Por: Nicolás Tereschuk
Se dice cada tanto que las ideologías, que las identidades políticas son cosa del pasado. Que vivimos en una cultura “light” donde las visiones del mundo no difieren tanto entre distintos sectores. Repasemos algunos movimientos recientes en la oposición y quizás podamos repensar esa afirmación. Se trata de algunos hechos que llaman la atención en momentos en que -una vez más en los últimos diez años- para buena parte de los dirigentes que se ubican por fuera del oficialismo no parecen ser tanto los desafíos que enfrenta el país sino el kirchnerismo en sí el “gran problema” a vencer.
Veamos:
El diputado Claudio Lozano viene de pegar un “doble portazo” en la Capital. Por un lado, criticó a su ex socio Pino Solanas por aliarse con Elisa Carrió. Y también a Libres del Sur, que en la capital tiene como figura a la legisladora Victoria Donda, por su reciente sociedad con la UCR y la porción de la Coalición Cívica que integra Alfonso Prat Gay. Les apuntó por conformar “una suerte de oposición de carácter conservador, construida desde la lógica del ‘todos contra’. A la vez que los acusó de protagonizar “asociaciones insólitas entre grupos supuestamente de centroizquierda, con sectores que vienen de la experiencia menemista, duhaldista, o de las experiencias radicales”.
A su vez, el diputado Facundo Moyano advirtió hace algunas semanas que “bajo ninguna circunstancia” votaría al PRO de Mauricio Macri. Identificó al jefe de Gobierno porteño con “la antítesis” de su pensamiento y le apuntó por considerarlo parte de “una concepción liberal de la política”. Su posición se conoció luego de que su padre, el jefe de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, avanzó con acuerdos con dirigentes como José Manuel de la Sota, de buena sintonía con Macri.
Más alejado de la competencia electoral, el histórico dirigente radical Leopoldo Moreau salió a afirmar que no piensa plegarse al kirchnerismo, a pesar de los acuerdos que planteó en distintos temas con el Gobierno, como en cuanto a la aplicación de la Ley de Medios. “Tengo 50 años de militancia en el radicalismo y soy de los pocos que no anduvo saltando de un lado para el otro”, subrayó.
En momentos en que buena parte de la oposición imita y multiplica amparos contra la reforma judicial o habla de una “boleta única” para presentarse en esos comicios contra el oficialismo, los planteos de evitar “rejuntes” y apuntar a posicionamientos “ideológicos” no dejan de aparecer.
Claro que son contemporáneos de expresiones como las de Hermes Binner, quien en este mes de mayo que termina, por un lado, admitió que podría hacer una alianza con el PRO si es que “las cosas están complicadas” y hay que “defender la República”, pero a la vez su partido juró en un comunicado: “somos y seremos parte, de la izquierda democrática de América Latina”.
“Atrapar todo” lo que se pueda o mostrar una opción clara y compacta de cara a la sociedad sigue siendo una de las decisiones difíciles que deben tomar partidos y dirigentes políticos. Más aún en años de elecciones.