¿Es la economía o la política, o…?

Tomás Bulat
Viendo los diarios del fin de semana, este parece un año electoral. Las peleas políticas, sobre todo internas de la coalición gobernante, van creciendo. Primero la pelea con el gobernador de Santa Cruz, Peralta, luego Moyano y ahora con Scioli, y posiblemente se extienda a otras personas o sectores. No voy a hacer ningún análisis político que me supere, pero está claro que todo esto, en un contexto de dificultades económicas, no ayuda para nada. La pregunta que quiero compartir con Uds. es si las dificultades económicas están originando estas tensiones políticas o si los problemas políticos están profundizando los problemas económicos. La respuesta, en mi opinión, es que la economía está en los actuales problemas por razones políticas. Es evidente que la inflación iba en algún momento a ocasionar dificultades de competitividad, de mayores tensiones sociales y de problemas fiscales, pero en una escala que a fines del año pasado podían empezar a ser corregidos sin demasiadas dificultades.   Más medidas, más problemas Desde noviembre del año pasado se comenzaron a tomar medidas restrictivas y discrecionales. Se implantó un control cambiario, que como todo control es más suave al principio y total después de un tiempo. Lo mismo pasa con las importaciones. Y los resultados son que cada vez tenemos más medidas y a cada medida más problemas económicos y más recesión. Es entonces que las decisiones de política económica están afectando la economía. Ya explicamos en otra nota cómo el cerrar las importaciones afectó la recaudación de IVA y Ganancias. Esto ocasionó un menor crecimiento en los impuestos coparticipables afectando la recaudación provincial, entre ellas la de la provincia de Buenos Aires. Por lo tanto, la economía afecta a las relaciones políticas. Y así sucesivamente.   Cortar el círculo vicioso Este círculo vicioso de la política que afecta la economía, y esta afecta la política y así sucesivamente, se va a cortar desde la política y no desde una soja a 600 dólares la tonelada. Ya no logra levantar el espíritu económico buenas noticias externas, cuando las internas son cada vez más desalentadoras. Así como la respuesta política a los desequilibrios económicos han agravado la situación, son las respuestas políticas las que pueden encarrilarlo. Seguir pensando en términos de enemigos a los que quieren dólares o a los que quieren importar bienes, o al que piensa distinto, no hace más que paralizar un país y en definitiva, generar más peleas políticas que sólo traen más incertidumbre económica.