Por: Tomás Bulat
A esta altura de la situación económica argentina, estar debatiendo si el país tiene 25% de inflación anual o no es un despropósito.
Tampoco tiene sentido seguir diciendo que la inflación no les importa a los trabajadores, porque ellos consiguen aumentos salariales, y a las empresas tampoco porque aumentan sus precios.
Sí afecta a los de renta fija. Les comento que hoy son pocos los que tienen ingresos de rentas fijas, entre ellos los que depositan sus ahorros en plazo fijo que no los cubre la inexistente inflación.
25% y estallido
Ir al supermercado diariamente es el mejor antídoto contra el Indec. Cada uno de nosotros sufre la inflación y ve cómo el aumento salarial que se consiguió se va diluyendo a medida que pasan los días.
Pero lo interesante es que el Indec este año está mostrando que la inflación es más alta que la del año pasado, y que los salarios de los trabajadores crecen bastante por debajo que el año pasado.
Inflación más alta y salarios creciendo menos es lo que dice el Indec, no lo dice un consultor privado.
La inflación cuando comienza a subir estimula el consumo y genera un crecimiento económico que no es sustentable. Luego de que se alcanza la capacidad instalada productiva, se necesita estimular más que el consumo, el ahorro y la inversión.
Pero para la inversión, la inflación es tremendamente dañina, ya que es muy difícil evaluar si un negocio será o no rentable con tanta inestabilidad.
Por lo tanto es cierto lo que dijo la Presidente. Si tenemos un 25% de inflación la economía estalla. Les cuento que la inversión ha estallado este año. Y dado que tenemos 25% de inflación deberían tomarse medidas para que sus palabras no sean proféticas.
Lo que se debería estar debatiendo es cómo se baja esa inflación. Cómo se hace de manera que afecte lo menos posible el crecimiento y el empleo, que promueva la inversión, que recupere la competitividad, etc.
Porque desconocerla o ignorarla sólo sigue acumulando los problemas.