Por: Néstor Pitrola
El martes 22 un conjunto de organizaciones sindicales combativas y de organizaciones sociales marcharemos a Plaza de Mayo (desde Belgrano y 9 de Julio) para reclamar un bono de fin de año o doble aguinaldo para trabajadores y jubilados, para efectivos y precarizados.
La convocatoria lleva el reclamo, generalizado en innumerables fábricas y gremios, de las palabras a los hechos. Se trata de la primera movilización obrera importante con un reclamo de conjunto al Gobierno de Mauricio Macri, puesto que un día antes marcharán los obreros de Cresta Roja, pero por la continuidad de los puestos de trabajo, otra cara de la moneda del ajuste.
La marcha del 22 es un frente único de lucha, constituido en horas, donde se destacan la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) Autónoma, la Federación Aceitera, la Coordinadora Sindical Clasista-Partido Obrero, la seccional oeste de la Unión Ferroviaria y distintas organizaciones sociales que agrupan a los trabajadores precarizados de cooperativas del plan Argentina Trabaja y otras, como Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Polo Obrero, Teresa Vive, Frente Darío Santillán y Barrios de Pie.
La Coordinadora Sindical Clasista-Partido Obrero afronta esta acción de lucha inscrita en una campaña en el movimiento obrero y popular contra el enorme ajuste que ha puesto en marcha el Gobierno de Macri mediante la devaluación monetaria, la caída de impuestos al capital, la asunción —y la convalidación— de vastas deudas con el capital financiero como el reconocimiento del negociado del dólar futuro, que serán pagadas por el contribuyente. A lo que hay que sumar la declaración de emergencia energética que no prevé mejora alguna en los servicios, pero habilita el aumento directo de tarifas.
A la par de estas medidas se ha instalado una bicicleta financiera con tasas de interés dispuestas por el Banco Central del 40%, que serán otro jugoso negocio financiero que agravará la recesión económica por el encarecimiento del crédito de producción y de consumo.
Esta avalancha de medidas a través de ilegales decretos de necesidad y urgencia con el pretexto de un receso parlamentario —que debió interrumpirse con sesiones extraordinarias— contrasta con el envío a las sesiones ordinarias de marzo del debate por el impuesto a las ganancias en los salarios, sobre el cual la exención en el medio aguinaldo ha sido todavía inferior a la de 2014.
El Partido Obrero está empeñado en el Parlamento nacional, al igual que en todas las provincias, en un reclamo por la convocatoria a sesiones extraordinarias. Denuncia además que los presupuestos han sido reducidos a papel irrelevante al cambiar todos los parámetros económicos y estar excluidas sistemáticamente las compensaciones salariales y jubilatorias ante semejante Rodrigazo en marcha.
No se trata sólo de la designación de dos jueces de la Corte a dedo, es todo un régimen por decreto para hacer avanzar un rescate financiero que equivale a la ejecución de una convocatoria de acreedores de la Argentina entera. El grueso de las fuerzas políticas de oposición acompaña esta orientación central, por ello han evitado una acción político-parlamentaria decidida para autoconvocar al Congreso.
En el movimiento obrero la campaña contra el ajuste es aún más oportuna. En contraste con la orientación paralizante de la Central General de Trabajadores (CGT) “unificada” y la vaciada CGT oficial ex kirchnerista, centrada en negociar posiciones de poder en el Gobierno de Macri, impulsamos asambleas fabriles y congresos sindicales con mandato de bases por un programa concreto.
Junto al bono de fin de año, en primer lugar, reclamamos aumento de emergencia a activos y jubilados de cuatro mil pesos para compensar la carestía de las últimas semanas. Adelanto de paritarias absolutamente libres al 1.º de enero, que incluya cláusula de actualización mensual por inflación contra todo pacto social condicionante. Abolición del impuesto a las ganancias sobre los salarios convencionales, de carrera estatal, judicial o docente y sobre jubilaciones.
Luego, prohibición de despidos y suspensiones por un año. El cierre de Cresta Roja y los momentáneamente revertidos despidos masivos en Siderca constituyen un aviso de alarma. Ningún despido.