Por: Carlos Arbia
Las recientes declaraciones del titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Etchevehere, quien reconoció que una futura rebaja en las retenciones y un dólar único podrían generar confianza en caso de ser verdad el rumor sobre una suspensión hasta marzo de las retenciones a la soja, da el indicio de que el futuro Gobierno de Mauricio Macri podría conseguir de entrada hasta unos diez mil millones con el cepo cambiario cerrado. Esta aclaración no es un tema menor, ya que sería un error abrir el cepo antes de que ingrese una cantidad importante de dólares sin sacar del mercado financiero unos doscientos mil millones de pesos que sobran. De lo contario, se podría generar una corrida cambiaria. Por lo tanto, esos pesos deberían sacarse del mercado a través de la colocación de un bono como el que propone el economista Javier Milei.
El dato de los diez mil millones de dólares que podrían ingresar surge de sumar el equivalente a unos siete mil millones de dólares en granos sin liquidar que tienen las principales cerealeras agrupadas en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC). El resto provendría de líneas de prefinanciación de exportaciones que están atrasadas por unos tres mil millones de dólares. Ese número no coincide con el dato de trece mil millones en granos sin liquidar guardados en silo bolsas que calcula la AFIP, pero está cerca de los 8.800 millones de dólares que manifestó Etchevehere que el campo puede liquidar en mejores condiciones que las actuales.
En el mercado financiero se especula con que el nuevo Gobierno anuncie próximamente una suspensión en el pago de las retenciones hasta abril del año próximo, cuando se comience a liquidar la nueva cosecha. Otra posibilidad es que estas se puedan descontar del impuesto a las ganancias, junto con una mejora del dólar oficial, o que se eliminen definitivamente. Este año el Estado recaudaría unos 6.500 millones de dólares en concepto de retenciones y un 80% de ese monto corresponde a la soja y a sus derivados. La liquidación de divisas producto de la exportación de granos alcanzó en la última semana unos 108 millones de dólares y es casi un 70% menor a la registrada en la misma semana del 2014 y la más baja de los últimos 13 años. En la anterior había sido de unos 116,15 millones de pesos, un 76% por debajo de la registrada en la misma semana de 2014. En lo que va del mes se liquidaron unos cuatrocientos millones de dólares y se observa que luego de las elecciones del 25 de octubre se profundizó la tendencia de las empresas cerealeras a guardarse la cosecha a la espera de una reducción de las retenciones o de su desaparición y una devaluación del peso frente al dólar.
Con el registro de la última semana, el acumulado hasta el 20 de noviembre último suma unos 17.800 millones de dólares, de acuerdo con el último reporte de la Ciara y del CEC, un valor que se ubica casi un 20% por debajo del mismo período del año anterior (21.300 millones) y se estima que el total esté por debajo de los 24 mil dólares liquidados en el 2014. El récord en estos 12 años fueron los 25.100 dólares que liquidaron las cerealeras en el 2011, en tanto que en el 2003 llegaron a los 9.400 millones de dólares.
La soja alcanzó el 9 de diciembre del año pasado el valor récord de 385,50 dólares la tonelada y actualmente se ubica casi 70 dólares por debajo de su valor récord, pero, a pesar de eso, la cosecha de soja marcó este año un nuevo récord histórico con 61 millones de toneladas, una cifra un 14% mayor a la de la campaña anterior, que había sido el máximo registro, con 55,6 millones. Así, superó también en 25,8% los 48,5 millones de 2013 y en 52,5% los 40 millones de 2012.
Si bien la cosecha de soja fue récord en 2014-2015, de acuerdo con los especialistas del sector, el aumento con respecto a la campaña anterior no alcanza a compensar la caída en los precios internacionales tanto del poroto como de la harina y el aceite. Se calcula una baja en los ingresos de liquidación de exportaciones cercana a los 2.500 millones de dólares respecto del mismo período de 2014, en un escenario con precios un 20% más bajos, en promedio.
Por otra parte, esta reducción en el ingreso de dólares impacta negativamente en la balanza comercial, con bajas en las exportaciones totales y genera un achicamiento del superávit comercial que, de acuerdo con estimaciones privadas, se podría transformar en un déficit comercial de unos mil quinientos millones de dólares este año.