Un encuentro con Julian Assange

Pedro Brieger

No es fácil llegar a Julian Assange.  Su asilo en la embajada de Ecuador en Londres lo convierte en una “figurita” muy buscada y le piden entrevistas de todo el mundo.

La embajada está en una zona céntrica de Londres a pasitos de Harrods, una de las más famosas tiendas de lujo del mundo. El pequeño edificio tiene apenas seis pisos y está construido con esos típicos ladrillos rojos, tan característicos de los edificios ingleses, mientras que todos los balcones y ventanas están prolijamente pintados de blanco. En los balcones extremos del primer piso ondean las banderas de Colombia y Ecuador, dos países que comparten los colores amarillo, rojo y azul en sus banderas y -en este caso- el mismo edificio.

La presencia policial es muy discreta.  Apenas un policía en las escaleras de entrada, otro adentro en la recepción, común a ambas embajadas, otros cuatro o cinco en edificios linderos y un camioncito blanco de la policía que seguramente monitorea todo lo que dice Julián Assange dentro de la embajada.

Si uno camina distraído por la calle Hans Crescent hacia Harrods es muy posible que no se percate que dentro de ese edificio está uno de los hombres más buscados del planeta, en la mira de la primera potencia mundial.  Él, Julian Assange, lo sabe. Y por ahora, lo que tiene para contrarrestar a los más poderosos es la palabra.

 

 

PEDRO BRIEGER: Recientemente recibió un importante premio, el premio Yoko Ono, y es interesante porque en 2009 recibió otro premio de Amnistía Internacional. Creo que estos dos premios tienen distinto significado. ¿Qué piensa usted al respecto?

JULIAN ASSANGE: Bueno, el premio de Amnistía Internacional es interesante. La posición de los grupos de derechos humanos financiados por occidente es tanto buena como mala. Es decir, hacen tareas positivas con los países que no están aliados con occidente, pero lo que hacen con los países que están aliados con occidente es terrible. Amnistía Internacional debe ser repudiada. No ha reconocido a Bradley Manning, el joven agente de inteligencia militar acusado por proporcionarnos material, como preso político. Se niegan a reconocerlo como preso político, y eso es vergonzoso.

P.B.: Pero le dieron un premio en 2009…

J.A.: Bueno, pero eso fue porque estábamos publicando información sobre las muertes en Kenia, revelamos mucho sobre una situación muy grave en Kenia en la que 500 personas fueron asesinadas por la policía y fue ocultado.

P.B.: ¿Y qué opina sobre el nuevo premio, el premio Yoko Ono?

J.A.: Pienso que esta mujer es un tesoro viviente. Esto sucedió en Nueva York hace poco, había alrededor de 150 personas presentes, y es una señal muy positiva para nuestra batalla judicial contra la Fiscalía de los Estados Unidos, una importante declaración política por parte de Yoko Ono.

P.B.: Usted habló de Bradley Manning. Él está acusado de entregar información al enemigo, pero no de revelar crímenes de guerra… ¿correcto?

J.A.: Hay una serie de cargos de los que se lo acusa. El más grave de ellos es comunicarse con el enemigo. ¿Qué es lo que esto significa? Ese es el nombre formal de la acusación, pero lo que alegan no es que él se comunicó con el enemigo, con Irán o Al Qaeda, lo que quieren es imponer una nueva interpretación diseñada para eliminar completamente la cobertura de los medios sobre asuntos de seguridad nacional en los Estados Unidos. Están diciendo que cada vez que alguien que trabaja en el gobierno se comunica con los medios se está comunicando con el enemigo, porque si la información es publicada luego en los periódicos, en Internet, el enemigo puede leerla. Por lo tanto, equivale a dar información al enemigo, que es un delito punible con pena de muerte.

P.B.: Pero usted habla mucho de él, ¿por qué? ¿Lo considera tan importante?

J.A.: Es el preso político más destacado de Norteamérica en este momento, sin ninguna duda. Ha estado en prisión preventiva más tiempo que ningún otro oficial en la historia de las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Es el caso de mayor relevancia en la historia de las fuerzas armadas de los Estados Unidos. La acusación en su contra es que proporcionó información interna del Pentágono que ayudó a cambiar al mundo, un acto político. No hay ninguna acusación de que haya hecho esto a cambio de dinero o por ninguna otra motivación que tratar de exponer los abusos y esclarecer la historia.

