Por: Pablo Mancini
El lunes 1 de abril pasado se venció el plazo del Programa Conectar Igualdad para cumplir con el objetivo de entregar 3 millones de computadoras. En el sitio oficial festejan 2 millones de “notebooks entregadas” y anuncian que “vamos por más“.
La crisis del programa se profundiza. No sólo no se cumplió el objetivo fijado por la Presidenta. La informalidad de las contrataciones de personal, los atrasos generalizados en el pago de sueldos, la obsolescencia de las máquinas y el escaso soporte técnico sobre las laptops entregadas configuran un panorama dominado por la incapacidad.
Como era de esperar, tampoco hay información pública disponible sobre cuál es el estado de situación. La pregunta más obvia es a dónde fue a parar el dinero del 26% de las computadoras que no llegaron a manos de alumnos y docentes.
No deja de sorprender que no se entreguen las laptops, no se explique por qué, no se rindan cuentas sobre el presupuesto ni haya información pública sobre el Programa. Todo lo que hay es un autoengaño frívolo que repite, cada vez más como farsa, “vamos por más”.