Por: Tomás Bulat
Pasa el 10D, termina el 2012 y mientras se espera la resolución de la Corte a lo solicitado por el Gobierno y el fallo del juez Alfonso sobre la constitucionalidad de los 2 artículos de la Ley de Medios, es momento de pensar cómo se solucionan algunos problemas económicos.
Finalmente la famosa recuperación de la economía en el segundo semestre no se dio. Es cierto que la caída se paró, pero no hubo “rebote”. Ya analizamos en varios artículos la imposibilidad de que se produjera el rebote dados los cambios estructurales de la economía en el último año y la creciente cantidad de regulaciones.
En el año que comenzará pronto el gobierno tendrá que tomar varias medidas económicas, pero una de las principales debería ser unificar en una persona al principal responsable de la gestión económica. Es difícil generar un programa con permanentes dudas sobre quién toma las decisiones y de la coherencia entre ellas.
Porque este es un gobierno activo en medida de acciones en economía, básicamente todas poniendo mayor intervención y controles, pero muchas veces no se vislumbra la coherencia entre ellas. Por ejemplo Moreno fue corrido en la reunión con Brasil. Los rumores indican que Kiciloff perdió poder frente a De Vido. Lorenzino parece haber ganado algunos puntos, pero no sabemos si le alcanza, ya que en la UIA no estuvo en la mesa principal. Todas señales confusas, en una sociedad en la que los problemas económicos se ven cada vez con mayor preocupación.
Inflación: tipo de cambio, tarifas y después…
Este subtítulo tiene en ese orden los principales problemas de la economía argentina y dado que hay tiempo ahora, debería nombrarse a alguien que se encargue de estos problemas. Es cierto que pueden seguir pateándose para adelante, pero también es cierto que mientras más se pateen más consecuencias políticas y económicas tendrá su solución.
El 2012 termina con una economía que no crece y con una inflación más alta que el año 2011. Ese escenario de estanflación no es bueno para nadie, pero si no hay políticas, tiende a agravarse y no a solucionarse. Creer que el crecimiento de Brasil o el precio de la soja por sí mismos solucionarán los problemas de la economía argentina, no son solo creencias voluntaristas, es peligroso para el futuro.
Es tiempo de evaluar si las medidas tomadas este año lograron sus objetivos y qué correcciones son necesarias. Los más optimistas están dejando paso a un escenario más complicado, en el cual la pelea con la Justicia no es neutra, ya que el enfrentamiento entre poderes del Estado genera siempre incertidumbre y termina afectando las inversiones y el crecimiento, no tanto en el corto plazo, como sí en el mediano.
Los veranos tienen una larga tradición de ser conflictivos en materia económica. Estacionalmente la demanda de dólares sube y pone presión a la economía. El 2013 es un año electoral que va a necesitar de diversos ajustes. Mientras se espera que la ley de medios entre en vigencia, se podría aprovechar el tiempo para pensar las medidas que empiecen a bajar la inflación y ayuden a reactivar la inversión.