P.B.: Cuando usted habla sobre la tecnología siempre dice que la tecnología no es neutral, y distintos gobiernos están usando la tecnología para sus propios fines, pero en este caso él usó la tecnología para un buen fin, y usted mismo usó la tecnología para otro buen fin. Entonces, ¿cómo se puede juzgar a la tecnología?, o ¿se puede juzgar a la tecnología sin hablar de política a la vez?

J.A.: No, no se puede. Se debe vincular con la política. Por supuesto que uno siempre puede concentrarse en la parte material de un hecho, pero todo tiene un contexto político, es decir, de dónde viene el dinero, de dónde vendrá, cómo se espera llevarlo a cabo. No hay nada que hagamos en esta vida que no esté entrelazado de alguna manera con la economía, y si está vinculado con la economía está vinculado también con la política. Entonces, quienes nos dedicamos a la tecnología o las ciencias siempre debemos observar qué es lo que pasará con los frutos de nuestro trabajo, y debemos asegurarnos de que los frutos de nuestro trabajo se utilicen de una forma que sea coherente con nuestros valores.

P.B.: Muchas personas lo definen de diferente forma. No le voy a pedir que se defina a usted mismo, porque probablemente no tenga una definición de usted mismo, es muy difícil tener una definición, pero algunas personas lo definen como un hacker, otros dicen que es un activista, otros que es un periodista, y me da la sensación de que usted es todas esas cosas y ninguna de ellas. ¿Qué piensa usted sobre esto?

J.A.: Creo que lo más interesante sería preguntarse por qué se está debatiendo esto por empezar.

P.B.: Sí, exactamente, ¿por qué?

J.A.: Bueno, por la misma razón por la cual se debatió si el waterboarding[ahogamiento simulado] era una forma de tortura o no.

P.B.: Buena pregunta.

J.A.: ¿Por qué se debatió eso? La definición previa era que el waterboardingsiempre era una forma de tortura, pero luego de repente se puso en debate. La respuesta es muy simple, y es que las definiciones tienen consecuencias. La definición de ciertas palabras tiene consecuencias. Entonces, la definición de si soy un editor o no tiene consecuencias, la definición de si soy un periodista o no tiene consecuencias. Y los enemigos de esta organización querían vernos rodeados y encarcelados. A ellos les gustaría decir que no somos editores ni periodistas, porque eso les permite posicionarse mejor a nivel legal y, lo que es probablemente más importante, políticamente les permite separarnos del resto de la prensa, de otros editores. El primer paso para atacar a alguien es aislarlo, separarlo de su entorno, redefinir su situación, y luego destruirlo sin tener que preocuparte por la reacción de sus aliados.

P.B.: Es interesante que muchos periodistas, y algunos supuestos periodistas, que están “incrustados” en Irak dicen que usted es un mal periodista. Y no se si usted lo recuerda, pero el año pasado, Victoria Nuland del Departamento de Estado de los Estados Unidos durante una conferencia de prensa habló de usted y dijo, literalmente, que usted iba a enfrentarse a la justicia en Suecia por algo que no tenía nada que ver con WikiLeaks. Un periodista le preguntó si quería revisar lo que había dicho porque de lo contrario la gente de WikiLeaks iba a lanzarse sobre ella, a lo que Nuland dijo “Gracias por protegerme, Matt”; él respondió “Usted dijo que iba a enfrentar cargos penales en Suecia aunque no ha sido acusado penalmente”, y ella dijo “Bueno, está siendo investigado en Suecia”, a lo que el periodista contestó “Exacto” y ella dijo “Perfecto, gracias Matt”. Yo me pregunto, ¿están trabajando juntos en este caso?

