Por: Damián Di Pace
En el mes de diciembre cerramos un año caliente para el incremento de precios en consumo masivo que, de acuerdo con la estimación de diferentes consultoras, osciló entre 3% y 4,6%, con cierre de una inflación anual que fue para el 2015 del 26% al 28%, según la medición. Claramente la presión de aumentos sobre ciertos productos de la canasta básica como carnes, lácteos, artículos de higiene personal y limpieza para el hogar elevaron en casi el triple la evolución de precios respecto de los meses anteriores. Para moderar la percepción de aumentos sobre las góndolas, la Secretaría de Comercio esta semana intentará acordar los precios de 300 productos de la versión macrista del programa Precios Cuidados, en la búsqueda de negociar incrementos de hasta el 5 por ciento. A cambio, las empresas desean retirar los productos que no sean de primera necesidad, así como disminuir la cantidad de categorías ofrecidas.
“Cuando calienta el sol allá en la playa…” es la letra romántica de una canción de Luis Miguel. Sin embargo, en el inicio de enero de 2016, lo que calienta son los precios de los servicios en la ciudad, en forma complementaria con la suba que ya tuvimos de los bienes. El año arranca con aumentos del 16,2% en el servicio de internet, 15% en cable, hasta 16% en el servicio de telefonía celular, 25% en la cuota de colegios privados, 20% en el alquiler de cocheras, 31% en el seguro del auto, 10% en el seguro del hogar, 26% en el impuesto de ABL. Más suba de patentes de hasta el 36% ARBA (Provincia de Buenos Aires) y hasta 27% AGIP (ciudad de Buenos Aires).También habrá subas en el consumo de energía. A partir de febrero la factura de electricidad ya no será bimestral sino mensual. En principio, el aumento abarcará al 40% de la población en forma gradual. Por otra parte, un 20% de los usuarios recibirá 150 MW sin cargo y a otro 20% se le irá retirando el subsidio gradualmente. Ese gradualismo en la suba de las boletas equivaldría a que una persona que hoy paga una factura bimestral de luz de $50, a partir de febrero se le incrementará entre $10 y $15 esa factura, pero con un monto mensual y hacia fin de año debería consolidarse en una factura de $150 mensuales. Es decir, $300 bimestrales frente a los $50 actuales por el mismo período.
Para el caso de las facturas de gas, los consumidores se encontrarán con una situación controvertida cuando comience a llegar el otoño y el uso del servicio se incremente. Durante el Gobierno kirchnerista se aprobaron subas de las tarifas de hasta 700% a partir de agosto de 2014. Sin embargo, quienes ahorraban entre 5% y 20% en el uso del gas tendrían una suba inferior. Es decir los que ahorraron lo pudieron hacer en 2015, pero superarse en 2016 será muy difícil, por lo cual unos tres millones de hogares deberán pagar entre 207% y 676% más que lo que abonaron en el año que se fue.
Las nuevas pólizas del seguro de auto vienen con un incremento proporcional a la actualización de los rodados de acuerdo con el modelo, que van de un promedio del 30% tomando compañías de primera y segunda línea, con diferencias en los vehículos de alta gama, donde los valores de las pólizas tienen un incremento del 40%, ya que el valor de reposición se disparó considerablemente.
Para el caso del seguro para el hogar, se modificó el valor de reconstrucción, que es lo que se toma en cuenta para el seguro de incendio, en un 25%, pero las tasas sobre robo, contenido, equipos electrónicos, cristales y responsabilidad civil no se incrementaron en la misma proporción, básicamente porque los clientes no actualizaron la suma asegurada; el peso promedio del incremento del precio de estas cobertura en forma total es de un 10 por ciento.
Respecto del aumento de las naftas, José Aranguren intentará acordar con las petroleras para sostener los precios del mercado interno al menos por los próximos tres meses. Hay que tener en cuenta que, de incrementarse, impactarían de lleno sobre el precio del transporte de los mismos productos que se intentarán acordar a través de Precios Cuidados y haría insostenible la negociación. Por su parte, el barril de crudo en el mercado interno tiene un precio de entre 61 y 75 dólares, muy por encima de los 37 dólares que cotiza en el mercado internacional. Antes de la devaluación pagábamos 1,32 dólares por el litro de nafta y el tema es que en el mercado interno ahora reciben 1 dólar. La carta de cambio de Aranguren para sostener los precios de las naftas es presentar una ley en el Congreso a partir de marzo que plantee una baja en los impuestos nacionales, ingresos brutos, impuestos provinciales y tasas municipales que generan una presión tributaria sobre el sector del 48 por ciento.
En el caso del transporte público, aún no hay anuncios de aumento, aunque Guillermo Dietrich ya definió cuestiones de abordaje técnico para el otorgamiento de subsidios. Su idea es que los subsidios vayan directamente al usuario del transporte y no a las empresas, como intermediarios. La forma de ejecutar esta asignación de recursos sería a través de la identificación del usuario mediante la tarjeta SUBE, para lo cual los que no están registrados como persona física no podrían acceder al subsidio. En la actualidad, para el caso de los subtes de la ciudad, el Estado costea el 60% del valor del viaje y, para el caso de los trenes, el 80% de su valor, aunque la nueva gestión estima que los pasajeros deberán pagar a futuro al menos el 30% del valor del boleto.
Para que el impacto del aumento sobre el bolsillo no sea tan fuerte, la idea del actual ministro de Transporte es la implementación a partir de 2017 de una tarifa multimodal plana a partir de la cual un pasajero puede utilizar diferentes medios de transporte durante una cantidad de tiempo a determinar en el plan.