¿Cómo se reinventó la política argentina?
Érase una vez un lejano país cuya sociedad fue tan herida por una crisis, en los lejanos años del 2001 y el 2002, que reaccionó y estuvo a punto de insubordinarse contra sus victimarios, la clase de los poderosos que exprimió tanto a la gente como vos y yo que no le dejó nada más que bronca.
Pero Argentina no está desconectada del mundo, aunque hay muchos que creen que sólo acá hay glorias y desastres; y hay una tendencia mundial asfixiante y lamentable: cada vez que un pueblo se rebela contra las injusticias de un sistema aparecen nuevos gestores, nuevos profetas que harán pequeñas modificaciones y el barco no se hundirá y la tripulación de esclavos que nosotros formamos se calma y rema adonde digan los buenos amos. ¡Bienvenidos al kirchnerismo!
Peronistas de primera línea que como todo político peronista habla de la defensa de los trabajadores y la soberanía nacional y favorece en cada acción a una minoría de empresarios inútiles que son los verdaderos dueños de este barco de esclavos que llaman Estado y donde secuestraron a la patria.
Menemistas noventosos que en lo que canta un gallo se sacaron el traje de republicanos coloniales y se pusieron el de progresistas nacionales y populares, justicieros de los pobres… Pero su esencia de minoría privilegiada y sus gestos bizarros se quedaron con ellos y mudaron de década.
También sus vicios represores, pero siempre te estoy contando cómo fabrican el discurso y cómo se manejan en la realidad. Hoy vamos a charlar de la “oposición”. ¿Por qué entre comillas? Porque nadie se opone de raíz al kirchnerismo, porque todos fueron en algún momento sus socios indirectos o lo son ahora directamente, porque ni De La Sota, ni Lavagna, ni De Narváez, ni Macri ni Carrió ni Binner tienen un pasado limpio y ni siquiera una oferta muy distinta a lo que vivimos hoy en día.
Porque el famoso Grupo Clarín, que supo ser el principal órgano de propaganda de Néstor hasta que éste y Magnetto se pelearon por negocios del cable en 2007. ¿Te acordás? Se cansó de una guerra que no es tan guerra y tomó la iniciativa.
Para el gobierno fue sumamente útil estirar y estirar los conflictos con la derecha mediática después de la crisis del campo y si lo pensás un rato nada les hubiera costado borrar de un plumazo hace 5 años a “la corpo” como hicieron con Marsans, Repsol y las AFJP. ¿Quién iba a salir a defender a Clarín hace 5 años? Cuando a rasgos generales la economía todavía andaba bien. ¿Vos hubieras salido? No.
Pero nunca les interesó quitarles el poder económico a Clarín, porque Néstor y Cristina necesitaban que algo corra el eje del debate, luces de neón para tapar sus aventuras más oscuras y los peores crímenes de sus amigos “derechos y humanos”, alguna excusa para decirle al mundo que en Argentina reina la libertad y la tolerancia, el respeto a las instituciones, etcétera …
También necesitaron para 2011 que desfilen los impresentables por la televisión y el votante promedio diga “Los K son el mal menor”. Porque más importante que la soberbia, las carteras de París y la República es que el sueldo alcance para comer. Total, lo único que perdía Clarín progresivamente era poder político e incluso prestigio mientras salían a la luz las fotos de Videla con Ernestina Herrera de Noble y de paso para tapar el agujero de la muerte de Kirchner, la nueva Ley de Medios les permitió a la gran familia K construir su propio imperio privado de propaganda de la mano de Szpolski, Cristóbal López y Diego Gvirtz.
Pero la propia ineptitud del modelo les aguó la fiesta, y un día los ciudadanos dijeron basta y salieron a protestar a la calle y un deja vú heló la sangre de los líderes del Frente para la Victoria. En paralelo, Jorge Lanata experimentaba el milagro televisivo de que su show de imitadores, enfermeras sexys y fotos de casas de políticos captara la atención de una clase media enojada.
Magnetto no es el demonio omnipresente que 6-7-8 denuncia, pero sí es un estratega lúcido y supo aprovechar esto, ponete sus zapatos: cuando cada uno de los políticos profesionales no representa riesgo de ganarle al kirchnerismo ni por equivocación, hay que sumarlos y que se organicen ellos. ¿Y si cuando se muestran juntos dan la impresión de bolsa de gatos y espantan aún más a la gente?
Hay que organizarlos, al fin y al cabo la agenda de la oposición la tiene TN y en parte es gracias al ejército de periodistas militantes que lo repitió y repitió hasta que se hizo realidad.