J.A.: Lamentablemente, lo que sucede con las corporaciones de medios, que es muy evidente en los Estados Unidos pero sucede en todo el mundo, es que una vez que alcanzan cierto tamaño y cierta madurez, se les da un lugar en la mesa de negociaciones del poder, porque son organizaciones poderosas. Es decir, una corporación mediática puede hacerte tambalear iniciándote una campaña en contra. Por eso todos quieren tener a los medios a su favor, y para eso invitan a los propietarios, los editores y los periodistas a vincularse socialmente con ellos y les dan concesiones, ya sean impositivas, facilidades para sus otros negocios, información, todo tipo de concesiones. Entonces, después de un tiempo, las organizaciones mediáticas poderosas dejan de sentir que están simplemente apoyando a las instituciones más poderosas del país y comienzan a verse a sí mismas como parte de la familia del poder, como parte del mismo establishment. Y lamentablemente esto parece ser inevitable. La única forma de evitarlo es mediante la competencia entre distintos grupos mediáticos y mediante una constante renovación de estos grupos, ya que después de un tiempo desarrollan mucho poder y se ven corrompidas por dicho poder.

P.B.: Pero también hay otra gran diferencia. Estos grupos eran parte de la guerra, por ejemplo el New York Times apoyó la guerra, tenía periodistas incrustados, y usted en cambio dice a menudo que ayudó a detener la guerra.

J.A.: Sí, en ese contexto, lo que hicieron The New York Times, CNN y The Observer aquí en Londres con la guerra de Irak es la traición más grande al periodismo, porque el principio ético número uno en el periodismo debe ser la veracidad, y ellos mintieron.

P.B.: Sí, mintieron.

J.A.: Y no fue una mentira sin consecuencias, fue una mentira con consecuencias. Cientos de miles de personas fueron asesinadas, millones de personas fueron desplazadas.

P.B.: Nadie lo acusa a usted de haber mentido.

J.A.: No.

P.B.: Eso es un punto a su favor.

J.A.: En toda nuestra historia editorial no tenemos ni una sola acusación de haber publicado algo que no fuera verdad. Eso nos convierte en el medio con mejor reputación entre todos los medios de comunicación políticos del mundo.

P.B.: Y siguen mintiendo también sobre usted.

J.A.: Bueno, esta es una de las razones. Si no podés atacar a alguien basándote en el contenido, ¿qué te queda? Tenés que atacarlo personalmente, tenés que atacar a su entorno, a las personas que rodean a la organización, cuestionar de dónde proviene su financiación, etc. Y eso es lo que hacen con nosotros.

P.B.: ¿Sabía antes de todo lo que sucedió aquí en el Reino Unido que muchos países de Latinoamérica lo apoyarían? ¿Pensó que eso iba a suceder?

J.A.: Sí, nos sorprendimos bastante con el grado de apoyo, pero ya habíamos visto esa clase de apoyo por parte de Latinoamérica. Por cierto que ya lo habíamos visto por parte de Ecuador, cuando se publicó un libro sobre los cables de WikiLeaks escrito por Santiago O’Donnell, que había sido publicado antes en Argentina, ArgenLeaks, también se publicó Wiki Media Leaks en Latinoamérica, tenemos grandes colaboradores en Brasil…

P.B.: Pero todo esto fue antes de que usted fuera arrestado. Bueno, no, el libro de Santiago fue anterior.

J.A.: No, todo esto fue antes de que yo viniera a la embajada.

P.B.: Pero yo quiero decir antes, hace seis o siete años. En ese entonces, ¿era consciente de que esta información iba a ser tan importante para Latinoamérica?

J.A.: Sabíamos que… Yo sabía que mi plan con WikiLeaks era abarcar todo el mundo, lograr la eficiencia de escala. Es muy difícil, técnicamente y legalmente, operar WikiLeaks, no podés hacerlo para un solo país, no tenés la economía de escala para hacerlo para un solo país, es algo que tenés que hacer con alcance global, de lo contrario no tenés la economía de escala necesaria. Sabíamos que íbamos a afectar a casi todos los países. Pero creo que ha pasado algo muy interesante en Latinoamérica, la mayoría de las personas lo reconocen, especialmente a lo largo de los últimos 10 años. Hay un nuevo vigor y una nueva independencia política de los estados latinoamericanos, a partir del gradual alejamiento de los gobiernos dictatoriales y de la corrupción que se instaló en las instituciones en esas épocas. Es muy alentador verlo en la práctica, en un sentido muy concreto, que es la razón por la cual estoy aquí, en esta embajada, en lugar de estar en cualquier otra embajada. El Nuevo presidente de Túnez, Moncef Marzuki, me ofreció asilo político en Túnez.

P.B.: Él también fue un activista por los derechos humanos.

