tasa de interés está en mínimos históricos. El déficit comercial (compra más de lo que le vende al mundo) en 2012 superó los 540.000 millones de dólares. La suma de las exportaciones y las importaciones de China ya superaron a las de Estados Unidos durante 2012.
En lo que se refiere a gasto en turismo, China y Alemania superaron a los Estados Unidos, relegándola al tercer lugar. Los capitales ingresaban a Norteamérica hasta el año pasado a un ritmo vertiginoso, pero ya no es el primer destino de las Inversiones Extranjeras Directas (IED), porque China se apropió de ese lugar. Las IED disminuyeron desde 228.500 millones de dólares en 2011 a 147.840 millones de dólares en 2012.
Las principales economías del mundo están dejando afuera al dólar como moneda internacional para las principales transacciones comerciales. China quiere que el yuan sea moneda transable y va en ese sentido. Como segunda economía del mundo opera en moneda local con Japón, la tercera economía mundial, en un volumen estimado en los 400.000 millones de dólares, que dejan de usarse para manejarse entre yuanes y yenes.
Pero no sólo con Japón opera en moneda propia, también con Brasil, la sexta economía del mundo, y con Rusia, la novena, y con India, la décima economía. En total, 5 de las top 10 transan con sus propias monedas. ¿Y el dólar? ¡Está brillando por su ausencia! Las reservas de China en moneda extranjera son de 3,44 trillones de dólares, y cree que ya tiene demasiada cantidad. China también está dejando de acumular dólares para pensar en otros activos más consistentes. El porcentaje de los dólares que tiene entre sus reservas está bajando muy rápidamente como porcentaje del total de activos internacionales. Hace apenas 10 años, más del 80% de las transacciones en el mundo se realizaban en dólares, hoy apenas llega al 56%. La velocidad de caída es abrupta. Cada vez menos gente quiere el dólar. La hegemonía absoluta del norte ya es parte del pasado. Sólo le queda el poderío militar que cada año gasta lo mismo que lo que representa su déficit fiscal. Pero vale aclarar que China y Rusia, sólo para poner algunos ejemplos, ya le están marcando la cancha en Medio Oriente.
Vamos hacia una despolarización en términos de poder político, comercial y económico global. ¡Pensemos en verde! Pero pensemos en el futuro. El dólar ya comenzó su camino hacia el pasado. ¿Quién pagará la gran vida por encima de sus posibilidades de los Estados Unidos? Los que guarden los dólares, financiando el final de la fiesta. No seamos los últimos en trasladarnos desde los dólares hacia activos reales como resguardo, mientras se vuelva a acomodar el tablero internacional.