Cuando en 2009, Benedicto XVI aplicó a las intrigas de la curia el dicho de San Pablo: ” Pero si os mordéis y os devoráis mutuamente, ¡mirad no vayáis mutuamente a destruiros!”, decía toda la verdad. La ferocidad con la que hace diez meses Ettore Gotti Tedeschi fue expulsado de la presidencia del Instituto de las Obras de Religión, el “banco” vaticano, responde plenamente a esta descripción.
Era el 24 de mayo de 2012. Entre las nueve acusaciones lanzadas públicamente contra Gotti Tedeschi para apoyar su destitución estaba la de haber filtrado a la prensa documentos reservados concernientes al IOR, entre los que estaba la carta en la cual el cardenal Attilio Nicora, presidente de la Autoridad de Información Financiera, reprochaba al cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, el desastroso “paso atrás” llevado a cabo en el camino de re-sanación del mismo IOR y de todas las oficinas financieras vaticanas.
En realidad, esta acusación contra Gotti Tedeschi era falsa. En las mismas horas de su defenestración fue arrestado Paolo Gabriele, el mayordomo de Benedicto XVI, el verdadero autor del robo de documentos. Entre los papeles hallados en su casa estaban los que se referían al IOR.
No sólo al “Espresso” le consta que los inspectores de Moneyval, que en marzo de 2012 habían pasado por el tamiz las oficinas financieras vaticanas, también habían formulado el mismo juicio negativo que, expresado por el cardenal Nicora y compartido por Gotti Tedeschi, había hecho enfurecer a Bertone.
El “paso atrás”, el “step backwards” denunciado también por Moneyval en el párrafo 313 de su primer informe tras la inspección, fechado 27 de abril y nunca hecho público, concernía a la ley vaticana n° 127, que regula cómo prevenir y contrarrestar el blanqueo de dinero.
En la primera versión de la ley, querida por Nicora y Gotti Tedeschi, y que entró en vigor el 1 de abril de 2011, los poderes de control de la Autoridad de Información Financiera sobre el IOR era ilimitados. Mientras que en la segunda versión, querida por el cardenal Bertone y que entró en vigor a principios de 2012, los poderes del AIF resultaban también para Moneyval debilitados, “weakened“, tanto en la eficacia como en la independencia, pues estaban sometidos a la secretaría de Estado.
Éste era el estado de las cosas cuando Gotti Tedeschi fue destituido el 24 de mayo. El informe de Moneyval del 27 de abril le daba la razón a él, como también a Nicora, y no a Bertone, sobre el punto clave de los poderes del AIF.
Es un hecho que hoy Nicora ya no forma ni siquiera parte de la comisión cardenalicia de vigilancia sobre el IOR, presidida por Bertone. Y a Gotti Tedeschi no le ha llegado ningún signo, ni tan siquiera mínimo, de reparación.