J.A.: Él es un activista por los derechos humanos que estuvo exiliado, estuvo preso bajo el régimen de Ben Alí, un hombre muy respetable… Y no acepté su oferta, no porque no confíe en Moncef Marzuki, ya que sí confío en él, en la medida en que se puede confiar en alguien que se encuentra en la posición limitada de un presidente, pero Túnez está solo, no es parte de un bloque. Tiene a Arabia Saudita y a otros estados de la región que no le brindan demasiado apoyo porque en su mayoría son marionetas de los Estados Unidos. Pero Ecuador tiene el apoyo del resto de Latinoamérica, y eso es algo extremadamente importante. Si nos remontáramos 15 años al pasado, ¿hubiera confiado en que el Ecuador podía soportar esta batalla? No, no hubiera confiado en ello, porque no tenía el apoyo de sus países vecinos, y ahora sí lo tiene.

P.B.: ¿Piensa que esto también fue importante cuando la policía británica quiso ingresar a la embajada y muchas instituciones latinoamericanas debatieron este tema como bloque? Creo que fue el único bloque que tuvo un debate al respecto.

J.A.: Sí, fue extremadamente importante. Es difícil estimar o describir cabalmente la importancia que tuvo. La embajada fue rodeada por la policía a las 3 de la mañana, con docenas de policías. Había policías escalando las paredes con sogas, era una amenaza directa del Reino Unido de ingresar a la embajada. Sin embargo, se pueden ver declaraciones de William Hague diciendo “No, no, nunca amenazamos con ingresar a la embajada; simplemente estábamos mostrándole a Ecuador cuáles eran las diversas opciones legales”. Este es un gesto británico muy típico. La amenaza era no reconocer a la embajada como embajada. Cuando William Hague dijo “Nunca amenazamos con ingresar a la embajada” estaba diciendo la verdad. La amenaza era que iban a dejar instantáneamente de reconocer a la embajada como una embajada, y luego iban a ingresar.

P.B.: ¿Qué cree que detuvo a la policía de ingresar a la embajada?

J.A.: Salió en la prensa de Londres que los abogados del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Commonwealth le habían aconsejado a William Hague que no lo haga. Pero había presión de los Estados Unidos para que sí lo haga, y Hague y Cameron ignoraron la recomendación del Ministerio de no llevar a cabo esa amenaza. Es una actitud de arrogancia suprema, la arrogancia de pensar que semejante medida era aceptable, que sería aceptada. Y por supuesto que diplomáticos británicos de todo el mundo pensaron que sus embajadas correrían la misma suerte y ex diplomáticos cuestionaron duramente lo que estaba haciendo el gobierno diciendo que iban a arruinarlo todo, ya que cualquier embajada británica en cualquier lugar del mundo iba a estar indefensa después de que hicieran esto. Por eso se detuvo.

P.B.: ¿Qué están haciendo ahora? ¿Sólo permanecer afuera y observar?

J.A.: Desde que ingresé aquí, durante los últimos siete meses, ha habido un equipo de vigilancia afuera en todo momento, tienen policías en todas las puertas. Según el alcalde de Londres, Boris Johnson, están gastando doce mil libras por día sólo por el despliegue policial, con lo cual están gastando millones de libras en esto.

P.B.: ¿En qué estado se encuentra actualmente la investigación? ¿A dónde se dirige? Porque escuché que el FBI estuvo interrogando a personas en Islandia.

J.A.: Bueno, es difícil para algunas personas imaginarse la proporción de la investigación, pero es la investigación más grande que ha tenido lugar en los Estados Unidos desde el 9/11. El gobierno de los Estados Unidos en sus propias comunicaciones y documentaciones diplomáticas dice que esta es una investigación de proporciones y naturaleza sin precedentes. Es llevada adelante por la totalidad del gobierno. Están involucrados más de una docena de organismos gubernamentales de los Estados Unidos, esto incluye a la CIA, el Departamento de Estado, el FBI, el Ministerio de Justicia. Hay un Gran Jurado trabajando en el caso desde mediados de 2010. En Alexandria, Virginia, están obligando a personas a testificar y están tomando como prueba materiales de Google, Facebook y MySpace. Están enviando agentes del FBI al exterior. Recientemente trascendió el caso de 8 agentes del FBI que volaron ilegalmente a Islandia y operaron en Islandia sin la autorización del gobierno islandés, llevando personas de Islandia a Washington para interrogarlas. Es una investigación enorme, pero confío en que no va a detener a WikiLeaks. ¿Por qué estoy tan seguro? Porque vemos el nivel de apoyo político que tenemos, incluso dentro de los Estados Unidos tenemos un 40% de la población a nuestro favor, según sondeos de Reuters.

