Por: Yamil Santoro
El 24 de abril se vota en el Congreso la reforma judicial con una serie de cambios que buscan “democratizar” (eufemismo kirchnerista para la palabra someter) a la Justicia.
La euforia de la multitudinaria movilización del #18A sigue en el aire y casi de inmediato surgió la propuesta de movilizarse el #24A contra esta inconstitucional reforma. En el marco de lo que se plantea como un “abrazo al Congreso” algunos tuvieron la interesante idea de proponer impedir la sesión. Esto puede parecer atractivo pero no corresponde, impedir la sesión del Congreso es contrario a nuestra Constitución, una suerte de golpismo.
Sin embargo el golpismo del pueblo que siente que le están por voltear la República (que la República no es otra cosa que el andamiaje institucional que lo protege frente al Estado y a los otros ciudadanos) es mucho menos criticable que el golpismo calificado que están cometiendo los diputados, senadores y la presidente de la Nación en caso de sancionar estas reformas.
Nuestra Constitución Nacional sostiene en su artículo 29 que “El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales, a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria”.
En este sentido, todos los congresistas que firmen, la presidenta que ratifique, los jueces que convaliden, todos ellos se convierten en criminales en tanto esta reforma se promulgue. La Constitución es clara: el Congreso no puede realizar esta delegación, ni con el 100% de los votos. En una República los votos valen y sirven dentro de un universo normativo, el 54% no sirve para justificar violar a la Constitución.
No pretendo mostrarle las cartas al kirchnerismo, me suelen aconsejar que no avive giles, pero lejos de impedir la votación yo les pediría a los diputados kirchneristas que vayan y voten este proyecto, que sean obedientes con su jefa y traicionen al pueblo. Así terminamos con esta farsa mediante la cual hablan de democracia para justificar la revolución que vienen llevando adelante concentrando el poder en el Gobierno nacional y en la figura presidencial pasando por encima de la Constitución y de las libertades del pueblo argentino.
Por favor, sean golpistas amigos kirchneristas pero séanlo abiertamente, que ya estamos cansados de tener que correr el velo de la palabra “democratizar”. Cada “democratización” que ha hecho sólo sirvió para aumentar la nómina de empleados públicos serviles a la Corona de Cristina, aumentar el déficit fiscal, todo en un marco inflacionario, con sospechas de corrupción, ausencia de transparencia y una permanente actitud tendiente a consolidar un régimen de pensamiento único.
Este miércoles 24 estemos en las calles defendiendo a la República y celebremos que nos han dado, de votar esta reforma, una carta maestra para enjuiciar a todos estos infames traidores a la Patria. No debemos pelear contra el debate, debemos pelear contra el producto ilegal que llevará la firma hasta de Cristina Fernández de Kirchner. Una vez cometido el ilícito el debate pasa a la Justicia y a las calles donde podremos decirles muy republicanamente: “No pasarán por encima nuestro, ni de nuestra libertad, ni de la Constitución Nacional”.
SERÁ JUSTICIA.