YPF: palos porque bogas

Nicolás Tereschuk

De YPF se ha dicho de todo desde su nacionalización, en 2012:

  • Que ninguna gran compañía del sector buscaría asociarse con ella.
  • Que no conseguiría interesados para invertir en el yacimiento de Vaca Muerta.
  • Que no lograría revertir la escasez de nafta en los surtidores.
  • Que el Gobierno bloquearía con nombramientos “políticos” el buen funcionamiento de la compañía.
  • Que los juicios que amenazaba con realizar Repsol ahuyentarían a posibles inversores.
  • Que los argentinos no adquirirían los bonos que emitió en el mercado local en más de una oportunidad.
  • Que las Provincias que ahora tienen participación en el directorio de la compañía realizarían planteos hostiles al manejo de la empresa.
  • Que los sindicatos petroleros pondrían palos en la rueda a la nueva conducción.
  • Que su CEO, Miguel Galuccio, tendría cortocircuitos con sectores del Gobierno.

Nada de eso ha ocurrido hasta este momento. Las cuentas de la empresa mejoran, la producción repunta, los socios llegan y se suman los interesados, los juicios por la expropiación caen.

Luego del preacuerdo alcanzado entre la Argentina y Repsol ahora parece quedar en pie sólo el argumento que indica que en el Gobierno “primero dijeron que no iban a pagar ni un peso y ahora pagan 5 mil millones de dólares”.

Para comprobar que la afirmación hace mucho ruido pero deja muy poca sustancia, basta recordar lo que ocurrió en la última década en Venezuela. Según un informe privado publicado este año en el diario La República de Colombia, el gobierno de Hugo Chávez expropió un total de 1.168 compañías entre 2002 y 2012.

En la nota, Ronald Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, explicó que “el gobierno de Chávez siempre ha pagado por las expropiaciones aunque hayan casos que están demorados”. Parece esta una hoja de ruta conocida.

Por otra parte, vale la pena leer la evaluación que hace Raúl Gallegos, columnista de la agencia Bloomberg, medio de gran influencia en los mercados financieros globales.

Gallegos consideró que en la disputa entre Repsol y la Argentina, la compañía española “claramente” perdió con el preacuerdo alcanzado.

Señaló que, por lo tanto, los ganadores han sido:

  • Cristina Kirchner, por obligar a Repsol a aceptar menos de la mitad de lo que demandaba inicialmente.
  • El magnate mexicano Carlos Slim, por comprar acciones de YPF cuando estaban baratas.
  • La norteamericna Chevron, que fue demandada por Repsol por entrar en Vaca Muerta, disputa legal que ahora empieza a caer.
  • La mexicana Pemex, interesada en ingresar en la explotación de petróleo no convencional en Neuquén.
  • YPF, a quien la nota considera el “mayor ganador” tras el principio de solución alcanzado.