Por: Rubén Murray
El 2013 fue uno de los peores años de la gestión kirchnerista en materia económica. Las tres mayores preocupaciones se centraron en la inflación, el dólar y las reservas del Banco Central.
En lo que respecta a la inflación, cierra 2013 en el orden del 27 o 28%, lo cual representa la mayor medición de la última década. Y las perspectivas para el año próximo tampoco son buenas: el conflicto salarial con la policía y el aumento de sueldos que tuvieron que concederle echó por tierra la expectativa del Gobierno de poder cerrar en 2014 paritarias más moderadas, y así contener la suba precios. Por el contrario, el incremento concedido puso un piso más elevado para las paritarias.
Si las paritarias se mantienen en niveles iguales o superiores a los de este año, y si se continúa devaluando como en los últimos meses, es probable que tengamos un 2014 con niveles de inflación similares o superiores al de 2013.
Por otra parte, hasta el año pasado el gobierno se aferró a mantener el dólar con variaciones muy bajas, aduciendo que actuaría como un “ancla” inflacionaria. Pero la evidencia mostró que a pesar de haberlo mantenido planchado, la inflación no dejó de subir. Y finalmente, en la segunda mitad de 2013, comenzó a devaluar a una velocidad muy superior, llegando a fin de año con una variación del tipo de cambio oficial superior al 30%, lo cual también representa la mayor devaluación de la era kirchnerista.
Y como si eso fuera poco, la cotización del dólar paralelo tuvo un incremento aún mayor que el oficial, ya que en 2013 el valor de la divisa en el mercado informal subió un 50%. Evidentemente, quien apostó al dólar no perdió porque fue una de las inversiones que permitió ganarle a la inflación.
La incógnita es si en 2014 el dólar seguirá subiendo o si se volverá a frenar su devaluación. De mantenerse una devaluación anual del dólar oficial similar a la de 2013, el año próximo podría terminar con un dólar de 8,50. Pero si la devaluación mensual se mantuviese en los niveles de noviembre o diciembre de este año, entonces en 2014 el dólar oficial superaría cómodamente los 9 pesos.
A pesar del cepo cambiario implementado a fines de 2011, en 2013 se produjo la mayor caída de reservas del Banco Central de la gestión de los Kirchner, y la segunda mayor de la historia, siendo superada solamente por la de 2001. Actualmente, el nivel de reservas es inferior al de marzo de 2001 y al de fines de 1998, lo que quiere decir que en 15 años no fuimos capaces de incrementarlas, un dato para nada alentador. Y en la caída de este año tuvo una importante incidencia la mala política energética, que hizo que pasemos de ser exportadores de energía hasta 2010 a importadores, alcanzándose en 2013 un déficit energético superior a los U$S 6.000 millones, siendo también el año de mayor déficit energético.
De todas formas, no todo son malas noticias en 2013 ya que se prevé que el PBI cierre el año con un crecimiento de un 3%, y la actividad industrial con un pequeño crecimiento. Sin embargo, hay sectores que quedaron relegados, como el inmobiliario que tuvo su peor año de las últimas dos décadas. Según un informe publicado recientemente por la UCA, en nuestro país la pobreza alcanzaría al 25% de la población afectando a más de 10 millones de personas.
Está claro que este no fue el mejor año en materia económica, y las perspectivas para 2014 tampoco son muy alentadoras. Es por eso que resulta fundamental que el Gobierno tome medidas para lograr combatir la inflación, generar certidumbre, y fomentar las inversiones y el empleo. Estos puntos son parte del deseo que tenemos todos para 2014, que sea un año mejor.