P.B.: Su madre fue citada por muchos periódicos australianos confirmando que usted se postulará como candidato para integrar el Senado. ¿Es cierto?

J.A.: Sí, es cierto.

P.B.: ¿Por qué?

J.A.: Originalmente empezó como una forma de asegurarnos de que el tema de la persecución de WikiLeaks por parte del gobierno de los Estados Unidos estuviera en la agenda política de Australia. Ahí es donde pensamos que tal vez podíamos obtener el 4% de los votos. Es importante que durante el período previo a las elecciones en Australia mantengamos en la agenda el tema de los abusos del gobierno australiano contra la organización, porque tenemos varios colaboradores australianos. El gobierno australiano canceló mi pasaporte. También está llevando a cabo una investigación que involucra a la totalidad del gobierno, y le proporcionó información sobre nosotros a los Estados Unidos. O sea que está actuando de una forma indignante. Luego, vimos que en Australia el apoyo a nuestros ideales es realmente muy fuerte. Ha habido tres encuestas de opinión realizadas por el propio equipo de encuestas del gobierno a lo largo del último año y medio que han determinado que tenemos del 25 al 27% de la intención de voto, que es igual o mayor que el porcentaje del propio gobierno. Eso es una bendición, ya que podemos instalar nuestros ideales en el contexto político australiano gracias al nivel de apoyo de la población australiana.

P.B.: ¿Se postulará sólo por estos “ideales”, como usted los llama? Porque tengo entendido que usted, aunque tal vez no es un dato muy conocido, trabajó mucho ayudando a personas sin techo a encontrar una vivienda en Australia, ha sido un verdadero activista. ¿Eso es parte de su plataforma o sólo se presenta a elecciones como parte de la batalla de WikiLeaks?

J.A.: Esta idea surgió como resultado del conflicto de WikiLeaks, pero los ideales que se ponen en juego aquí tienen que ver con todo. Por ejemplo, con respecto a la valentía. La valentía es un mecanismo a través del cual todas las demás virtudes se ponen de manifiesto. Si no tenés valentía, no podés luchar por ninguno de tus ideales. Pero de la misma manera el conocimiento y la capacidad de hablar permiten también que todas las demás virtudes existan, porque no se puede… Para ser más concretos, hablemos de derechos, como el derecho a la vida, el más importante entre todos los derechos derivados. Pero ¿cómo sabemos de la existencia del derecho a la vida? Es algo que podríamos discutir, pero no podríamos reconocer el derecho a la vida sin el derecho a expresarnos. La capacidad de hablar y de tener un discurso y de describir el mundo subyace a todos los demás derechos, a todas las metas que intentamos alcanzar, a las diferentes áreas de la vida política. Si no sabemos lo que está sucediendo hacia adentro del poder, la burocracia o las relaciones internacionales entre miembros específicos de un gabinete o un gobierno, no podemos determinar de qué forma debería progresar nuestro sistema político, qué cosas deberíamos apoyar y cuáles no. Entonces, entender cómo funciona el mundo, la capacidad de expresarnos con libertad y franqueza sobre lo que está sucediendo en las instituciones gubernamentales afecta absolutamente todo lo que nos interesa, desde derechos muy básicos como el derecho a la vida hasta los ideales políticos que nos impulsan. Creo que esa es probablemente la razón por la cual tenemos tanto apoyo en Australia, porque no somos un partido con visión limitada. Sí nos importan el conocimiento, la educación, la libertad de información, la libertad de expresión, la libertad de publicar, pero eso está vinculado con todo.

P.B.: ¿Se puede postular como candidato sin vivir allí?

J.A.: Es una situación fascinante a nivel legal. Bajo la legislación australiana, si tenés derecho a votar, y los australianos que se encuentran en el exterior tienen derecho a votar, también tenés derecho a ser candidato al Senado. Es decir que sí, puedo postularme para el Senado sin estar en el país.

