Por: María Luisa Storani
“La ley de femicidio me parece perfecta, pero las personas ya están muertas cuando se aplica. Queremos prevenir los femicidios”. Son las declaraciones de María, hija de Graciela Tirador, víctima de un terrible femicidio que movilizó a Olavarría en marchas multitudinarias, de una de las cuales formé parte.
El resultado de la estratégica de la movilización fue poner en valor la sensibilización como clave preventiva para frenar la ola de violencia contra las mujeres. En ese sentido es un hito como lo fue el caso de Wanda Taddey en el que lo singular fue el perfil público del femicida músico de Callejeros. La peculiaridad del caso de Wanda, también, fue la introducción del fuego en los femicidios. “El rociarla y luego atacarla con un encendedor reclama dos movimientos o acciones”. Porque supone más que un acto es más que un impulso. (Eva Gibertti).
Y cuando hablamos de sensibilización nos referimos al rol del Estado en la “prevención” y que tiene poderosas y propicias herramientas dilapidadas a los efectos sociales. No hago una cuestión de banderías. Pondero que me hayan reconocido e integrado en la Cámara de Diputados, en ocasión del Día Contra la Violencia de Género, con un spot específico, bien logrado y producido para el programa Futbol Para Todos. La decisión de su Presidente junto a la de diputadas del Frente para la Victoria evidenciaron que no es un tema partidista. Y esa publicidad no tuvo más difusión, insólitamente, por razones presupuestarias.
No obstante mantuve mi condición opositora cuando la Cámara estuvo en falta. Por ejemplo cuando en diciembre demandé una sesión extraordinaria en ocasión del fallo en la causa de Marita Verón, para sancionar la Ley Contra la Trata de Personas. La mayoría ningunea otros proyectos como el de declaración para que el Campeonato Nacional B de Fútbol se denomine Wanda Taddey. Lo mismo otro proyecto que requiere al Poder Ejecutivo una publicidad específica en Fútbol Para Todos. El Senado fue más efectivo en el primer caso con la aprobación promovida por el senador jujeño Gerardo Morales.
Pero lo peor es cuando el Gobierno dice que hace lo que no hace porque supone que no hay nada o queda poco por hacer. Han pasado desapercibidas declaraciones del jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina en el Anuario de la revista Gente y que a la pregunta de “¿Cuál es la importancia de la campaña ‘Sacá tarjeta roja al maltratador’?”, contestó: “Instala en la agenda de los medios la problemática de la violencia contra las mujeres. Contar con figuras públicas que expresen su rechazo a la violencia de género ayuda a tomar conciencia…”. No hubo tal campaña, fueron contestaciones a iniciativas nuestras donde la base fue una publicidad de una ONG prestigiosa y producida en España. Reivindica, además, al Consejo Nacional de la Mujer, cuya ineficiencia es indiscutida. Y peor aún, en la foto que ilustra la nota aparece con la tarjeta roja Alicia Kirchner, una funcionaria totalmente inútil en la lucha contra la violencia doméstica.
Nuestro foco para la sensibilización, por el carácter del “target”, es el fútbol , que recibe importantes fondos del erario público. Por la AFA, a sensibilizar en los clubes. Por el gasto del Estado, usar a pleno el Programa Fútbol y Deportes Para Todos, de altísimo rating, y convertirlo en inversión.
Casi ningún país cuenta con estas herramientas, con lo que podríamos dar el ejemplo en la lucha universal contra la violencia de género y contra la trata de personas, acciones preventivas en materia de salud y promoción de mejorar el trato a nuestros discapacitados. Obviamente eso implica pasar de la propaganda apologética de base populista con eje en el culto a la personalidad, a la publicidad de base progresista de utilidad social.
La sensibilización como clave de la prevención es la lección que nos dio la gente de Olavarría con sus consignas. Tal lo dicho por María, que tiene otros dos hermanos, todos hijos de Graciela Tirador, víctima del brutal femicidio cometido por su ex novio. En su propia casa y con un bate de béisbol. Hace un mes.