El mercado paralelo se alimenta con la oferta y demanda como cualquier mercado. Y si una parte del stock de dólares “en las sombras” se blanquea, habrá menos oferta, con lo cual el precio ha de subir. Simultáneamente, si los tenedores de pesos “en negro“ quisieran aprovechar el blanqueo comprando dólares, aumentarán la demanda con lo que el precio subirá adicionalmente.
El gasto público (GP) consolidado, independientemente de su magnitud y eficiencia, alcanza a todos los ciudadanos porque sus erogaciones se derraman por todo el sistema económico. Pero no es financiado por todos los ciudadanos tal como establece la ley ya que una parte significativa, la que se encuentra en “la economía informal”, incumple en gran medida sus obligaciones.
Ya sean los empresarios o los asalariados, unos y otros evaden impuestos y cargas sociales con el fin de mejorar sus ingresos disponibles. Está claro que la magnitud de los flujos monetarios que alcanza a ambos permite afirmar que en términos de stocks, la evasión se concentra en función de la distribución de los ingresos, con lo cual se quiere significar que el peso de la carga fiscal recae con mayor intensidad sobre los que menos tienen.
Por ejemplo, está reconocido que la falta de ajuste en el mínimo no imponible de los trabajadores implica un impuesto sobre el salario a todas luces injustificable, partiendo de la base que ya es cuestionable filosóficamente la propia gravabilidad de lo que no son ganancias. Así se concreta la inequidad del financiamiento público. Los trabajadores son retenidos en la fuente del impuesto, mientras que aquellos que no lo son tributan el impuesto a las ganancias sobre la base de declaraciones juradas, con lo que se facilita la máxima que establece “que nadie declara contra sí mismo”.
En este escenario enmarcado por las condiciones económicas por las que atraviesa el país, que son las de una situación de crisis económica y moral, el Poder Ejecutivo ha presentado al Congreso un proyecto de ley por el que se trata de captar divisas que los “evasores” posean en el país o en el exterior, sin penalidad ni sanción alguna con la finalidad de revitalizar al mercado inmobiliario y para financiar inversiones del sector energético. Es decir, se trata de un blanqueo muy particular ya que incluye sólo a la tenencia de dólares. Y con una particularidad, sin obligación de declarar el origen de los fondos, de modo que la norma se presta a un verdadero lavado de dinero, en momentos que destacadas figuras públicas están sospechadas de corrupción.
Pero no es mi propósito referirme a las características de una muy mala ley, sancionada sólo por la fuerza de los números de la representación mayoritaria. El blanqueo nunca debiera existir, pero en nuestro caso, ni siquiera se discute la racionalidad de un instrumento que discrimina severamente entre contribuyentes, con lo cual es un blanqueo que ratifica, más que otros en el pasado, que la evasión tiene premio y el cumplimiento impositivo es penalizado.
Blanqueos y moratorias suben el premio a los evasores y por lo tanto bajan el costo del incumplimiento ya que hay condonación de multas, resarcitorios y ausencia de aplicación de las leyes penales cambiarias e impositivas, en este caso particular a cambio de la suscripción de bonos con vencimiento en 2016 y a una tasa del 4% anual. Como se trata de instrumentos transferibles por endoso se ha de crear un mercado secundario, de modo que los que busquen liquidez deberán arbitrar la tasa de interés con otros bonos que circulan en el mercado y que hoy dan una TIR superior al 12%. Pero aun concediendo una baja del valor nominal hasta el 75 u 80%, sigue siendo un premio para el evasor pues bastará tenerlo en cartera “a finish” para recuperar los dólares que aumentarán transitoriamente las reservas del BCRA. Y legalizado lo que era espúreo.
Ahora bien. Queda claro que sin una política antiinflacionaria no ha de evitarse la devaluación porque el monto de las reservas no baja al nivel de precios. Como que tampoco se ha de evitar la suba del dólar en el mercado paralelo. Paradójicamente cuanto más éxito tenga el blanqueo e independientemente de la cotización a que se compren y vendan los títulos que se emitan, puesto nadie piensa en que el precio será el del mercado oficial.
Es que el mercado paralelo se alimenta con la oferta y demanda como cualquier mercado. Y si una parte del stock de dólares “en las sombras” se blanquea habrá menos oferta con lo cual el precio ha de subir. Simultáneamente, si los tenedores de pesos “en negro“quisieran aprovechar el blanqueo comprando dólares, aumentarán la demanda con lo que el precio subirá adicionalmente. De modo que los análisis de Moreno y el resto de los funcionarios económicos, deberían abandonar la idea de llevar el dólar a $ 6,50 y considerar que ha de seguir subiendo. El cepo cambiario que idearon le dio impulso al paralelo y el blanqueo ha de completarlo, repito, “si tiene algún efecto recaudatorio”.
Además la cifra que se piensa recaudar y que se encuentra entre 4 y 5 mil millones de dólares, apenas si representa el 50% de los dólares que la impericia de los funcionarios permitió se “fugaran” de los depósitos en dólares que al establecerse el cepo existían en el mercado financiero. Era un total 15.875 dólares que, poco a poco, a medida que la confianza y la credibilidad se iban ahondando, quedaron reducidos hoy a 8.300 dólares, es decir, se disponen sólo el 52,3%. Queda claro que si el blanqueo produce 4 mil millones, apenas será el 52,8% de lo que se perdió por impericia y que se han de recuperar “si Dios quiere” en la medida que los que tienen fondos mal habidos acá o en otras partes del mundo deciden aprovechar esta oportunidad única en el mundo.
Si 4 mil millones no es nada comparado con lo que se fue de los depósitos del sistema en dólares, es una insignificancia considerando los 40 mil millones de dólares que se consideran están dentro del país. Así todo, habrá que esperar que esta ocasión sea aprovechada por quienes en el contexto de falta de credibilidad y confianza que existe, en sus cálculos de beneficios y costos, consideren que los primeros son absolutamente superiores a los segundos. Apuesto, que no es el caso del evasor normal en nuestro sistema.