Por: Nicolás Cachanosky
Ya entrando en el tramo final del gobierno kirchnerista, los distintos opositores presidenciales van incrementando su presencia en la opinión pública. Scioli, Macri, Massa, etc. Con su mayor presencia, también han aumentado las críticas a estos participantes políticos de aquellos que claramente también son críticos del kirchnerismo (me incuyo…). ¿Por qué es esto? ¿Por qué el crítico del kirchnerismo también lo es de la oposición? Después de todo, el kirchnerismo ha llevado el autoritarismo y desprecio por las instituciones a niveles pocas veces visto en la democracia Argentina. Si bien no hablo por terceros, sí es importante entender por qué a mi juicio la oposición no debe estar libre de críticas.
Lo primero a tener en cuenta es que no es lo mismo criticar al kirchnerismo per se que criticar el autoritarismo y malas políticas económicas, sean o no del kirchnerismo. Las transgresiones institucionales y el destrozo económico que este movimiento ha hecho es igual de criticable cuando es llevado adelante por la oposición. Si Macri, Massa, o Scioli hubiesen sido gobierno estos 10 años y hubiesen hecho exactamente lo mismo, entonces serían igual de cuestionables. Estando a cargo del Poder Ejecutivo y con una notable presencia en ambas cámaras del Congreso es lógico que la mayor cantidad de críticas de los últimos años haya recaído sobre el kirchnerismo y que esto comience a cambiar a medida que distintos grupos opositores comienzan a ganar espacio. Para dar un ejemplo concreto. Que Scioli o Macri, por ejemplo, utilicen bienes del Estado (es decir, de la gente) para promocionar sus respectivos partidos es tan reprochable como cuando lo hace el kirchnerismo.
En segundo lugar, puede que sea tarea del político confundir a la gente, pero ciertamente no es la tarea del economista como economista (a diferencia del economista que se dedica a la política.) El deterioro fiscal es un problema que no se puede ignorar. Con una presión tributaria récord y el acceso a los mercados internacionales cerrados, es inevitable que una reducción del déficit debe venir por el lado de un recorte de gasto público (también en niveles récord.) Escuchar a los candidatos opositores hablar del futuro del país obviando este fundamental problema es preocupante. Es una ilusión errada o una falta de honestidad hacia el electorado hacerle creer que este problema no es serio o mágicamente se arregla luego del cambio de gobierno. ¿Dónde están los planes de reforma fiscal que vayan a poner fin al déficit estructural del país? ¿Qué hacen los economistas de la oposición que aún no se conocen planes concretos? Macri, por ejemplo, puede prometer la mayor obra de infraestructura del país si es elegido presidente, pero ésta es no es una promesa creíble sin un plan de equilibrio fiscal. ¿Dónde está ese plan? La misma pregunta recae sobre los otros presidenciables. ¿Dónde está el plan, concreto, para reducir el déficit fiscal y poner fin a la inflación? ¿O sólo nos vamos a enterar de sus planes, si es que tienen uno, luego de las elecciones?
En tercer lugar, se desdibujan los límites que cada partido o candidato opositor está dispuesto a cruzar para obtener el poder cuando los distintos postulantes caen en prácticas similares a las del kirchnerismo. ¿Cuánto vale la promesa de respeto por las instituciones de un Scioli, un Massa, o un Cobos, que han sido parte central del kirchnerismo? No es que el kirchnerismo se volvió autoritario de golpe justo luego que ellos hicieron un paso al costado, el kirchnerismo siempre lo fue. Quién no podía ver los sesgos autoritarios y anti-republicanos del kirchnerismo en sus inicios bien haría en retirarse de la política en lugar de tener a millones de Argentinos a merced de sus decisiones políticas. ¿Cuál es el límite, por ejemplo del PRO, en la búsqueda de votos cuando muestra decisiones de corte populista o intervencionistas?
Con estos comentarios no quiero decir que no se entienda la lógica de búsqueda de votos (median voter theorem 101), pero eso no quiere decir que no se deba medir con la misma vara a todos los opositores. ¿Acaso para el opositor el fin justifica los medios y él no debe ser criticado cuando hace cosas similares al kirchnerismo?
Se podrá argumentar que las circunstancias son excepcionales dado el nivel de autoritarismo del kirchnerismo. Pero ese no es el punto.
En primer lugar, si el político opositor realmente cree estar a la altura de las circunstancias, entonces no debe comportarse como un seguidor de encuestas y ser un verdadero líder de opinión pública. Si la oposición va a ser seguidora de encuestas, entonces es indistinto a quien se vota. Mal que le pese a la oposición, el kirchnerismo ha sido mejor líder político (que su liderazgo no lleve a buen puerto es otro tema).
En segundo lugar, recuerdo que cuando el kirchnerismo estaba en sus inicios varios cuestionaban su sesgo autoritario. Las respuestas generales eran que esas “pequeñas” transgresiones no justificaban la reacción “exagerada” de los críticos, después de todo veníamos de una seria crisis económica. El tiempo le dio la razón a los que “exageraban.” ¿Vamos a cometer el mismo error?