Tarea: encontrar al líder
¿Quién tiene las ventajas de la estructura peronista y no genera demasiados conflictos? Daniel Scioli, un Cobos recargado. Mientras tanto, la figura de Lanata crece y crece, parece mentira que fuera un joven periodista innovador, de izquierda y rebelde al que el mismo Magnetto le tenía miedo y le boicoteaba el papel de diario para Página 12. Luego mantuvo ese carácter incisivo y perturbador en la tele, la radio y las revistas de los 90 y sin nunca recibir ayudas corporativas; pero se fue apagando hasta terminar en un canal de aire con 3 puntos de raiting y luego de varios proyectos fracasados.
Pero evidentemente el personaje en cuestión posee algo que no tienen Tenembaum, Nelson Castro ni Magdalena Ruiz Guiñazú: muchísimo carisma. En fin, un día Lanata apareció en programas ajenos con el mismo tono y con distinto contenido en su verborragia: “Yo estoy con el más débil, y el más débil es Clarín”. ¡Qué lástima que no lo vimos antes! Hubieras enviado un CV, Jorge.
Este año fue el de coronación, con la increíblemente exitosa saga de Fariña-Elaskar-Báez: de repente Tinelli dejó de ser necesario. En un triz Lanata se convirtió en la máxima estrella de la televisión y no sólo la maquinaria de Clarín reproduce sus noticias, muchas veces cuestionables, sino también Perfil, el Grupo Uno, medios pequeños, blogueros, las páginas de Facebook… ¡Los mismos kirchneristas! Lanata insulta frente a cámara y no le importa el tan ponderado consenso, habla un poco de la república y más de los precios y algo de los temas de fondo como la represión a los Qom, los muertos del Once… y muchos piensan que es un verdadero héroe de los pobres por sacar de la cárcel a María Ovando, cosa que hasta yo que estoy en sus antípodas en ideología y periodismo, le agradezco.
Él no vacila con quién quedarse: decidió quedarse con una porción de Argentina que se siente representada con su reformulación y los domingos de Periodismo para Todos. De hecho para jueces, políticos provinciales, sindicalistas y la mayoría de los periodistas es mucho más fácil alinearse con Lanata que con cualquier miembro de la clase política tradicional.
Que Scioli se estanque en las inundaciones, que Macri siga luchando desesperadamente por ganar protagonismo y caernos bien con sus decretos y leyes, nosotros no elegimos al líder, nosotros creamos al líder. Lanata es el peor enemigo público de Cristina. El más influyente, el único que le importa realmente, al que quieren tapar y no pueden y tiene fama de perseguido.
A mí no me interesa, yo sigo apostándole al despertar de mi pueblo. A la gente tomando consciencia de que hay que cambiar el orden de las cosas, a seguir contagiando las ideas radicales de repartirnos el poder, de que cada uno es dueño absoluto del fruto de su trabajo, de que la libertad individual es sagrada y que el Estado y las corporaciones son máquinas de una minoría de inmorales que no nos deja avanzar hacia un futuro mucho mejor, donde la igualdad sea más que una palabra y la justicia también.
Seré tan subversivo para el lanatismo como lo soy para el kirchnerismo, aunque todavía tengo un deseo, una fantasía que consiste en que Lanata sin dejar su rol de comunicador retome su viejo espíritu y aproveche sus recientes éxitos para pegarle a todos sin discriminación, donde más les duele, con tanta fuerza que sus golpes lleguen a lo más profundo del sistema y con su ayuda millones terminen de abrir los ojos.
Probablemente también lo quieren mis camaradas libertarios, los activistas sociales, los reprimidos, los presos, los jóvenes que se rebelan contra el autoritarismo entre las cuatro paredes de un aula, los maestros que enseñan independencia y pensamiento crítico y aquellos compañeros se miran en los espejos de los jornalistas de la Revolución Francesa, de Mariano Moreno, Frederic Bastiat y Benjamin Tucker… Los periodistas que armados con la verdad cambiaron la historia.
Roberto Noble en 1950 dijo: “Seguiré en la política sin partido, hoy la tinta de las imprentas es más poderosa que todos los asientos del Congreso”. Sabio lobbysta, se quedó con el monopolio de los avisos clasificados como recompensa de Perón luego de la confiscación del diario La Prensa y le dejó esta máxima a sus sucesores…
Irónicamente los que hicieron una puesta en escena de guerra épica contra los herederos de Noble le dieron a su empresa más poder que nunca: por primera vez en la historia un periodista amenaza con ocupar el Sillón de Rivadavia.