Por: Rubén Murray
Finalmente el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dejó su cargo luego de haber permanecido 8 años en él. Fue el funcionario más polémico de la administración Kirchner, uno de los más prepotentes e ineficaces. Sin embargo, a pesar de haber dejado su cargo, le transmite una pesada herencia a su sucesor.
Este ex funcionario, cuestionado tanto por la oposición como por los propios oficialistas, implementó durante su gestión una serie de medidas que causaron mucho daño a la economía y al país. A continuación un resumen de ellas y de los problemas que tendrá que enfrentar Augusto Costa, el nuevo secretario de Comercio Interior.
- Intervención del INDEC: en 2007, cuando empezaba a crecer la inflación en nuestro país, el secretario de Comercio Interior descabezó las autoridades del organismo que emite las estadísticas públicas y puso a funcionarios de su extrema confianza que alteraron las estadísticas de forma tal de informar una menor inflación a la real, y por lo tanto una menor pobreza e indigencia. Esta medida, que originalmente se habría pensado para bajar los pagos de deuda pública indexada por inflación, terminó desacreditando todas las cifras que publica periódicamente, dejando a la economía sin brújula. El problema es que va a ser muy difícil reconstruir las cifras verdaderas de todos los años que abarcó la intervención del Indec, y si en algún momento se normaliza este organismo y las estadísticas que formula, probablemente el país tenga que hacer frente a demandas judiciales de los bonistas que se vieron perjudicados por esa alteración. En definitiva, el “remedio” de Moreno probablemente le termine costando muy caro al país.
- Cepo cambiario: a los efectos de frenar la fuerte fuga de capitales que se produjo en 2011, Guillermo Moreno sugirió a la presidenta la implementación de las medidas que luego se conocieron como el cepo cambiario. Sin embargo, no lograron cumplir con su objetivo y este año podría tener la segunda mayor caída de reservas de la historia argentina, sólo superada por la de 2001. Como consecuencia del cepo surgió un mercado paralelo del dólar con una brecha con el oficial que hoy supera el 60%, se crearon impuestos a los pagos al exterior relacionados con turismo y con tarjetas de crédito, se paralizó el mercado inmobiliario, y se le quitó a las personas la libertad de decidir en qué moneda ahorrar. Desarmar la maraña de medidas que se tomaron, y normalizar el mercado cambiario, será más que difícil sin causar un cimbronazo en la economía.
- Medidas contra la inflación: Moreno recurrió a una serie de congelamientos de precios y trabas a las exportaciones de determinados productos agropecuarios, como el trigo, medidas que tampoco tuvieron un efecto positivo ya que la inflación no para de crecer. Este es uno de los principales problemas de nuestra economía, que afecta mayormente a los sectores que menos tienen. Lograr revertir la tendencia alcista no será nada sencillo ni para el sucesor de Moreno ni para el nuevo ministro de Economía, Axel Kicillof.
- Límites a importaciones: otra de las medidas polémicas de Guillermo Moreno fueron las trabas a las importaciones que se tomaron para evitar el incremento en la salida de divisas. Sin embargo, éstas tampoco lograron su objetivo ya que el saldo de la balanza comercial es cada vez más bajo y, lo que es peor, terminaron afectando a la industria.
En definitiva, Moreno nos dejó sin estadísticas públicas, con futuras demandas de acreedores, con un mercado cambiario desequilibrado, con trabas a importaciones, y con una alta inflación que no pudo combatir. Y como si esto fuera poco, maltrató a mucha gente, prohibió de facto la publicidad de grandes cadenas en medios de comunicación no alineados con el gobierno, persiguió a las consultoras que informaban índices de inflación más reales que los del INDEC, y fue una clara muestra de la intolerancia y prepotencia que caracterizó una buena parte de la gestión de los Kirchner.
Hoy, le deja al país problemas muy graves y a su sucesor una herencia muy pesada.