Por: Rubén Murray
En lo que va de 2013, las reservas del Banco Central cayeron en más de U$S 10.000 millones, estando actualmente en un nivel inferior a los U$S 33.000 millones, y se espera que este año alcancen la segunda mayor caída de la historia argentina, siendo superada únicamente por la baja que tuvieron en 2001 que alcanzó los U$S 19.000 millones.
A pesar de la implementación de una medida de control de divisas, como lo es el cepo cambiario, en tan sólo 10 meses las reservas cayeron más que en 2011 y 2012 juntos, no logrando con esta política frenar la fuga de la divisa extranjera. Por el contrario, se produjo una de las caídas más grandes de la historia del país.
Los peligros que representa la caída de reservas son los siguientes:
- Debilidad del peso: cuanto más baje la cantidad de reservas, los pesos que están en circulación tienen un menor respaldo y se transforma en una moneda débil. Esto implica que la gente y los inversores tengan menos confianza y quieran desprenderse del peso en lugar de conservarlo, lo cual termina incentivando la inflación.
- Presión sobre el tipo de cambio: el hecho de que haya menos reservas produce una mayor presión sobre el tipo de cambio. Las reservas son el respaldo que tiene la base monetaria, y la relación que existe entre las reservas y dicha base monetaria da un tipo de cambio de referencia, ya que en definitiva representa el valor que debería tener el dólar para que el Banco Central pueda respaldar los pesos emitidos. Entonces, si las reservas caen el tipo de cambio de equilibrio sube, y esto genera mayor presión sobre el tipo de cambio, fundamentalmente sobre el paralelo ya que el oficial está intervenido.
- Pérdida de capacidad de maniobra: las reservas son también un respaldo que tiene el Banco Central para hacer frente a una eventual corrida bancaria o cambiaria. En ese sentido, son el equivalente a los ahorros que puede tener una familia, que pueden no usarse mientras esté todo bien, pero ante una situación financiera delicada sirven para salir de un apuro. Lamentablemente, el Banco Central se está quedando cada vez con menos fondos para poder hacer frente a una eventual necesidad de liquidez del sistema financiero, que podría presentarse ante la sola pérdida de confianza de los ahorristas en los bancos.
En definitiva, si siguen cayendo las reservas se corre el riesgo de tener mayor inflación, más devaluación, menos solvencia para hacer frente a una eventual corrida bancaria y cambiaria, y esto genera una mayor incertidumbre y desconfianza en nuestra economía. Vale destacar que en los países de la región las reservas crecieron en los últimos años, mientras que en Argentina no paran de caer desde 2011. Evidentemente algo no se está haciendo bien.
En los últimos 12 meses la caída de reservas supera los U$S 12.000 millones. Esto indica que si no se toman medidas y continúa esta tendencia en los próximos dos años, se podría llegar a pasar 2015 con un nivel apenas superior a los U$S 10.000 millones. Vale recordar que a fines de 2003, cuando comenzaba la era kirchnerista a cargo del ejecutivo nacional, las reservas ascendían a U$S 14.119 millones. ¿Dejarán menos reservas que las que encontraron cuando llegaron al poder?