Por: Rubén Murray
Este año la Bolsa subió más del 80%, llegando a ser una de las inversiones más rentables, y superando con creces la inflación. Sin embargo, el volumen negociado aún es muy bajo debido a que muchas personas y empresas todavía no se animan a invertir en acciones.
Es común tener cierto temor por lo que no se conoce bien, pero si se le perdiese el miedo a invertir, muchas personas se llevarían una muy grata sorpresa.
Hasta ir ganando confianza y conocer mejor este tipo de inversiones, al principio es conveniente comenzar invirtiendo pequeñas sumas de dinero, que no se necesiten en el corto plazo. De esta forma se puede evitar tener que malvender de urgencia por necesidad.
Hoy en día, se puede empezar a operar en la Bolsa a partir de 1000 pesos. Y gracias a las nuevas tecnologías e Internet, las operaciones se pueden realizar a través de un banco, en el cual se posea una cuenta de inversión, por teléfono, o a través de la creación de una cuenta con un agente de Bolsa (que también se puede consultar por Internet), esto sólo requiere DNI y CBU desde donde transferir el dinero. De ambas maneras existe una comisión que ronda el 1%.
En el mundo financiero, para obtener mayores beneficios hay que estar dispuesto a asumir mayores riesgos. Invertir en acciones es más riesgoso que invertir en un plazo fijo, donde el interés es una constante. Por el contrario, el valor de una acción puede subir o bajar, pero si se hace una buena elección se pueden obtener muy buenos resultados. Actualmente, tanto los bancos como los agentes de Bolsa suelen asesorar telefónicamente sobre la conveniencia y rentabilidad de una u otra acción.
En la Bolsa de Buenos Aires cotizan acciones de más de 60 empresas, son muchas alternativas, es por eso que al decidir por este tipo de inversión hay que tomarse un tiempo para seleccionar la mejor opción. Para eso hay que considerar: 1) la solidez de la empresa que se elija: todas las sociedades que cotizan en Bolsa están obligadas a presentar el balance, al cual se puede acceder por Internet y ver si la empresa tuvo ganancias o pérdidas, si está muy endeudada, si tiene un patrimonio importante y si tiene buena liquidez, entre otros factores. 2) Las noticias vinculadas con la empresa y el sector en el que se desenvuelve: éstas pueden producir subas importantes de la acción. Por ejemplo, cuando se corrió el rumor de un aumento de tarifas, las acciones de las empresas energéticas subieron su cotización. 3) El volumen negociado de la acción elegida es importante, si la que se quiere comprar no es muy buscada, puede suceder que cuando uno la quiera vender no encuentre alguien que la quiera comprar, lo que podría implicar tener que vender a un precio más bajo.
Por otra parte, si bien lo que sucedió en el pasado no necesariamente se repetirá en el futuro, es importante analizar si el valor de la acción subió o bajó en los últimos meses. Asimismo, es fundamental conocer las expectativas a futuro de las empresas.
Si bien hay que tener ciertas precauciones al decidir invertir en este tipo de activos, es más sencillo de lo que suele imaginarse, y los beneficios pueden ser muy interesantes. Es importante ser paciente, ya que hay períodos en los que las acciones son muy volátiles, y es necesario esperar el momento adecuado para comprar o vender, y así obtener mayores ganancias.