Ganancias: los números de la AFIP, tan ridículos como los del Indec

Rubén Murray

La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sigue tomando parámetros totalmente desactualizados para realizar el cálculo del impuesto a las ganancias de los trabajadores en relación de dependencia, que no se condicen con los efectos de la inflación de los últimos años, sino que los valores que se utilizan son tan ridículos como muchos de los números que publica el Indec.

Para determinar el impuesto a las ganancias que debe pagar un trabajador, la AFIP toma los ingresos que tiene la persona durante el período de un año, y permite deducir determinados gastos. Entre dichas deducciones se encuentra la que se corresponde con los gastos que debe afrontar para el mantenimiento de sus hijos. En este caso en particular, la AFIP permite deducir como egresos por cada hijo un importe de $600 mensuales. Esto implica que, según el valor que admite el ente recaudador de impuestos, una persona debería afrontar los gastos de comida, salud, educación, vestimenta y transporte de cada hijo con sólo $20 diarios.

Tanto el importe a deducir por hijos como el mínimo no imponible se han actualizado sólo dos veces en los últimos cuatro años, y por tan sólo un 44%, porcentaje muy similar a la inflación del Indec para dicho período. Sin embargo, la inflación real duplica por demás ese porcentaje.

Otros valores que están totalmente desactualizados son los que corresponden a la escala que se utiliza para determinar la alícuota del impuesto que corresponde pagar en función a los ingresos que se tienen. En este caso, no hubo ningún ajuste de dichos importes en los últimos 12 años, lo que provoca que cada vez más empleados tengan que pagar alícuotas más altas de este impuesto, hasta llegar al 35%.

El hecho de usar valores irrisorios para los gastos que permite deducir la AFIP, y la no actualización de las escalas, obliga a pagar un impuesto muy superior a lo que se debería abonar si se realizara el ajuste por inflación. Esto incrementa la carga tributaria de todos los ciudadanos, que se destina a un gasto público que en muchos casos es más que cuestionable.

Luego de un año en el que la economía estuvo estancada, sería una muy buena medida actualizar no sólo el mínimo no imponible que reclaman todos los sindicatos, sino también las deducciones admitidas por la ley y la escala que determina la alícuota a aplicar. Esta actualización debería ser lo suficientemente importante como para compensar lo desvirtuado que han quedado estos números debido a la alta inflación de los últimos años. Una actualización de los importes utilizados para el cálculo del impuesto a las ganancias incrementaría el ingreso de casi dos millones de trabajadores.