Por: Tomás Bulat
Esta frase dicha por Juan Domingo Perón durante un discurso en la Plaza de Mayo durante su primera presidencia parece mantener una total vigencia.
La situación económica argentina, como bien titula su libro Alfredo Zaiat, es una economía a contramano. Mientras toda América Latina no sabe cómo hacer para deshacerse de los dólares que le sobran, Argentina anda poniendo controles para evitar que se le vayan.
Y -por supuesto- de tanto control, lo único que logra es que cada vez valga más y los que puedan comprarlo, lo quieran aún más.
El dólar es un bien que se compra, no en función del valor presente, sino del valor esperado en el futuro. Y la expectativa es que el dólar seguirá subiendo, como mínimo acompañando a la inflación.
Un dólar energético
Es sabido que en economía, como en la vida, ante la prohibición de salida, nadie quiere ingresar. Esto es lo que sucede en la actual situación. Dólar que sale, dólar que no vuelve.
Para saber la disponibilidad de dólares del gobierno, hay que observar cómo será la evolución de los dólares que están obligados a liquidarse.
El principal proveedor de dólares de la economía es el comercio internacional. Es decir, exportaciones menos importaciones. Enero empezó mal pero -seamos sinceros- tal cual lo esperable, ya que no es un mes de exportaciones importantes y las importaciones continuaron cayendo, a excepción del rubro energía.
Lo cierto es que la caída del saldo comercial del 49% lo explica casi en su totalidad el déficit energético. Las exportaciones de energía siguen cayendo, de 633 millones en enero 2012 atan solo 487 millones hoy.
Paradójicamente lo único que ha subido han sido las exportaciones de productos primarios, porque las de mayor valor agregado, sea agropecuarios o industriales, han disminuido.
Pero en las importaciones es donde más se ve el impacto de la energía. Las importaciones subieron de 391 a 681 millones, un 74% más en valor, pero un 84% más en cantidad. Es claro que hubo y habrá que importar más combustibles para poder sembrar y ahora cosechar. Por lo tanto seamos optimistas, la importación de energía es una inversión que espera verse compensada con la exportación de soja a partir de abril.
Por otro lado, el turismo comienza a tomar un color verde preocupante, ya que el subsidio actual para el turismo al exterior no es sostenible en el tiempo y -en el margen- comienza a colaborar con la caída de reservas.
Por lo tanto los dólares seguirán faltando y se muestra en las reservas del Banco Central que alcanzaron los 41.817 millones, 1.500 millones menos que a comienzo de año. El valor de las reservas en términos reales es menor a las existentes en enero del 2001. En ese momento del blindaje eran de 37.380 millones dólares, una cifra muy superior a la actual si se le descuenta la inflación de Estados Unidos en estos 12 años.
Tipo de cambio múltiple
Es evidente que el gobierno tendrá que tomar algún tipo de medida que implique una devaluación del tipo de cambio oficial. En el ámbito del viceministro Kicillof se piensa en tipos de cambio múltiples que traerían un cierto relajamiento a algunos sectores como el turístico, pero trabaría aún más la economía y confirmaría las expectativas de devaluación.
El retraso cambiario está a un ritmo del 1% mensual, sobre una economía ya cara en dólares. No se discute acerca de si se producirá una devaluación, sino solo cómo y cuándo. Esto hace que el valor del dólar futuro en la mente de los argentinos que pueden comprarlos hoy será aún más alto y -por lo tanto- adquirirlos hoy es barato.
Hasta que el gobierno no presente un plan macroeconómico sustentable el dólar seguirá estando muy demandado.
Por lo tanto, si alguien ve un dólar, lo más probable es que se lo quede mirando y lo guarde en su bolsillo.