Por: Tomás Bulat
“En enero empezamos de vuelta”.
Esta frase es una de las utilizadas en la arenga económica brindada por Guillermo Moreno en Tecnópolis, donde fue planteando lo que será el 2013 en materia económica. Moreno es hoy el hombre a escuchar, ya que en noviembre del año pasado dijo que había que lograr 12.000 millones de superávit comercial y es efectivamente lo que se va a alcanzar.
No me voy a detener en los costos que tiene ese logro, porque resulta necesario focalizar en lo que nos depara el 2013.
El gobierno va a seguir con su actual política de mayor intervención, de mayores restricciones, con una mayor inflación y tratará de acelerar la devaluación del peso, debido a que el actual atraso cambiario ya colocó a muchas empresas exportadoras (principalmente del interior) en una situación de baja o nula rentabilidad económica.
Lo cierto es que se quiere seguir incentivando el consumo de la gente, promover las inversiones mientras provincias y nación suben impuestos y tarifas, lo cual es un poco contradictorio.
Enero y después
Las elecciones son en octubre y el gobierno sabe que para los dos últimos meses antes de ellas, la economía debe llegar mejor que ahora, por lo que desde enero en adelante se deberán hacer los ajustes necesarios que permitan aflojar después en el segundo semestre.
Por lo tanto, Moreno tiene razón. A partir de enero volverán los mayores controles a la economía, ya no solo a las importaciones y cambiarios, sino también fiscales. Las provincias con nuevas leyes cobrarán mayores tasas e impuestos (el más polémico es a las naftas) y así sucesivamente.
La reacción, el humor
Sabido es lo que hará el gobierno, si cuenta con la ayuda de una mayor cosecha y venta de soja que aporte dólares e impuestos, y una mayor venta de autos a Brasil que reactive la industria.
Pero la puja salarial que ya está comenzando y que tiene como piso el 25% en las demandas salariales pone a la vez el piso de la inflación que seguramente será mayor que la de este año.
Lo cierto es que los sectores medios que se expresaron el 13S y el 8N y los sectores sindicales opositores no encontrarán en el 2013 ninguna respuesta a sus reclamos, por lo que gracias al fin de año y las vacaciones que traen una cierta tregua, los ánimos adversos quizás no empiecen en enero, pero si en marzo.
Si los humores sociales no se modifican, la economía no crece. Creyendo que con más Estado y más emisión todo funciona mejor es no haber aprendido de la historia argentina ni de la internacional.
Moreno dijo que la base del gobierno es no parar hasta el 2/3% de desempleo. Este año fue claramente un retroceso, ya que el sector privado tuvo perdida neta de empleo que no compensó el sector público.
Las bases -según él- para conseguirlo son el control de precios de alimentos y energía. Y en ambos rubros los resultados prácticos hasta ahora son más negativos que positivos. En estos años se evidencia una pérdida en la cantidad de stock ganadero, la menor producción de trigo en años y la pérdida del autoabastecimiento en energía.
Si en enero todo empieza de nuevo, entonces el 2013 será una versión 2012 con un poco más de todo. Más intervenciones y controles, acompañados de más dudas, incertidumbres y broncas.