En su reciente visita a Salta, el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, señaló en medios locales, que el norte del país tiene una gran cantidad de tierras sin producir que abren una perspectiva de desarrollo nacional. Esto en la línea de los anuncios de su sucesor en el Ministerio de Agricultura, que anunció un plan alimentario que incorporaría 6 millones de hectáreas a la producción hasta el 2020.
A estos planes hay que agregarle las varias veces prometidas inversiones Chinas para el ferrocarril Belgrano Cargas, que le permitirían a los monopolios exportadores abaratar el costo de sus fletes al puerto y de esa manera facilitar las exportaciones hacia el país oriental.
Una parte importante de este plan, se llevaría adelante en una región, el Chaco Salteño, donde la tasa de desmontes es la más alta del mundo: 2,5% de bosques nativos, contra una media mundial de 0,20%. Desde la sanción de la Ley de Bosques se han desmontado 350000 hectáreas.
El gobierno de Salta, está habilitando los desmontes a través de decretos, que permiten recategorizar las zonas de mayor conservación, donde no están habilitados, violando de esa manera la ley nacional de bosques (Ley N° 26331), y haciendo de la ley provincial de ordenamiento territorial (Ley N°7543) un papel pintado. Ya se han recategorizado 125.000 hectáreas.
Es importante recordar que en el 2010, el gobierno provincial reconoció que había un millón de hectáreas que estaban en producción y que no habían sido declaradas, es decir que no tributaban, y que por lo menos la mitad de ellas habían sido desmontadas sin autorización.
El problema de los desmontes no sólo implica un impacto ambiental, sino también la expulsión de comunidades originarias y criollas de las tierras que habitan. La gravedad del tema ha llevado a que la Corte Suprema de Justicia ordenara la suspensión de los desmontes en 2008 y 2009, con una medida cautelar llamativamente levantada con posterioridad. Un reciente informe de la Auditoría General de la Nación, señala que la ley de bosques casi no se aplicó en varias provincias, señalando en particular a Salta y Santiago del Estero.
Pero los desmontes y la expansión de la frontera agropecuaria avanzó a pasos agigantados en los últimos años sin que esto signifique ningún beneficio para la población. En Salta se acaba de inaugurar un centro de atención de la desnutrición de la Cooperativa por la Nutrición Infantil (CONIN), en pleno Chaco Salteño, demostrando que en la zona donde los negocios agropecuarios hacen punta, la población infantil muere de hambre.
La expansión de la frontera agropecuaria en Salta se da principalmente con soja y caña de azúcar, afectando no sólo a los bosques nativos, sino también a producciones agrícolas con mano de obra intensiva, dejando un tendal de desocupados. Vale recordar la reciente aprobación por parte del Congreso, con el voto negativo del FIT, de excenciones impositivas para los monopolios del biodiesel, que agravará aun más la situación.
Cuando los representantes del oficialismo y la oposición tradicional nos hablan de desarrollo, se refieren a que mejorarán los negocios de los grupos exportadores a costa de los bosques, de los campesinos y originarios, y de todo el pueblo de la provincia. Es necesario entonces que los trabajadores, los pequeños productores y la población en general de la provincia de Salta debatan en un congreso regional sobre cuál debe ser el uso de la tierra y un plan de desarrollo, que beneficie al conjunto del pueblo. Esto incluye también a poblaciones vecinas en la provincia de Jujuy.