Por: Walter Schmidt
El Papa Francisco se puso a la cabeza de la elaboración en la Argentina de un Plan Integral contra el Narcotráfico del que participan educadores, especialistas y representantes de nada menos que 18 universidades privadas y que una vez terminado y que sea aprobado por Su Santidad, le será entregado al próximo Presidente de la Nación.
En otras palabras, el Papa, tan cuestionado en las últimas semanas porque recibirá por cuarta vez a Cristina Fernández el mes que viene, en verdad está muy preocupado por el avance del narcotráfico en la Argentina.
Pero, además, no ordena hacer un plan para entregárselo al gobierno kirchnerista, cuya política en materia de narcotráfico evidentemente ha fracasado en los 12 años de gestión: se lo entregará al sucesor de Cristina, es decir, Daniel Scioli, Mauricio Macri o Sergio Massa.
Quienes en Febrero pasado tomaron como un error o equivocación del Papa haber manifestado su preocupación por el narcotráfico en la Argentina, al señalar que “ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización” del país, podrán confirmar ahora que la inquietud papal siempre existió y que se corporizará en un programa que fue incapaz de elaborar y convocar el gobierno de Fernández de Kirchner.
A mediados del año pasado, durante una reunión de más de una hora en la residencia de Santa Marta, el Papa dialogó con Jorge Aufiero (Medicus), Héctor Masoero (UADE) y Guillermo Marconi donde se mostró “muy preocupado” por el narcotráfico en la Argentina, a partir de lo cual “incentivó” acciones para luchar contra ese flagelo, desde la sociedad civil.
Meses después la Conferencia Episcopal Argentina, el máximo organismo eclesiástico en el país emitió un durísimo documento en el que da cuenta que “la Argentina está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno. Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio. Es cierto que el desafío es enorme y el poder de corrupción y extorsión de los grupos criminales es grande. Pero no es verdad que nada se puede hacer”.
“Argentina es hoy, no solo un país de tránsito y consumo, sino también de producción. Es esencial el control de los precursores químicos necesarios para la producción de droga a nivel local. En ese sentido insistiremos en reclamar la reglamentación de la Ley No 26.045 (Ley de Registro de Precursores Químicos). Sabemos que las drogas de diseño son una alternativa ‘seductora’ para los narcotraficantes y, Argentina, por ser un país productor de precursores debe poner especial atención en esta variante. También hay que poner foco en el creciente número de laboratorios y cocinas de drogas que se instalan en las grandes ciudades”, sostuvo, a tono con la preocupación del Papa, la Conferencia Episcopal.
Fue así que un conjunto de 18 universidades privadas, la Academia Nacional de Educación, la Academia Nacional de Ciencias de la Empresa, el Consejo Superior de Educación Católica, la Junta Coordinadora de Asociaciones de la Enseñanza Privada de la República Argentina y el Sindicato Argentino de Empleados y Obreros de la Enseñanza Privada organizaron a fines del año pasado el Simposio “¿Cómo prevenir el avance del narcotráfico?”
Ese fue el puntapié para la creación del Observatorio de Prevención del Narcotráfico (OPRENAR), un espacio con la venia del Papa, para elaborar un Plan Integral contra ese flagelo.
Bajo la coordinación de Marconi, un hombre muy cercano a Guillermo Marcó, quien fuera vocero del cardenal Jorge Bergoglio, el Oprenar organiza reuniones semanales con sus especialistas y divide su trabajo en cinco comisiones.
“Políticas de Seguridad”, que aborda la corrupción policial y cómo debería trabajarse en materia de inteligencia antinarcóticos, así como las tareas de la Prefectura y la Gendarmería en el control; “Fortalecimiento del Poder Judicial”, para que la Justicia sea mas efectiva con más juzgados en las fronteras, más fiscalías y capacitación de los funcionarios; “Políticas de Prevención Social de la Drogadicción” dirigido a la urbanización de las villas y el vínculo de niños y adolescentes con las drogas; “Políticas de Tratamiento y Rehabilitación del adicto”; “Políticas de prevención y sanción del lavado de dinero proveniente del narcotráfico”.
De esa manera, la propuesta será integral y comprenderá no sólo el aspecto represivo derivado de la venta de drogas sino la fase preventiva, así como un mejor funcionamiento tanto de las fuerzas de seguridad como de la Justicia.
En privado, el propio Marconi y algunos especialistas convocados como el Director del Centro de Estudios para la Prevención del Delito de la Universidad de Belgrano (CEPREDE), Claudio Stampalija, sostienen que el propio Sumo Pontífice está al tanto, vía email, del avance del programa.
“El país carece de un plan integral en materia de narcotráfico. Lo fundamental es encarar estas cuestiones a través de tres acciones concretas: ocupar correctamente e intervenir en el espacio territorial no solo para restaurar la ley sino para proteger a la gente; elaborar estrategias de coordinación entre el gobierno nacional, las provincias y los municipios que hoy no existe; y buscar cómo hacer participar a la comunidad en programas concretos de prevención del narcotráfico en sus distintas dimensiones”, afirmó Stampalija a Infobae.
La idea en una primera etapa es convocar a los principales candidatos presidenciales para escuchar de su boca su análisis sobre el narcotráfico en el país y su propuesta. En Junio, el Oprenar realizará un encuentro con especialistas de México y de Colombia.
Y el objetivo final, el plan integral, estaría listo en agosto, para ser aprobado por el Papa Francisco y luego en octubre o noviembre, cuando se defina el nombre de quién sucederá a Cristina Fernández en la Casa Rosada, entregárselo en mano para que lo tenga en cuenta en su gestión.
Participan del Observatorio: La Academia Nacional de Educación (ANE), Academia Nacional de Ciencias de la Empresa (ANCEM), Sindicato Argentino de Empleados y Obreros de la Enseñanza Privada (SAEOEP), Medicus, Consejo Superior de Educación Católica (CONSUDEC), Junta de Asociaciones de la Enseñanza Privada de la República Argentina (COORDIEP), Pastoral Universitaria-Arquidiócesis de Buenos Aires (SPU), Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP).
Asimismo, también trabajan en la propuesta las casas de Estudio: Universidad Abierta Interamericana (UAI), UADE, Universidad de Belgrano (UB), UCA, Universidad Católica de La Plata (UCALP), Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), Universidad del CEMA (UCEMA), Universidad de Concepción del Uruguay (UCU), Universidad FASTA, Universidad Favaloro, – Universidad de Flores (UFLO), Universidad Kennedy (UK) y Universidad de San Isidro (USI).