ALEJANDRO KASANZEW: Antes de ingresar a la embajada, vimos personas apostadas frente al edificio que estaban manifestando su apoyo hacia usted y sostenían un cartel que decía “No maten al mensajero”. Usted habló de valentía, ¿tiene miedo ahora? ¿Cómo se siente ahora viviendo aquí en la embajada?

J.A.: Es una situación mucho mejor que la de estar en prisión rodeado de acosadores. Obviamente, tiene ciertas dificultades prácticas. Por ejemplo, como usted decía, para entrar aquí hay que atravesar una barrera policial, una gran operación de vigilancia, es decir que no puedo ver a ninguno de mis allegados o fuentes o a ningún miembro de mi equipo, que se vería perjudicado por esa operación de vigilancia. No me puedo reunir… No puedo ir a algunos países que ciertas personas no pueden abandonar. Por ejemplo, al joven Aaron Swartz, un activista de los Estados Unidos, se le prohibió abandonar Estados Unidos, y yo tenía prohibido abandonar el arresto domiciliario, con lo cual no podía reunirme con él. Es decir que hay ciertos problemas prácticos, pero por otro lado esta situación es fácil de entender a nivel dramático: un activista famoso atrapado en una embajada en el corazón de Londres, que rechaza el traslado seguro, está rodeado por la policía… Es muy visual, y es fácil decir “Ok, hay cierta tensión dramática entre poderes que empujan hacia un lado y hacia el otro”. Eso crea una ventana por la cual podemos observar los problemas reales que enfrenta la organización, como esta enorme investigación por parte de los Estados Unidos, como el bloqueo bancario que se está construyendo financieramente en torno a nuestra organización, de la misma forma que Estados Unidos ha construido un cerco económico en torno a Cuba.

A.K.: ¿Se arrepiente de algo de lo que ha hecho?

J.A.: Todo el tiempo, espero… Porque si uno no se arrepiente de poder haber hecho algo un poco mejor, de forma un poco más eficiente, más refinada, quiere decir que ya no está aprendiendo nada.

A.K.: Respecto de Argentina, el Reino Unido y las Islas Malvinas, ¿qué piensa sobre este tema tan importante para Argentina?

J.A.: Bueno, vi lo que sucedió recientemente con el Ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, que dijo que se niega a iniciar un diálogo sobre el tema con la Argentina y estableció todo tipo de precondiciones. Creo que esa no es la forma correcta de proceder, es una actitud arrogante. Siempre se puede entablar un diálogo, no es difícil.

P.B.: ¿Ya vio esto?

J.A.: ¡Lo estoy viendo ahora!

P.B.: Acaba de ser publicado por la embajada argentina aquí…

J.A.: En términos de diálogo, ese es el problema con los suecos, se niegan a entablar un diálogo, se niegan a hablar conmigo, se niegan a hablar con los ecuatorianos, se niegan a venir a esta embajada. El gobierno de los Estados Unidos se niega a hablar de su investigación. Admiten la existencia de la investigación, pero se niegan a hablar de ella.

P.B.: ¿Tiene algún deseo?

J.A.: Tengo muchos deseos, pero tengo entendido desde la temprana infancia que si uno habla de los deseos no se hacen realidad.

P.B.: Y tiene un nuevo libro.

J.A.: Tengo un nuevo libro.

P.B.: Sí, ¿nos lo puede mostrar? ¿De qué se trata?

J.A.: Veamos, tengo que leer la contratapa para contarles… No, mentira. Trata sobre la libertad en el futuro de Internet y es un libro que considero muy importante. Trata esencialmente sobre un nuevo cambio geopolítico que está teniendo lugar, que es el de la vigilancia transnacional masiva. Esto es algo más o menos equivalente en términos geopolíticos a la escalada armamentista o la invención de las armas nucleares. Todos estamos familiarizados con las formas básicas de vigilancia a los activistas, ¿no? como que sigan a alguien o le intervengan el teléfono. Eso ha cambiado completamente. La interceptación estratégica actualmente consiste en interceptar todas las comunicaciones de un país o incluso de un continente y almacenarla e indexarla permanentemente. Eso es lo que está sucediendo con Latinoamérica. Todas las telecomunicaciones que los estados latinoamericanos tienen con Europa, con China, con el Sudeste de Asia, con Australia, pasan a través de Estados Unidos. Entonces el resultado es que Estados Unidos puede interceptar dichas comunicaciones muy fácilmente e informarse sobre la estructura más detallada de la sociedad latinoamericana, sus políticos, sus líderes empresariales, sus transacciones económicas, ya que también recibe información sobre las transacciones bancarias, etc.

