En contraste con la UBA, que sigue defendiendo el ingreso irrestricto a la universidad, el Colegio Nacional Buenos Aires continúa resguardando el ingreso por medio de exámenes. Más, precisamente, 10 exámenes: 4 de Lengua y Matemática y 2 de Geografía e Historia.
Este año casi 1.000 chicos se anotaron para ingresar en el Colegio Nacional Buenos Aires y 480 de éstos lograron ser admitidos. Los que ingresaron, tuvieron más de 7 de promedio en los exámenes. Todos los ingresantes superaron un excelente curso de ingreso. Excelente tanto en la organización, en el nivel de los contenidos dictados, en la contención de los alumnos, como en el cuidado de la equidad. Esto último tiene que ver con que el CNBA, además de brindar becas a alumnos de bajos ingresos, también organiza un curso de apoyo gratuito para éstos (los demás suelen ir a academias particulares, cuyo costo es similar al de un colegio privado promedio).
Una vez obtenido el ingreso (cuyo orden de mérito se anuncia a fines de diciembre), los alumnos deben esperar a febrero para el sorteo de los turnos. El Nacional tiene divisiones en cada uno de los 3 turnos: mañana, tarde y vespertino (que termina a las 22:30 aproximadamente). El sorteo es con un bolillero, por lo tanto depende exclusivamente del azar. Se ha dejado de lado el orden de mérito para la elección prioritaria del turno, mecanismo que hasta hace un tiempo sí existía.
Lo que ha estado pasando en los últimos años es que algunos padres, en parte por la “sensación de inseguridad”, pero también por lo inadecuado para la organización de la familia de que un chico de 12 o 13 años asista al colegio secundario de noche, han renunciado a vacantes del turno vespertino. En respuesta a ello, el Colegio ha intensificado el cuidado de la salida de los alumnos del vespertino. Pero también ha cambiado 2 de las divisiones del turno vespertino para que los tres primeros años los alumnos cursen de día y, cuando ya son más grandes (en 4to y 5to año), ahí sí cursen de noche. Por lo tanto, hoy en día, solamente a 96 alumnos (3 divisiones) les toca “la noche”.
El turno “noche” es visto por la mayoría de los padres y alumnos como un castigo. Pero el azar elige por igual a alumnos con distinto orden de mérito. Si bien el problema ha disminuido (hay menos alumnos en esa situación), aún se dan casos de chicos con excelentes notas en el ingreso, que finalmente no van al Colegio por el tema del turno. El Colegio cubre entonces las vacantes liberadas con alumnos de la lista de espera.
Si bien es cierto que la nota en exámenes no lo es todo en la formación de un alumno (perfectamente alumnos con menos de 7 en el ingreso pueden tener luego carreras excelentes), el mecanismo de sorteo del turno hace que el “Colegio” (como les gusta llamarlo a sus egresados) quede a mitad de camino entre el mérito y la “casualidad”.