Por: Yamil Santoro
“La pereza y la inacción son los gérmenes de la miseria moral”.
José Ingenieros
Hace hace unos días nos enteramos que algunos empleados estatales bonaerenses pretendían tomarse a la fuerza un día de descanso aunque no les corresponde hacerlo. La noticia cayó como un bombazo en las redes sociales y miles de personas expresaron su descontento con la “avivada bonaerense”. Es una vergüenza que intenten doblar las leyes para hacer lo que quieren.
La ley N° 14.600 de la Provincia de Buenos Aires, adhiriendo a la ley nacional N° 26.876, establece al 27 de junio como el “Día del trabajador estatal” el cual deviene en asueto administrativo. El tema es que este año cayó un sábado y un grupo de irresponsables decidieron parar hoy, lunes, porque el día de descanso les cayó durante el fin de semana. Paradójicamente quieren utilizar el día del “trabajador” para no trabajar aunque la ley no los asista.
La ley dice expresamente que “el día del trabajador estatal” se asimilará en todos los efectos legales a los feriados nacionales ¿Y saben qué dice la ley para el resto de los feriados? Que sólo se pasan si caen durante la semana al lunes inmediato siguiente o anterior, según el caso (ley 23.555). Por cuestiones prácticas se transportan al inicio de la semana, de ninguna ley surge este verso de pasar el día del feriado de un sábado a un lunes. Esto pone en evidencia que hay trabajadores estatales con muy pocas ganas de trabajar.
Quiero invitar a los trabajadores agremiados en UPCN, el gremio que impulsa esto, a la reflexión: pónganse en el lugar del contribuyente ¿Creen que la calidad de la gestión en la Provincia de Buenos Aires justifica inventarse un día de vacaciones? ¿Les parece bien hacer algo que la ley no les reconoce?
Les tengo una propuesta superadora. Podrían tomarse el día para reflexionar acerca de cómo pueden mejorar la provisión de los servicios públicos y poner en evidencia todo lo que se podría hacer mejor. Podrían resolver trámites con rapidez y diligencia, así cuando la gente sorprendida diga “¿qué pasó”, ustedes les podrían responder “estamos celebrando el día del trabajador estatal”. Y así, tendrían un doble reconocimiento por un trabajo bien hecho.
Pero tratar de robarse un día de trabajo pagado por los contribuyentes por medio de medidas de fuerza sin tener ningún tipo de sustento legal es un aprovechamiento. Una actitud miserable, patotera y egoísta. Felicito a los trabajadores agrupados en ATE que no se suman a esta fantochada y estarán trabajando.
El 27 de junio es una fecha importante. Conmemora la incorporación de las paritarias para los trabajadores estatales a partir de los convenios 151 y 154 de la OIT. Pero esto que están haciendo es una deshonra para el trabajo estatal. Están tratando de obtener privilegios por la escasa capacidad de control en las organizaciones gubernamentales.
Si hicieran genuino honor al día del Trabajador Estatal deberían entender que el reconocimiento de derechos debe traer aparejado el fortalecimiento de las responsabilidades. La balanza en Argentina está desbalanceada. Espero que sencillamente haya sido una confusión jurídica y no una avivada criolla.
Espero que aparezca algún fiscal para procesarlos a todos por el artículo 252 del Código Penal que sostiene: “Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos e inhabilitación especial de un mes a un año, el funcionario público que, sin habérsele admitido la renuncia de su destino, lo abandonare con daño del servicio público”. Personalmente, estaré presentando la denuncia penal contra quienes decidan abusar de los contribuyentes. Con su medida ilegítima le están robando a los millones que pagamos impuestos y esperamos, a cambio, servicios públicos de calidad.
Argentina sólo puede salir adelante si todos nos comprometemos con realizar nuestras tareas con excelencia. Si seguimos tratando de librarnos de nuestras responsabilidades vamos a estar condenados al fracaso por exclusiva responsabilidad de nuestra mediocridad. No nos merecemos este tipo de abusos.