Por: Patricio Di Stefano
El arte en el espacio público no es una novedad. A lo largo de los años, sin embargo, sus características y propósitos han variado. El domingo 25 de mayo, y en el marco de la feria ArteBA, la Ciudad lanzó “Buenos Aires-Sitio Específico”, un concurso de intervenciones urbanas en el que se premiarán aquellas propuestas que mejor interpreten y transformen el espíritu del espacio que ocupen. El arte y el diseño con la vida cotidiana de los vecinos, las intervenciones específicas deberán darle valor al barrio y acercar las personas a las calles, pasajes y plazas. Los lugares elegidos para realizar las intervenciones son Microcentro, Distrito de las Artes, Distrito Tecnológico, Distrito Audiovisual y Distrito de Diseño.
El concurso inaugura un nuevo género de arte en la ciudad de Buenos Aires, que viene a llenar un espacio vacante en el mundo de las intervenciones urbanas. Durante años, la planificación de la ciudad procuró que el arte en el espacio público fuera una herramienta al servicio de la construcción de una identidad nacional. Recordar a los próceres del pasado a través de monumentos históricos era importante para la consolidación del Estado-nación.
Con el tiempo, el paisaje urbano contemporáneo fue incorporando el arte callejero. En un contexto de violencia política, estas manifestaciones nacieron como herramienta de denuncia. El Siluetazo, que invadió la Plaza de Mayo en 1983 con figuras pintadas de los desaparecidos y detenidos durante el gobierno militar, es quizás uno de los ejemplos más significativos. También lo son el Obelisco de Pan Dulce (1979) y el Partenón de libros (1983) de Marta Minujín.
Unas y otras manifestaciones se erigieron como arte que, si bien tenía en cuenta el entorno en que se emplazaba la obra, era tan solo de forma subordinada. En el caso de los monumentos, generó que su apropiación y funcionalidad quedara a merced de cambios estructurales, políticos o urbanísticos. En el arte callejero, por su parte, el efecto fue la desaparición gradual de estas expresiones culturales.
La noción de sitio específico incorpora en el espacio público manifestaciones artísticas cuyos significados dependen del contexto de emplazamiento y de la comunidad que las rodea. A diferencia del monumento o del arte callejero, el sitio específico contempla una noción de ciudad con una mirada hacia adelante, que favorece que las obras puedan mutar o adaptarse a los cambios que la alteren. En este nuevo género, el entorno es una parte concluyente de la obra y, el ciudadano actual, su principal preocupación. Como explica Miwon Kwon, la intervención específica es determinada formalmente por el lugar que ocupa.
En la misma línea de esta tendencia mundial, desde el gobierno de la Ciudad apostamos a utilizar el arte como un elemento central en la transformación del espacio público en un lugar atractivo e inspirador que invite al encuentro, al disfrute y genere una mejor calidad de vida. Sin olvidar la importancia de otros tipos de intervenciones urbanas, el concurso “Buenos Aires-Sitio Específico” da inicio a una línea de acción que se profundizará a lo largo del tiempo. Abrámonos a la experiencia y preparemos los sentidos para redescubrir nuestra ciudad.
Más información del concurso en: www.buenosaires.gob.ar/basitioespecifico