P.B.: ¿Explica esto en el libro?

J.A.: Sí, explico esto, y no sólo hablo de la interceptación sino también de la existencia de empresas como Facebook o Google, empresas basadas en legislación estadounidense que recolectan cantidades enormes de información. Y todos decimos “Bueno, sí, ¿y qué? Lo busco en Google”, y Google usa nuestra información para publicidades, vende nuestra información para publicidades, al igual que Facebook, y a nosotros no nos importa. Pero ese no es el problema, el problema es que está todo centralizado, que los organismos de inteligencia estadounidenses tienen acceso a toda esa información. No necesitan órdenes ni autorizaciones judiciales para obtenerla. Y hemos visto en nuestro caso y en muchos otros casos que hubo cientos de miles de intentos de acceso por año que están documentados.

P.B.: ¿Habrá una nueva publicación de información? Especialmente en Latinoamérica.

J.A.: Bueno, cubrimos todo el mundo y todos los países de Latinoamérica, sí.

P.B.: ¿Es posible que esto que usted dice sea tan perjudicial? Porque hay muchos gobiernos progresistas en Latinoamérica y aún están ahí: Evo Morales, Rafael Correa, Hugo Chávez.

J.A.: Es un misterio muy interesante. Parte de lo que está pasando es que… aunque la interceptación de las comunicaciones latinoamericanas por parte de los Estados Unidos tiene lugar desde hace bastante tiempo, el grado de sofisticación de los métodos de interceptación y almacenamiento de esta información se redobla cada 18 meses, y su costo se duplica cada 18 meses. Es desconcertante pensar cómo es que en ese régimen de recolección cada vez mayor de inteligencia sobre Latinoamérica logran sobrevivir presidentes como Correa, Evo Morales.

P.B.: Sí, siguen en el poder.

J.A.: Bueno, en parte tiene que ver con el desvío de la atención por parte de los Estados Unidos de Latinoamérica al Medio Oriente y Afganistán. Pero hay otra cosa que sucede. Creo que la revolución de las comunicaciones, a la vez que ha permitido esta interceptación transnacional masiva de información en el mundo, también está aumentando la velocidad de las comunicaciones. Esto hace que se acelere el ciclo de toma de decisiones en Ecuador, en Argentina, y que las decisiones se tomen mucho más rápido. Entonces es posible que hayan interceptado toda la información, que sepan cuáles son las posiciones de cada uno de los actores, cuáles son sus relaciones, pero todo cambia tan rápidamente que para el momento en que los organismos de inteligencia han elaborado un plan sobre cómo intervenir, la situación ya se ha modificado. Esta tendencia es tal vez lo único que nos está salvando de la dominación por parte del Organismo Nacional de Seguridad y otros grandes organismos de interceptación. Pero no apostaría que es suficiente, ese es el problema.

P.B.: Muchas personas jóvenes lo siguen, ¿es porque usted tiene un mensaje distinto sobre la política que el que tienen generalmente los políticos?

J.A.: Cuando hay una votación global, una encuesta sobre el hombre del año o el personaje del año, actualmente es siempre ganada por sólo tres grupos, ya sea por mí, por Bradley Manning o por Anonymous. ¿Qué significa eso? Eso demuestra lo que siente realmente la gente que está conectada a Internet. Internet está penetrando a todas las sociedades, se está generando una fusión entre Internet y las sociedades del mundo, a tal punto que todas las sociedades avanzadas y la mayoría de las sociedades en vías de desarrollo están políticamente entrelazadas con Internet. Los jóvenes están aprendiendo de esta situación. Vieron lo que nos sucedió a nosotros, vieron lo que sucedió en la primavera árabe, vieron lo que sucedió con sus propias sociedades sin el filtro de los medios de prensa dominantes. Es decir que esta es la generación más educada políticamente que ha existido en la historia, y ha desarrollado ciertas virtudes culturales, ciertas creencias. Hoy en día se está dando una nueva revolución cultural como resultado de las comunicaciones sin filtro a través de Internet, y ven que los valores que yo he predicado y la batalla que hemos atravesado es una prueba de nuestra fe en esos valores, que es algo fundamental en sus deseos. Lo que ven es que nuestra lucha ha probado la honestidad de nuestras convicciones… Las personas jóvenes y adultas que tienen acceso a información sin filtros a través de Internet han visto la lucha que hemos enfrentado durante los últimos dos años y medio como prueba de que realmente creemos en los valores que predicamos, y ven la importancia de dichos valores en sus propios países y para esta nueva cultura global que se está desarrollando, y quieren un grupo que la represente, y en este momento WikiLeaks es el único grupo que realmente los representa, porque hemos atravesado en persona esa lucha.

