El Partido Obrero ha obtenido un triunfo de características excepcionales en las elecciones provinciales, por una diferencia de veinticinco votos. El PO ha cuadruplicado su presencia en Diputados. De las PASO provinciales a la elección del domingo 10, donde el PJ nos había superado por casi 7 puntos, hubo un trasvasamiento de votos hacia el PO de casi 20 puntos, en menos de un mes. Una parte considerable del electorado peronista ha “saltado el cerco” y votó por el PO. El retroceso del PJ le permitió al romerismo asegurarse un diputado y pelear otro con nosotros, el quinto diputado del PO. Los márgenes son muy estrechos y se definirán en el escrutinio definitivo. El romerismo en las PASO no ingresaba ningún concejal y finalmente obtuvo dos bancas.
Un dato importante de la elección de la capital es que los sectores más reaccionarios y clericales, como el Partido Conservador Popular, el PPS (escisión del Partido Renovador) y el propio Partido Renovador, no han conquistado ningún escaño. Contra lo que dice el ‘relato’ kirchnerista, el avance de la izquierda no ha sido ‘funcional’ a la derecha sino la causa de su derrumbe. Las listas del Olmedo obtuvieron un diputado y dos concejales, que una vez que asuman probablemente se separarán del sojero amarillo.
Haber ganado la elección de la capital, donde se concentra casi la mitad del electorado salteño, implica que nuestro partido pelea el primer lugar a nivel de la provincia; el domingo pasado se produjo un virtual empate. En el resto de la provincia la elección ha sido extraordinaria también. Conseguimos nuevamente concejales en localidades petroleras del norte como Mosconi y Tartagal. En el municipio donde se ubica el Ingenio El Tabacal, Hipólito Yrigoyen, ingresamos por primera vez al Concejo Deliberante, gracias al 10,57% de los votos. En Colonia Santa Rosa mantenemos la banca que obtuvimos hace dos años, y en la ciudad de Orán regresamos, ahora con dos concejales. También ingresamos al Concejo de Metán al sur de la provincia, donde la movilización echó a una minera y estamos luchando contra la instalación de una fábrica norteamericana de explosivos. En los alrededores de la ciudad de Salta, Cerrillos y San Lorenzo, obtenemos un concejal en cada uno. Estamos frente a una enorme derrota política del gobierno de la provincia y del gobierno nacional, ambos kirchneristas, y se ha cortado de cuajo el ascenso de la camarilla sojera de Olmedo.
Esta derrota del oficialismo es la consecuencia de una confrontación política sin concesiones entre el kirchnerismo provincial, por un lado, que encarnó Urtubey frente al ex gobernador Romero, y el Partido Obrero, por el otro. Es asimismo una expresión de la fragmentación política del peronismo y del kirchnerismo, que en el plano de la provincia adquiere características aún más agudas. Los aparatos políticos de la clase capitalista se disgregan bajo la presión de los grandes desequilibrios económicos que caracterizan el momento actual y del temor a la convulsión social que provocará un ajuste que hará pagar esta crisis a los trabajadores. Urtubey, Romero y Olmedo han sucumbido ante una tasa de desocupación del 15% y el trabajo precario y en negro que afecta a más de la mitad de los trabajadores, y a un mínimo salarial muy inferior incluso al misérrimo salario mínimo nacional. Han sucumbido ante la impunidad hacia el gatillo fácil, de cientos de crímenes sin resolver y la violación de derechos humanos. En la capital provincial, la fragmentación se manifestó incluso en la lucha de camarillas al interior del partido del gobierno. Una enorme porción del electorado “saltó el cerco” del voto tradicional al peronismo hacia el Partido Obrero. Se van reuniendo las condiciones para el surgimiento de un nuevo movimiento popular bajo las banderas del socialismo.
La victoria histórica del PO ha tenido lugar luego de una feroz campaña clerical empeñada por el gobierno, Romero, Olmedo y el Opus Dei, con la participación activa del obispo de Salta, contra la defensa de los derechos de la mujer por parte del Partido Obrero: educación sexual, anticonceptivos y derecho al aborto. Se sembró la ciudad de volantes apócrifos y una agitación radial y televisiva de la peor calaña. La victoria del PO es una muestra de la elevada conciencia política del pueblo de Salta. El ataque clerical contra el PO disimuló la verdadera intención de los atacantes: desarrollar una fuerte campaña de agresión contra la mujer salteña y sus derechos. Fracasaron. De aquí en más, en forma coordinada con el Frente de Izquierda en todo el país, el Partido Obrero de Salta impulsará en forma enérgica el mandato recibido por los trabajadores obreros y medios de la provincia.