Por: Myriam Bregman
La semana pasada, la Legislatura porteña volvió a dar una muestra de que en la Argentina existe una casta de políticos que viven de la política y están decididos a legislar para mantener sus privilegios. Incluso llamó la atención el encono con el que los diputados tanto del PRO como Cristian Ritondo o kirchneristas como Jorge Aragón defendieron sus abultados sueldos ante el cuestionamiento de sólo cuatro diputados. Los únicos que votaron a favor de limitar los sueldos de los legisladores fueron Gustavo Vera y Pablo Bergel (Bien Común), Alejandro Bodart (MST) y mi compañero del FIT Marcelo Ramal (PO).
El salario de los diputados de la Ciudad de Buenos Aires está establecido por ley desde 1997 en un 20% por encima de lo que cobra un empleado de la Legislatura, máxima categoría, con título universitario y 25 años de antigüedad. Con los aumentos que recibieron los diputados sus dietas se duplicaron en los últimos dos años, pasando de $30 mil a más de $60 mil como publicó el diario La Nación.
La diferencia con los sueldos promedio en Buenos Aires ya es obscena pero Ritondo y Aragón intentaron zafar de la crítica diciendo que estas propuestas intentan emparejar para abajo y van a terminar reduciendo el sueldo de los trabajadores, en una maniobra que ninguno de ellos siquiera creyó, cuando los legisladores además son de los pocos que cuentan con el privilegio de decidir los montos de sus propios salarios. Más honesta fue la jefa del bloque del PRO de la Legislatura, Carmen Polledo, quien aseguró que “yo no creo que la condición económica determine si somos sensibles o no ante los problemas”. Sólo una pequeña confesión que demuestra que son completamente ajenos a lo que sufre el pueblo trabajador con la inflación, la amenaza del desempleo o la falta de vivienda digna.
El propio ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, se viene negando a discutir una actualización de los salarios y el pago de un bono de fin de año para los docentes y estatales. Son tan caraduras que los propios dirigentes del PRO aceptan que los sueldos están perdiendo contra la inflación, que las propias estadísticas de la Ciudad ubican en torno al 36%.
Por nuestra parte, desde los cargos legislativos que han asumido mis compañeros del Partido de los Trabajadores Socialistas en el FIT hemos tomado la resolución de cobrar de las dietas sólo un equivalente a la canasta familiar y donar el resto a los trabajadores y sectores populares en lucha. Así lo han hecho mis compañeros Nicolás del Caño en el Congreso de la Nación, Christian Castillo en la Legislatura Bonaerense, Raúl Godoy en su paso por la Legislatura neuquina y el resto de nuestros legisladores de Mendoza, mientras ponen el cuerpo acompañándolos en la calle como vienen haciendo con los trabajadores de Lear y de MadyGraf (ex-Donnelley). El mismo compromiso adoptó Patricio del Corro, el dirigente estudiantil del PTS, que reemplazará a Marcelo Ramal en su banca de la Legislatura en diciembre de 2015.
En el Frente para la Victoria, el UNEN y el PRO parecen opinar que su tarea es mucho más importante que la de los trabajadores de la salud y de la educación que hacen malabares para que los hospitales y las escuelas se mantengan abiertas ante la desidia del gobierno de Macri. Son verdaderos privilegiados que están muy lejos es de estas problemáticas y de la propia vida cotidiana del pueblo trabajador. ¿Mandarán como nosotros sus hijos a las escuelas públicas donde se caen ventiladores de techo y se inundan cada vez que llueve? ¿Se habrán atendido alguna vez en los hospitales públicos que no tienen insumos? ¿Se les inundará la casa cuando llueve?
La única oposición seria al PRO puede venir desde la izquierda y ésta es la fuerza que estamos construyendo en la Ciudad: una izquierda de los trabajadores, junto a los delegados clasistas en el subte, entre los trabajadores telefónicos, aeronáuticos, los docentes, los estatales y los trabajadores de la salud, junto a los estudiantes de la UBA y los secundarios y terciarios porteños. Sólo la fuerza de los trabajadores junto al pueblo pobre de la ciudad le podrá parar la mano a esta derecha moderna de los Macri. Todos nos reuniremos este sábado 6 de diciembre en el estadio Malvinas Argentinas del club Argentinos Juniors en el acto nacional convocado por el PTS, que cerrará nuestro precandidato presidencial por el Frente de Izquierda, Nicolás del Caño, y que estará encabezado por los principales referentes de las luchas del último año como Donnelley y LEAR, reafirmando el crecimiento que viene teniendo la izquierda no sólo en Buenos Aires, sino en todo el país.