P.B.: Ok. ¿Qué cree que pueden hacer los jóvenes latinoamericanos para apoyarlo y para interactuar con usted?

J.A.: El primer paso es entender la situación actual. Después explicarles a otros lo que está pasando y luego actuar en función de ese conocimiento. Y bueno, uno podría decir que esa descripción es muy abstracta y preguntar qué es lo que implica. Lo que esto realmente implica es tomar información sobre la forma en que funciona el mundo que hemos publicado nosotros, que han publicado otras personas, sobre los ataques que hemos sufrido, sobre la investigación del FBI. Contarles todo eso a otras personas e informarlas sobre lo que significa. Y en cuanto a las acciones, las instituciones, incluso la CIA, se están enfrentando a un problema demográfico. Personas jóvenes de todo el mundo se están instruyendo políticamente principalmente como resultado de la comunicación sin filtro que tiene lugar a través de Internet. Cuando las organizaciones quieren contratar personas, deben contratar a personas que tienen las habilidades que necesitan. La CIA se ve obligada a contratar a personas que han adquirido esas habilidades como resultado de la revolución inspirada por la capacidad generalizada de comunicarse. La radicalización de la educación política que está teniendo lugar como resultado de las comunicaciones sin filtro que existen a través de Internet indica que vamos a ganar. Nuestros valores culturales van a ganar. ¿Por qué estoy tan seguro de que esto es inevitable? Porque si observamos, por ejemplo, las acusaciones que se les han realizado a Bradley Manning y otras fuentes, son todos jóvenes, son personas que, según se alega, tomaron sus valores culturales de Internet, tomaron sus valores culturales de cosas que yo o personas como yo estábamos diciendo. El Pentágono, la CIA, el Organismo Nacional de Seguridad y organismos similares de todo mundo no tienen otra alternativa que contratar a personas que se educaron a través de la información gratuita que circula en Internet, simplemente porque no podés contratar a un programador o un ingeniero en redes o incluso a alguien que se educó políticamente para ocupar un puesto político que no se haya educado de esta manera. Es así que, lentamente, esas organizaciones están siendo infiltradas por personas que creen en los mismos valores en los que creemos nosotros. Y una vez que estén adentro, una vez que los jóvenes se den cuenta de que tienen el poder, van a poder detener esta maquinaria, van a poder extraer la información y transmitírsela al resto del mundo. Entonces, estas personas generarán un quiebre dentro de estas organizaciones, y si la CIA deja de contratar jóvenes, dejará de existir como organización funcional. Entonces, esas personas que tienen acceso interno a la información deben tomar la información, deben darse cuenta del poder que tienen en sus manos, y en algunos casos no requiere mucho esfuerzo. Hemos comprobado que uno puede reformar a media docena de países de una sola vez si tiene acceso a la información correcta. En cuanto a apoyar directamente a la organización, existen varios grupos de apoyo en todo el mundo, obviamente es una campaña política que se está llevando a cabo, personas que saben programar pueden tomar la información y presentarla en nuevas e interesantes formas. Y respecto del bloqueo económico, por supuesto que necesitamos dinero, y hay diversas formas de eludir este bloqueo.

P.B.: ¿Le darán inmunidad si es elegido como miembro del Senado?

J.A.: No.

P.B.: Porque puede ser elegido, pero para asumir el cargo tiene que jurar, y si no jura allá en Australia no puede ser senador, supongo.

J.A.: Queda a discreción del Presidente del Senado.

 

 

Equipo de producción de la entrevista: Pedro Brieger, Alejandro Kasanzew, Ignacio Murúa, Darío Ventura y Rafael Arbués.

Fuente: Télam